El candidato Donald Trump visita un McDonald's en Feasterville-Trevose, Pensilvania.

El candidato Donald Trump visita un McDonald's en Feasterville-Trevose, Pensilvania. Doug Mills

EEUU LA CUENTA ATRÁS

Por qué los indecisos de Georgia y Carolina del Norte son la esperanza de Trump y la utopía de Kamala

Nueva York (EEUU)
Publicada

Después de fotografiarse sirviendo patatas fritas en un McDonald’s de Pensilvania, Donald Trump viajará esta semana a Carolina del Norte, el único estado bisagra que retuvo en los comicios de 2020 y donde espera sumar los delegados que le lleven de nuevo a la Casa Blanca. Al mismo tiempo, Kamala Harris estará junto a Barack Obama un poco más al sur, en Georgia, un territorio que Biden ganó por un estrechísimo margen (unos 12.000 votos) y que se antoja utópico para los demócratas en este 2024.

De todos los estados decisivos de estos comicios (Nevada, Arizona, Carolina del Norte y Georgia, Michigan, Wisconsin, Pensilvania), Georgia y Carolina del Norte son los más asequibles para Trump, y los que podrían garantizarle una cómoda ventaja hacia los 270 delegados necesarios para ganar la mayoría del Colegio Electoral en el caso de un recuento ajustado.

Ambos territorios son de tradición sureña, con todas las connotaciones históricas y raciales que eso implica desde la Guerra de Independencia que aún moldea algunos aspectos culturales de Estados Unidos. Pero ademas comparten características en común como una población similar, de unos 10 millones de habitantes, y un elevado porcentaje de habitantes afroamericanos: del 30% en Georgia y del 20% en Carolina del Norte cuando la media nacional es del 14%.

A nivel electoral, son unos de los territorios bisagra más codiciados porque reparten 16 delegados cada uno, muy por encima de los 11 de Arizona y los 6 de Nevada, por ejemplo.

Encuestas favorables a Trump

En Carolina del Norte, la media de los sondeos sitúa a Trump con el 48% de intención de voto frente al 47% de Harris, según el agregador 538. Al igual que en otros territorios como Nevada, el resultado entra dentro del margen de error y se considera un empate técnico. Pero Trump ha empezado a distanciarse en las últimas encuestas, como la publicada por el Washington Post, que ubica a Trump con el 50% de los votos, una cómoda ventaja de 3 puntos respecto a Harris.

Por su parte, en Georgia, Trump aventaja a Harris con casi el 49% de los votos frente al 47% de Harris. En cambio, la misma encuesta del Washington Post arrojó un resultado contradictorio y dio la victoria a Harris con más del 50% de intención de voto, lo que ha animado a los demócratas a no tirar la toalla y seguir haciendo campaña en Georgia, sacando incluso artillería pesada como el expresidente Obama.

En 2020, la victoria de Biden en Georgia fue decisiva y agónica: Aventajó a Trump por unos 12.000 votos, un margen que dio alas a Trump en sus acusaciones de pucherazo. El recuento se retrasó, se repitió e incluso llegó a la Justicia porque el candidato republicano, entonces aún en el poder, pidió al Secretario de Estado de Georgia “encontrar” algunos votos que le aseguraran la victoria.

De hecho, es una de las cuatro causas abiertas contra el expresidente, aunque su alcance quedó reducido tras la inmunidad otorgada por la mayoría conservadora del Supremo hace unos meses, en una decision muy controvertida.

Cambio demográfico

Desde el año 2000, en Georgia siempre había ganado el candidato republicano. De hecho, en este estado con gran porcentaje de población afroamericana se impusieron tanto John McCain como Mitt Romney a Barack Obama en 2008 y 2018.

Sin embargo, al mismo tiempo que Trump llegaba a la Casa Blanca en 2016, varias victorias demócratas en distritos donde hasta ahora habían dominado los republicanos, especialmente en los suburbios de su ciudad más poblada, Atlanta, empezaron a indicar un cambio de tendencia que se confirmo en 2018, cuando la candidata demócrata a gobernadora, Stacey Abrams, se quedó a dos puntos de la victoria.

Los analistas apuntan a la movilización del voto afroamericano, tradicionalmente menos activo políticamente, para explicar el buen resultado de esta mujer que llegó a sonar incluso como posible vicepresidenta de Biden antes de que se confirmara la elección de Kamala. Dos años después de rozar la victoria estatal, esa misma movilización del voto afroamericano fue clave en la victoria de Biden de 2020.

Harris, consciente de ello, acudió este domingo a una misa baptista en la localidad de Stonecrest, impactada por el Huracán Helene: “En este punto en toda nuestra nación, lo que sí vemos son algunos tratando de profundizar la división entre nosotros, difundir el odio, sembrar el miedo y causar caos”, dijo a los fieles.

Otra dinámica que ha llevado a Georgia a ser estado bisagra es la llegada de población joven de estados más cosmopolitas y progresistas.

Georgia, apodado como el “Peach State” (estado melocotón), lleva años atrayendo a la industria del entretenimiento con agresivos incentivos fiscales (es normal ver el logo de Georgia en créditos de franquicias como Marvel),

que han llevado a que informalmente se conozca a este estado como el “Hollywood del Sur”. Y Hollywood es sinónimo de voto progresista.

La utopía de Kamala

Por su parte, Carolina del Norte ha vivido algunos procesos similares pero los demócratas no han conseguido darle la vuelta al marcador electoral. Aunque algunos consideran al estado “púrpura" (por la combinación del azul demócrata y el rojo republicano), sus votantes solo han elegido a dos candidatos presidenciales demócratas desde principios de la década de 1970: Jimmy Carter en 1976 y Barack Obama en 2008.

En 2020, Trump ganó con un punto de ventaja. Fue el único estado bisagra que retuvo y por ello ha viajado a diferentes condados rurales prácticamente todos los meses desde esta primavera.

Después de que el huracán Helene arrasara partes de Carolina del Norte, el expresidente y otros candidatos republicanos pusieron el foco mediático en este estado sureño, relativamente próximo a Washington DC, al insinuar que la Casa Blanca estaba desviando fondos de rescate destinados a los afectados por el desastre para alojar a inmigrantes ilegales.

Según esa denuncia, desmentida por las autoridades y otros republicanos, los fondos desviados correspondían a los territorios con más incidencia de voto conservador.

Muchas de las observaciones ni siquiera son de personas sobre el terreno. Si hay algún desafío que llamen a mi oficina y los rastrearemos pero la mayor parte de lo que he visto es una distracción”, denunció entonces el senador republicano de Carolina del Norte, Thom Tillis, compañero de filas de Trump.

El efecto que estas desinformaciones puedan tener entre los votantes es toda una incógnita, pero demuestran el interés de Trump por garantizarse una cómoda victoria en este estado.

Muchos de los afectados por el desastre natural siguen desplazados y las urnas acaban de abrirse para garantizar que todos puedan depositar su voto a tiempo. Trump, estratégicamente, va a acudir a varios mítines organizados a lo largo de toda la semana en condados clave como Concord y Greensboro. Los demócratas, en cambio, lo apuestan todo a Raleigh, la capital y ciudad más poblada.