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La Casa del Rey, en un paso más hacia esa monarquía transparente prometida por Felipe VI en su discurso de proclamación del 19 de junio de 2014, publicó este lunes por la tarde los bienes del monarca. El patrimonio del jefe del Estado asciende a 2.573.392,80 euros y están compuestos por 2.267.942,80 euros en "depósitos de cuentas corrientes o de ahorro y valores representativos de la participación en fondos propios de cualquier entidad" y otros 305.405 euros en "objetos de arte, antigüedades y joyas de carácter personal" que han sido tasadas.
Se trata de una decisión que ha sido alabada por todos los medios de comunicación, por el Gobierno, el principal partido de la oposición, el PP, y por la ciudadanía en general. Es una revelación sin precedentes en la Historia de España y que ha sido tomada por el propio Felipe VI como muestra de "transparencia y ejemplaridad" y con el objetivo de "reforzar la confianza" de los ciudadanos en la Corona.
Desde que saltó la noticia a las cinco de la tarde el teléfono del jefe de Relaciones con los Medios de Comunicación de la Casa del Rey, Jordi Gutiérrez, no paró de sonar. Los periodistas querían saber si era cierto y muchos más detalles.
La Casa Real asegura que la reina no ostenta la titularidad de la Corona y por eso no publica sus cuentas
Unos minutos después, Zarzuela emitía un comunicado confirmando los hechos y detallando un poco más sobre las posesiones del jefe de la Corona española. Sin embargo, hubo una pregunta lanzada por varios periodistas que el portavoz de la Casa no quiso contestar: "Y la reina Letizia, ¿de qué bienes dispone?".
Ante esta cuestión, el periodista catalán tenía una contestación ensayada: "La reina no ostenta la titularidad de la Corona, el jefe del Estado es el rey y ella no tiene las responsabilidades constitucionales del monarca. Si la reina fuera regente, declararía su patrimonio", puntualizó a todos los que preguntaron añadiendo que las parejas del presidente del Gobierno, de los ministros o de otros altos cargos no facilitan información sobre su patrimonio.
Pero no es menos cierto que ni la mujer de Pedro Sánchez, Begoña Gómez, ni las parejas de los ministro reciben un "sueldo" que sale, como en el caso de la reina Letizia, directamente de los Presupuestos del Estado para la Casa del Rey.
Fue en 2014 cuando Felipe VI decidió que su mujer cobrara 49.182 euros como nómina y contará con 53.282 de gastos de representación. A su favor hay que decir que esta cantidad lleva congelada varios años, pero no se puede obviar que procede de los Presupuestos y que, si el rey se acoge a las leyes de transparencia, tal vez ella también debería hacer lo mismo. De hecho, en la Zarzuela no descartan que lo haga en un futuro.
Lo que parece claro es que Letizia está perdiendo dinero con su trabajo como reina. Si hubiera seguido presentando el Telediario de TVE se calcula que cobraría unos 200.000 euros al año, ya que habría alcanzado seguramente la misma categoría que Ana Blanco o Ane Igartiburu, que no son trabajadores públicos y que negocian ellas mismas sus sueldos.
Cuando la esposa de Felipe VI rescindió su contrato en 2003 con el ente público para comprometerse con el entonces príncipe de Asturias ganaba unos 3.000 euros netos al mes (unos 45.000 euros brutos al año en 12 pagas).
Sabemos que los reyes están casados en régimen de separación de bienes. Unos meses antes de darse el sí, quiero en la Catedral de la Almudena de Madrid el 22 de mayo de 2004, se encargó a Aurelio Menéndez, fundador del prestigioso bufete Uría Menéndez y antiguo preceptor de Felipe, las capitulaciones matrimoniales que ambos firmarían antes de pasar por el altar.
Entre los bienes del rey no aparece ningún valor inmobiliario dentro de España ni en el extranjero
David Rocasolano, primo y abogado de la entonces periodista, recordaría después en un polémico libro sobre su prima, Adiós Princesa, que la actual reina le pidió que fuera su representante en el documento final de las capitulaciones: "Yo era un abogado joven, pero ya había leído centenares de capitulaciones matrimoniales. Suelen tener dos o tres folios. El legajo que me pasaron de Letizia tendría unos 50. En caso de separación, mi prima no iba a tener problemas. Le quedaba una asignación. Algo más que una asignación, se debería decir. Una residencia de verano y otra de invierno. Con su servicio y sus cosas. La vida solucionada, en resumen", contaba Rocasolano.
Si todo esto es cierto, tendría que ser Letizia la que tuviera ya en propiedad dichas residencias que recibiría si se divorcia de Felipe VI. Como comunicaron el lunes por la tarde desde Zarzuela, entre los bienes del rey no aparece ningún valor inmobiliario dentro de España ni en el extranjero. Lo más probable es que sólo si llegara a producirse el divorcio se ejecutarían las capitulaciones de estar vigentes.
Cuando Letizia llegó a Zarzuela en el 2003, la reina solo poseía un pisito en el madrileño barrio de Valdebernardo. Este apartamento de soltera hace años que ya no le pertenece. Lo vendió meses después del fallecimiento de su hermana Érika, ya que fue en él dónde se quitó la vida. Entonces se publicó que lo había vendido por unos 230.000 euros, aunque la Casa Real ni confirmó ni desmintió esta cifra.
En el comunicado que la Casa del Rey envió a los medios revelando el patrimonio de Felipe VI no solo se hablaba de dinero en formato de ahorros, sino que también se daba una cifra en antigüedades y joyas en propiedad. Si la reina revelara sus bienes, también tendría que hacer un apartado de este tipo, ya que Letizia tiene varias piezas muy valiosas en su joyero que ha ido recibiendo como regalos ya sea de parte de su marido, con motivo de algún aniversario, o por la atención de grandes joyerías.
Cuando llegó a Zarzuela sus pendientes de mayor valor eran unos firmados por Laura Márquez, en forma de tira de metal colgante y realizados en plata. La reina les tiene mucho cariño; de hecho, todavía los usa, pero poco tienen que ver con los grandes diseños de más de cinco cifras o más que guarda ahora en su joyero.
Una de las primeras piezas privadas de la reina llegó con cierta polémica, ya que aparece reflejada en el sumario del Caso Nóos. Se trata de su anillo de pedida. Al parecer el entonces príncipe de Asturias eligió dicha pieza por el catálogo de Suárez y le encargó a su cuñado, Iñaki Urdangarin, que fuera a recogerlo a la sucursal de la joyería del paseo de Gracia de Barcelona.
"Iñaki me pidió que le acompañara y yo le dije que lo pagáramos con la tarjeta de Nóos. A él le pareció bien y así lo hicimos. El resguardo de la visa lo guardé yo. Y luego Iñaki no se lo quiso cobrar al príncipe", contaba Diego Torres, exsocio del exduque de Palma, durante el juicio del Caso Nóos.
Por supuesto, ni la Casa Real ni Suárez han desmentido o confirmado nunca al exsocio de Urdangarin; pero lo cierto es que desde entonces nunca hemos visto a Letizia lucir ese anillo en su dedo de nuevo.
Otra de las grandes piezas de su joyero son los pendientes que le regalaron sus suegros, Juan Carlos y Sofía, para lucir el día de su boda. Son unos aretes de platino con seis diamantes de talla pera engarzados de 2,44 quilates, dos diamantes de talla brillante de 1,22 quilates y dos diamantes de talla brillante de 4,54 quilates. Aunque no se sabe su precio exacto, en aquel momento se habló de unos 20.000 euros.
Un diseño que sabemos que tiene, pero que le hemos visto en raras ocasiones, es el reloj que le regaló, con motivo de su compromiso con su hijo, el ahora rey emérito. Juan Carlos lo adquirió en la exclusiva joyería suiza Audemars Piguet. Se trata del modelo Lady Royal Oak, valorado en más de 17.000 euros. Realizado en acero y oro amarillo, presenta una caja octogonal y esfera negra. La reina lo lució en sus primeros años como princesa de Asturias, tanto en eventos oficiales como en salidas más informales, siempre en la muñeca izquierda. Sin embargo, a partir de 2007 decidió guardarlo en su joyero y allí sigue.
Con el nacimiento de su segunda hija, la infanta Sofía, la casa Bulgari le regaló a Letizia una de las piezas más maravillosas de su joyero privado: los pendientes que ya tienen el nombre de la firma italiana. Se trata de una pieza desmontable con criollas doble aro de aguamarinas, oro blanco y diamantes. El modelo corresponde al rango más alto de la casa high jewelry. Su valor podría llegar a los 50.000 euros, aunque es casi imposible de calcular.
También fue un regalo y en formato de pendiente lo que recibió Letizia de la reina Rania de Jordania en su última visita a España. Se trata de una pieza firmada por Chanel en forma de pluma realizada en oro blanco y diamantes de la colección Plume, cuyo precio es de 6.800 euros.
Con el Real Decreto aprobado este martes por el Gobierno sobre la estructura y funcionamiento de la Casa Real, los regalos recibidos por la Familia Real será escrutados por órganos oficiales.
La tiara
La diadema Princesa es la única tiara en propiedad de Letizia (que sepamos). Se trata de un regalo que el rey Felipe VI le hizo a su esposa por su quinto aniversario de boda. Esta joya, de la Casa Ansorena, está realizada en oro blanco y lleva engastados 450 brillantes y 10 perlas australianas.
La reina la estrenó en el año 2015 durante el 75 cumpleaños de la reina Margarita de Dinamarca, en Copenhague. Aunque la flor de lis que la protagoniza ya la había llevado como broche en alguna otra ocasión. Se trata de una pieza valorada en más de 70.000 euros.
Los pendientes en forma de cruz pueden ser una de las piezas más especiales de todo su joyero y con un valor casi imposible de calcular. Solo se los hemos visto en dos ocasiones. La primera fue en la fiesta de cumpleaños de Guillermo de Holanda, cuando sopló las 40 velas en el año 2007. Tardamos casi diez años en saber la autoría de estos espectaculares pendientes de gran tamaño. Son obra de Dimitri de Yugoslavia, a quien se los había comprado el rey Felipe dos años antes, en 2005, según contó el propio joyero en una entrevista.
La segunda vez que se los vimos fue en la celebración en el Palacio de El Pardo del 70 cumpleaños de su suegro, el rey Juan Carlos, en 2008. Nunca más se los hemos vuelto a ver.
Estas son solo algunas de las joyas que conocemos de la reina y de las que sabemos el valor material que tienen. Letizia no es una mujer a la que le guste lucirlas cada día. De hecho, solo lleva siempre un anillo de Karen Hallam regalo de sus hijas que tiene un precio de 45 euros. Sin embargo, ese joyero con piezas de incalculable valor es suyo y entraría dentro de sus bienes.
Lo que no podemos saber ni calcular es el otro punto que detalla Felipe VI en su declaración de bienes (aunque sin dar mucho detalle) y es el de las obras de arte. Conociendo a la reina y sabiendo que en ARCO ha sido vista en varias ocasiones de incógnito, estamos seguros de que Letizia debe tener varias piezas en su poder, ya que es una fan declarada de las artes.
Sí sabemos que el escultor Manolo Valdés le regaló una de sus famosas Meninas, pero no sabemos ni el tamaño ni el valor que tiene; aunque seguro que no es la única pieza de arte que tiene Letizia en su hogar.