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Seguro que por la mente de Letizia Ortiz Rocasolano nunca se pasó una situación como la que estamos viviendo en los últimos días. Cuando hace justo 18 años entraba en la catedral de la Almudena de Madrid para dejar su vida atrás de ciudadana normal y comenzar una nueva, primero como Princesa de Asturias y luego como Reina de España, jamás pensó en semejante 'circo'.
Mientras ella acudía a un acto en Madrid, el pasado jueves por la mañana, de la Fundación Mujeres por África, acompañada por el mismísimo presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, medio país solo hablaba sobre el regreso de su suegro a España. Ya por la tarde, en la comodidad y seguridad que le da su hogar de Zarzuela vio cómo todas las televisiones retrasmitían en directo la llegada a Vigo del exjefe del Estado.
Los Reyes celebrarán este domingo, 22 de mayo, en la intimidad de su hogar, la mayoría de edad de su matrimonio (18 años de casados). Puede incluso que se marchen a Reino Unido para visitar, durante el fin de semana, en Gales, a su hija Leonor y pasar todos juntos ese día tan especial. Sin embargo, el emérito ha conseguido amargarles el aniversario y es probable que la mente de Felipe VI esté más en la reunión con su padre, este lunes, que en el aniversario familiar.
En esa instantánea que se va a vivir en Zarzuela, todavía es una incógnita si vamos a tener imagen de la visita de Juan Carlos a la que fue su casa durante casi 60 años. "Lo que te puedo asegurar es que Letizia no va a estar en esa reunión. Ya no porque su relación con su suegro sea buena o mala, sino porque le parece que lo que ha hecho el padre de su marido es un verdadero circo, y socavando y perjudicando la imagen de la institución y todo el trabajo que realizan ella y su familia", comenta una persona cercana al equipo de la Reina.
"Ella ha dicho que no quiere saber mucho de este asunto porque ya le dijo a su marido que hicieran lo que hicieran les iba a perjudicar, y mucho. Aunque hay mucha gente que asegura que la reina Letizia se debe estar frotando las manos, lo cierto es que está muy preocupada, pero no por Juan Carlos. No siente ningún cariño por su suegro, pero sí por su marido; él lo está pasando fatal. Ella es consciente de que Felipe ha querido dar un golpe de efecto con esto, pero sabe que el tiro les ha salido por la culata. Desde luego, ella jamás hubiera dejado que se marchara a Abu Dabi", afirma una amiga de la Reina a EL ESPAÑOL | Porfolio.
Pero si a alguien le echa la culpa Letizia del circo que está teniendo lugar durante este fin de semana en Sanxenxo es a los medios de comunicación, que han enviado a todos sus especialistas en Casa Real a cubrir la noticia de que su suegro ha vuelto.
Los mismos redactores que habitualmente la siguen a ella, se encuentran en la localidad pontevedresa donde está colgado el cartel de "no hay habitaciones" en todos los hoteles y hostales de la zona. Mientras que en Zarzuela querían una vuelta discreta, para no dar mucho que hablar, su suegro ha montado, piensa, un show, en el que él es el absoluto protagonista.
Mala relación personal
La mala relación personal entre Juan Carlos y Letizia viene desde el primer momento en el que la experiodista pisa Zarzuela a finales de 2003. Para el emérito una mujer divorciada no era "lo mejor" para su hijo y mucho menos para la Corona. Así que ambos están unidos, además de por Felipe VI, por la animadversión que se profesan el uno al otro desde el primer momento.
Ésta fue una grieta insalvable que se abrió el primer día que su hijo le anunció su intención de casarse con Letizia Ortiz Rocasolano. El entonces jefe del Estado le dijo a su heredero: "Te vas a cargar la Monarquía si te casas con ella". Poco podía imaginar que era él, casi dos décadas después, el que iba a hacer tambalearse la institución con sus negocios poco ejemplares y sus idas y venidas.
Las personas cercanas a la consorte reconocen que lo que no le perdona a Juan Carlos -por encima de todo lo demás- es el grave daño que le está causando a una institución por la que tanto están trabajando su familia y ella. La Reina sufre por el hecho de que Leonor y Sofía estén siendo utilizadas -en cierta manera- como máquinas para endulzar y limpiar la imagen de la Corona en estos duros momentos.
Justo ahora, cuando las dos hijas de los Reyes comenzaban a dar sus primeros pasos públicos al frente de la Casa, es el momento en el que más machacada se encuentra la institución por culpa de los asuntos que afectan sólo a emérito.
"Otra de las cosas que no entiende la Reina es la postura de su suegra. Que lleve casi dos años pidiéndole a su hijo que deje volver a su marido, un esposo que ya sabemos cómo se ha portado con ella a lo largo de los años. Y ahora vuelve corriendo desde Miami para verle el lunes y triste porque a ella le hubiera gustado estar con él a Sanxenxo junto a la infanta Elena", añade la misma amiga de Letizia.
Y es que hay pocas personas que entiendan la posición de doña Sofía en todo este tema. Fiel a la promesa de matrimonio que hizo hace justo 60 años (el pasado 14 de mayo fue su aniversario), la madre de Felipe VI se ha pasado esperando el regreso de Juan Carlos a Zarzuela desde que se marchó a Abu Dabi el 3 de agosto de 2020.
La reina emérita ha sido una de las mayores presiones que ha sufrido Felipe VI para que arreglara los asuntos con su padre. Sin embargo, a la emérita la vuelta de Juan Carlos también le pilló de sorpresa; nadie la avisó, se enteró porque le llamó su hija Elena después de que ya hubiera hablado hasta el alcalde de Sanxenxo. Así que la reina Sofía se encuentra hasta mañana, domingo, en Miami (EEUU) para una actividad "de carácter privado", tal y como informa la Casa del Rey. En este caso, explican, doña Sofía ha querido estar presente en "las actividades organizadas en esa ciudad por el Queen Sofia Spanish Institute para conmemorar el 500º aniversario de la primera circunnavegación coincidiendo con la llegada a Miami del buque escuela de la Armada Juan Sebastián Elcano".
Pero la madre del jefe del Estado vuelve a tiempo para, al menos, ver a Juanito (como le sigue llamando ella a pesar de los años y los daños) aunque sea en una reunión tensa, y previsiblemente corta, en Zarzuela el próximo lunes.