Alex Jones subasta su fábrica de bulos Infowars para pagar 1.000 millones en indemnizaciones a algunas de sus víctimas
- El teórico de la conspiración más seguido de EEUU busca financiación para compensar a las familias de los niños tiroteados en Sandy Hook, a quienes acusa de actores al servicio de los lobbies contra las armas.
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Al teórico de la conspiración norteamericano Alex Jones —apodado por el humorista Stephen Colbert como el ‘Papa Oso’ de la conspiranoia internacional— se le ha acabado su huida hacia adelante, aunque no parece que tenga intención de rendirse. Un tribunal de Texas falló que el fundador del emporio conspiranoico que orbitaba alrededor de la web Infowars debía vender "a piezas" su negocio para hacer frente al pago de 1.015 millones de dólares (908 millones de euros) que debe a las familias del tiroteo del colegio infantil Sandy Hook (Newton, Connecticut) del 14 de diciembre de 2012. Ese día, Adam Lanza —un joven de 20 años— asesinó a 20 niños y seis adultos (e hirió a otras 26 personas) antes de suicidarse.
El cierre definitivo podría ser el destino de Infowars, la mayor fábrica de bulos del planeta y el espejo en el que se miran todas las demás. Es lo que se teme el popular presentador norteamericano que, el pasado lunes, lanzó un mensaje a sus seguidores a través de la red social X: "Infowars podría tener que cerrar el miércoles si un comprador hostil lo consigue en la subasta. Infowars continuará si los buenos consiguen ganar la subasta".
El pasado lunes, en su programa, Alexander Emerick Jones, explicó que los posibles compradores ya estaban visitando su estudio para perfilar las ofertas. Mientras, seguía dando pábulo a los últimos bulos surgidos tras las elecciones del pasado día 6 de noviembre, como que los demócratas están planeando asesinar a Trump para instalar a Kamala Harris en la Casa Blanca, que intentaron robar las elecciones mediante un fraude generalizado o que el Pentágono está intentando evitar que el recién elegido presidente llegue a la Casa Blanca.
El caso Sandy Hook
Aunque Sandy Hook fue el tiroteo más grave sucedido en un colegio de la historia de EEUU, desde el primer momento Alex Jones aseguró que el crimen nunca había ocurrido y que los familiares de las víctimas eran ‘actores de crisis’, un concepto que pronto se popularizó en el mundo de la conspiranoia.
Durante años, el locutor de Texas insistió en su programa de televisión y su web, Infowars, que todo era un plan del Gobierno para preparar el terreno para requisar las armas a los habitantes del Estado. Mientras, las familias de las víctimas fueron acosadas y amenazadas por culpa de estas afirmaciones. No era la primera vez que su obsesión con la segunda enmienda a la Constitución —la que garantiza el derecho a portar armas— le llevaba a hacer afirmaciones similares.
Jones insistió durante años en su tesis, lo que acabó por cansar a los familiares de las víctimas —de las que se burlaba habitualmente— y tuvo que hacer frente a dos juicios muy similares: uno en Texas (donde tiene la sede de su emporio) contra dos familias, y otro en Connecticut (contra más de 20 familias y un agente de FBI que investigó el caso). Todo el proceso quedó registrado en el documental La verdad contra Alex Jones (Dan Reed, 2024), que puede verse en la plataforma Prime Video.
El fundador de Infowars perdió ambos juicios de la misma manera: se negó a colaborar con la justicia por lo que fue declarado en rebeldía, lo que suponía una condena automática por los delitos de los que se acusaban.
Así, cuando llegó al estrado, lo único que tenía que decidir el jurado es la cantidad que debería pagar a cada familia. El primero de los juicios se celebró en 2021 y el segundo en 2022. La cantidad total —la suma de ambas sentencias, 60 millones en una y 965 en otras— ascendía a 1.015 millones de dólares, pero Jones pidió declararse en bancarrota para evitar pagar. El pasado martes, un tribunal con sede en Huston falló que a partir del próximo 13 noviembre, Free Speech Systems (la empresa que agrupa todo su negocio, marcas incluidas, y de la que es dueño al 100%) saldrá a subasta para hacer frente (al menos parcialmente) a las indemnizaciones.
Las sentencias se refieren únicamente a su empresa Free Speech Systems, por lo que mantendrá su casa y los activos no relacionados (su fortuna personal está calculada en 9 millones de dólares).
Su respuesta
Durante los juicios, Jones vendió a sus seguidores el caso como una vendetta de los globalistas contra él por sacar a la luz sus trapos sucios. Según él, todo era un ataque contra la Primera Enmienda de la Constitución —que protege la libertad de expresión— y un intento de acallarle por defender el derecho a portar armas.
Al conocerse la noticia, Jones aseguró en Inforwars que seguirá ejerciendo de periodista y animó a sus seguidores a comprar más productos de sus webs, aumentar las donaciones y les invitó incluso a participar en la subasta para poder recuperar su compañía. Lo que ha dejado claro es que está tan dispuesto a volver a empezar desde cero como a intentar cualquier cosa con tal de no pagar.
En un intento de llegar a un acuerdo, los afectados le ofrecieron un plan de pagos de 80 millones de dólares durante diez años, más el 50% de todo lo que ingresara por encima de los 9 millones de euros. Jones rechazó el acuerdo y ofreció solo cuatro millones al año. Durante la negociación, el presentador intentó subirse el sueldo (de 520.000 dólares al año a 1,5 millones) para incrementar los gastos de su empresa y reducir los beneficios. El juez rechazó su pretensión.
En 2017 ya fue condenado a abonar 47.000 mensuales a su anterior esposa, Kelly Jones. Durante el juicio llegó a asegurar que en su programa se limitaba a "interpretar a un personaje" y que juzgarle por ello sería como llevar a Jack Nicholson a los tribunales por haber hecho del Joker. Su reputación entre su parroquia no se vio afectada en lo más mínimo. Durante los juicios del Sandy Hook, sobre todo el primero, siguió la misma política de "interpretar a un personaje": mientras en el estrado afirmaba que el atentado sí ocurrió, en su programa lo seguía negando.