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"Los lunes son el peor día, el día que más nos llaman", dice Andrés Urrutia (1954), notario, doctor en Derecho, presidente de la Real Academia de la Lengua Vasca y uno de los padres de la Ley Foral que desde 2015 permite a los vascos desheredar a un hijo sin tener que dar explicación alguna. Jurídicamente se llama apartamiento: basta con no nombrar al hijo en el testamento.
Esta herramienta legal no existe en la mayoría de las comunidades españolas. En las que se aplica el Derecho Civil común se mantiene la obligación de dejar a los hijos dos tercios de la herencia. Un tercio, la llamada legítima, a repartir a partes iguales, y un segundo tercio a distribuir a discreción: es el tercio de mejora.
Pero, por muchas razones, hay padres que rechazan esa obligación. Algunos se plantean, incluso, mudarse al País Vasco o a Navarra, donde los progenitores tienen absoluta libertad de testar: ni siquiera existe la legítima en virtud de su Ley Foral.
"La dichosa legítima es un premio inmerecido. Yo llevo 30 años sin ver a mis hijos, casi desde que me divorcié. No se merecen ni un céntimo. No tengo mucho patrimonio pero, ¿por qué se me obliga a dejarles algo? Si hace falta, me iré a vivir a Navarra", dice, tajante Antonio que aún no ha cumplido los 70 años. No es un tema que hable con cualquiera. De hecho, Antonio no es su nombre, pero para contarnos su caso pide anonimato absoluto. Él vive en Madrid y ya ha empezado a asesorarse.
La historia de Antonio es la de miles de progenitores en España atados por un Código Civil del siglo XIX, pero que no quieren dejar a sus hijos nada de su patrimonio. Muchos ya lo han logrado. EL ESPAÑOL | Porfolio ha hablado con notarios y abogados que trabajan cada día con clientes que han decidido dar el paso de desheredar a un hijo.
Andrés Urrutia es uno de los grandes referentes del mundo jurídico vasco. En junio de 2021, la Universidad de Deusto le realizó un homenaje por su jubilación tras 30 años como profesor. Nadie quiso perdérselo. Desde el Colegio Notarial del País Vasco destacan su carácter "conciliador". Le definen como alguien que "juega a unir las diferencias". Él profesor rebaja los halagos de quienes le llaman "padre de la ley" de Sucesiones en el País Vasco. "Exageran: la Ley Foral vasca se aprobó en 2015 y extendía el apartamiento que ya se daba en Vizcaya a las tres provincias vascas, pero se había estado preparando desde 1992 y su verdadero padre fue Adrián Celaya, yo participé en el proyecto junto con otros compañeros", recuerda.
"Adrián Celaya fue el verdadero generador de la idea, todos los vascos somos herederos de su idea", explica Urrutia. El reputado jurista falleció en 1995. "Tan sólo unos meses después de que se aprobara la ley", incide el profesor.
De algún modo, Urrutia también explica en términos conciliadores la ley foral vasca que permite apartar a un hijo de la herencia. Porque la herramienta del apartamiento que, insiste, "otorga libertad a los padres", no es sólo para casos problemáticos.
"En el País Vasco, si tienes un hijo con una discapacidad, puedes dejarle a él más que al resto, incluso todo"
"Lo normal no es el apartamiento o si lo es, los hijos ya lo tienen muy claro, pero si tuviera que dar una cifra diría que se producen apartamientos en entre un 10% y 15% de los testamentos", señala Andrés Urrutia. Ahora bien, explica, desheredar a un hijo no tiene por qué responder siempre a una mala relación o a un problema. Ejemplos: "El apartamiento permite una discriminación positiva: en caso de tener un hijo con una discapacidad, puedes dejarle más a él que al resto, incluso todo si a los otros les va bien". En el otro lado, las familias con malas relaciones: "Podríamos decir que entre un 5% y un 10% de los testamentos incluyen algún apartamiento por estas cuestiones".
Confirman la estadística Nieves Paramio, abogada especializada en Sucesiones en el País Vasco junto a Elixabete Piñol. "Yo diría que en uno de cada diez testamentos hay un apartamiento, la gente lo tiene cada vez más en la cabeza", señala Paramio a esta revista.
¿No les han consultado desde Madrid para copiarles su ley?, preguntamos al sabio del Derecho vasco, Andrés Urrutia. "Llevamos desde 1888 con este tema encima de la mesa. Pero el Congreso español siempre ha sido muy poco moderno. Fíjate que se ha legislado sobre discapacidad y no se ha tocado este tema", contesta.
El reparto del caserío
Urrutia califica la ley vasca de moderna, cuando a la vez, bebe de la tradición. Pero ¿de dónde procede una norma antigua que ya permitía desheredar a un hijo? La respuesta es sencilla, advierte Urrutia: "Los caseríos no se podían dividir". Para garantizar la supervivencia de esta unidad familiar de producción en el País Vasco, como en Navarra y otras zonas con estos modelos de explotación, sólo se nombraba a un hijo heredero del mismo. Los demás tenían que buscarse la vida. Algo que explica, recuerdan, la "diáspora vasca". Los otros hijos salían fuera a hacer fortuna.
Es el caso de uno de los abuelos de Urrutia. "Mi abuelo era un apartado de un caserío. Eran ocho o nueve hermanos y solo uno heredó el caserío", explica el notario. Incide en que no es precisamente un desheredado, porque "a cuenta del caserío se pagó la formación como maquinista naval", pero la historia permite entender por qué en el País Vasco hoy puede dejarse a un hijo sin herencia alguna.
La norma antigua es moderna porque sirve para el presente: "Ahora vivimos más. Cuando fallece el testador los hijos ya tienen 40 o 50 años, ya se ha visto su recorrido, se conoce su currículum: ningún padre va a dejar a un niño de 10 años sin herencia, pero hoy ves casos de hijos que se fueron a vivir fuera y no han aparecido en los últimos 20 años", explica Diego Granados de Asensio, decano del Colegio Notarial del País Vasco.
"Nadie deja a un niño sin herencia, pero ahora vivimos más: cuando fallece el testador ya conoce el CV de su hijo..."
"Lo normal no es apartar, pero sí se suele dar cuando existen hijos ludópatas, alcohólicos, que se han ido a vivir a otro sitio y no volvieron o que se han portado mal", explica el notario Granados. Incide en una de las ventajas de testar en el País Vasco: ahorrar el mal trago de explicar las razones, algo que sí hay que hacer donde se aplica el Código Civil común. "Es desagradable tener que hacer constar en un testamento que tu hijo te ha maltratado o te ha injuriado gravemente. El testamento es un documento público que va a salir después de tu muerte. Pues aquí, si no quieres dejarle nada a un hijo, no lo nombras…", explica Granados.
La Ley sucesoria vasca, como todas las aplicadas en España, tiene sus propias especificidades. ¿Y si es hijo único? "En ese caso tendrías que desheredarlo, o bien podrías dejar como herederos a los nietos, si ya son mayores", explica el decano.
Recuerda Granados que las llamadas sobre consultas para cambiar el testamento crecieron en 2015 cuando se puso en marcha la ley en todo el País Vasco. Hoy, señala, la situación se ha normalizado. ¿A qué niveles? "Entre el 10 y 20% de los testamentos incluyen algún tipo de apartamiento". Es lo que ve en su notaría. "Se ven también muchas familias bien avenidas, más de lo que pensamos y lo normal suele ser el reparto equitativo a los hijos", añade. "Lo que pasa es que nos llama más la atención lo otro, que se aparte a un hijo: no tienen que explicarlo, pero muchas veces lo hacen: 'Es que nunca los veo o es que ni conozco a mis nietos…' Ocurre mucho con segundos matrimonios si se ha perdido el contacto con los hijos del primero".
Con la pandemia ha crecido el número de padres que deciden reducir o no dejar herencia a sus hijos. Al bufete de Olga Rodríguez Marcos, Iuris Abogados, en Bilbao, entran cada día más casos con este perfil. "Lo hemos visto mucho con la pandemia. Nos ha llegado gente que trabaja en las casas cuidando mayores, explicando que los hijos y los nietos no van casi nunca", relata la abogada.
Tema tabú
En su despacho, especializado en Derecho de familia, siete de cada diez consultas sobre testamentos son para apartar a los hijos de la herencia. "Vienen para ver qué se puede hacer, en ocasiones el proceso se vive como con cierta clandestinidad, nos preguntan 'y si mi hijo se entera, ¿qué puede pasar?'", desgrana la abogada. De hecho, asegura que, a pesar de los años que han pasado desde que se aprobó la ley, el tema suele ser tan tabú que a veces, a los propios abogados, les cuesta entender qué quieren, "porque piensan que van a ser cuestionados". Es una de las razones por la que los mayores en este proceso consultados por esta revista prefieren mantenerse en el más estricto anonimato.
"El proceso se vive con cierta clandestinidad, nos preguntan 'y si mi hijo se entera, ¿qué puede pasar?"
Todos los notarios y abogados consultados apoyan la libertad de testar que, como uno de los promotores de la ley vasca, defiende Andrés Urrutia: "Nuestra ley da más libertad a los padres, porque no son los hijos los que tienen el derecho, son los padres los que han creado el patrimonio". Por eso, insiste: "Apartar es un derecho civil, porque la legítima no es un derecho, es una expectativa: usted puede vender la casa antes que dejársela a sus hijos", recuerda. Pero claro, es un derecho en el País Vasco para quienes residen en el País Vasco.
Mudarse para desheredar
Por eso, hay quienes no descartarían una mudanza. Antonio tiene en mente, si no puede solucionarlo de otra forma, irse a vivir a Navarra. "Yo he aprendido de mis padres el valor del trabajo, el ser humilde y no quiero gastarme la herencia para no dejar nada", explica este jubilado. Su divorcio, en los 80, no fue fácil. Contenciosos y denuncias. Un día los niños ya no quisieron verlo más. 30 años después, sólo ha visto una vez a uno de sus hijos y fue una experiencia traumática. Ahora lo es para él pensar que cuando muera, sus hijos podrían"recibir un premio".
Este tema, señala Antonio, "requiere un cambio en la ley nacional". Insiste en que habría que recoger firmas: "No sólo por mí, si no por todas esas personas que se han quedado solas en residencias, mayores abandonados… La ley también tendría que ser justa y dejarles libertad de testar", añade. Una de sus llamadas, en su proceso para conocer la normativa ha sido a Acumafu, la Asociación Cultural de Mayores de Fuenlabrada, en Madrid.
Acumafu, asociación de Mayores de Fuenlabrada.
Seis años. Es el tiempo que esta Asociación lleva trabajando para que los padres puedan dejar su bienes a quienes consideren.
Más de 8.000 consultas. Son las que han recibido durante todo este tiempo.
1.400 procesos. Es la cifra de los procedimientos para desheredar iniciados desde la asociación.
Maltrato psicológico. El presidente de la asociación y los abogados señalan que el Tribunal Supremo ha ido marcando jurisprudencia al considerar que existe maltrato psicológico si hay abandono por parte de nietos e hijos.
Marcelo Cornellá suele ser el primero en contestar al teléfono de esta asociación que, desde hace seis años, trabaja para que, en todo el territorio español, los padres sean libres de dejar sus bienes a quienes consideran. "Hemos recibido entre 8.000 y 12.000 consultas en estos años y con los servicios jurídicos que colaboran con nosotros, hemos gestionado entre 1.300 y 1.400 procesos para desheredar a los hijos".
Pero para desheredar en los territorios donde rige el Código Civil español -Cataluña, Baleares y Galicia también tienen sus propias especificidades- hay que justificar por qué se hace. Como en la mayoría de países europeos de nuestro entorno donde rige el sistema de legítima. "Hay que acreditar que no hay contacto en determinado tiempo porque a partir de ahí se deja de ser familia", explica Cornellá. ¿Cuánto tiempo? "Cuatro años", contesta Cornellá.
La gran clave para desheredar en los últimos años, por la que los tribunales españoles han comenzado a dar la razón a los progenitores españoles que no quieren dejar sus bienes a sus hijos, está en el llamado "maltrato psicológico". "Antes sólo se consideraba el maltrato físico, que de alguna forma podía probarse, pero con el paso del tiempo el Tribunal Supremo ha ido marcando jurisprudencia al considerar maltrato psicológico el abandono por parte de los hijos y los nietos", continúa el presidente de Acumafu.
Ludovico Moreno es el socio fundador de Más Mayor Legal, bufete madrileño especializado en cuestiones jurídicas de personas mayores. Cifra entre un 10% y un 15% el total de herencias en las que se acude a la desheredación de algún hijo. En su despacho, actualmente llevan una docena de estos casos. Interpreta esta situación como un problema de nuestra sociedad actual que va más allá de la gestión de lo material: la conciliación. "Con los horarios de trabajo actual es difícil sacar tiempo para estar con los niños y aún más con los mayores", recuerda.
"Moreno siempre pregunta a sus clientes por qué quieren desheredar a sus hijos. "Como medida de castigo no me parece adecuada", señala, "porque si el problema es que tus hijos no te vienen a ver, con esto no se soluciona nada", añade.
"Si el problema es que tus hijos no te viene a ver, con la desheredación no se soluciona nada"
Ahora bien, defiende la medida en aquellos casos en los que la situación es extrema. Suele ver algunos muy dolorosos en el despacho: "Tengo un padre con una hija discapacitada, ambos sobreviven con la pensión de él. Le ha pedido ayuda a los otros hijos y no ha recibido ni respuesta".
En el programa de radio Juntos paso a paso de Radio Nacional, -domingos de 7.00 a 8.00 de la mañana- dedicado a mayores y discapacitados, los oyentes envían audios con sus inquietudes. De la cultura a su relación con las entidades bancarias, no se olvidan del espinoso tema: "Somos un matrimonio de jubilados, de Zaragoza, con un solo hijo que nos tiene totalmente abandonados desde hace tres años y medio y quisiéramos desheredarlo, pero existe la legítima y no podemos. Habría que luchar por cambiar esa ley tan antigua porque hay muchos padres como nosotros, con los mismos problemas", lamentaba una oyente en uno de los últimos programas.
Luis Zarraluqui, de Zarraluqui Abogados, uno de los bufetes españoles más reputados en Derecho de familia, señala que en España "siempre ha existido la posibilidad de desheredar, lo que ocurre es que ha ido cambiando la jurisprudencia". Señala, como todos los expertos, como con los años los tribunales han ido reconociendo el maltrato psicológico.
En su despacho, asegura, cada vez se demanda más desheredar a los hijos: "De cada 10 testamentos, por lo menos en dos o tres, lo piden". En muchas ocasiones, se trata de una sorpresa para los hijos. El desheredado se entera después. Y ahí, se abre una caja de Pandora, puesto que muchos suelen impugnar el testamento.
Lo hicieron, por ejemplo, los hijos del abogado y pensador republicano Antonio García-Trevijano (1927-2018). El intelectual desheredó a sus hijos en su testamento, apuntando al maltrato, y pidió que su patrimonio sirviera para crear una fundación.
Son casos que, aparte del renombre del personaje, abren procesos judiciales eternos. "Es un follón", explica la abogada Victoria López Barrios, de Winkels Abogados, con sede en Madrid. Es experta en Derecho de sucesiones y defiende un Código Civil que permita más libertad. Por el Código Civil común, recuerda, "si el desheredado niega, por ejemplo, que ha habido maltrato, son los otros herederos los que tienen que demostrarlo". Con la ley vasca y la navarra, el hijo que está fuera, está fuera. No puede reclamar.
Javier Oñate, notario en San Sebastián, se fija en otra de las ventajas de la ley vasca en otra cuestión espinosa en el tema herencias: las reclamaciones de paternidad. "Hemos visto casos de famosos en los que se ha pedido exhumar el cadáver. Un día aparece un hijo ilegítimo y viene a reclamar su parte de la legítima. Con la ley vasca te ahorras ese problema", señala.
Mascotas y herencias
Ante estas situaciones, ¿no sería mejor tener una ley más flexible, como la vasca, en toda España? "Uno debe tener derecho a elegir el destino de sus cosas, salvo que heredes algo con obligación de traspasarlo a la familia, de continuar con la saga", señala Luis Zarraluqui.
"En 37 años he tenido un caso por la custodia de un perro. Problemas con las herencias, todos los días"
Pero el experto en Derecho de familia no ve muy cercano un cambio al respecto en el Código Civil: "Siempre hay movimiento, pero parece que se habla más de otros temas, no sé si éste mueve votos…", responde, con un punto de ironía, Zarraluqui. Y añade: "En 37 años de ejercicio solo he tenido un caso por la custodia de un perro, pero problemas con las herencias los veo todos los días".
Decía Tolstoi que todas las familias felices se parecen, pero las infelices lo son cada una a su manera. De estas últimas, habrá quien este lunes descuelgue el teléfono para hacer la pregunta: "Perdone, señor notario, ¿cómo podría desheredar a mi hijo?". El notario contestará con otra pregunta: "¿Desde dónde me llama usted?".