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El colombiano Manuel Turizo no ha cumplido los 25 años y ya es toda una institución mundial en la música urbana. Tiene el toque, la tecla, la gracia: camina por el aire hacia el éxito sobre las canciones que escribe, las coplillas bachateras que le van saliendo de los dedos y de la boca como si lo natural fuera soltarlas así, tan mágicamente. “Ando manejando por las calles que me besaste, oyendo las canciones que un día me dedicaste… te diría que volvieras, pero eso no se pide: mejor le pido a dios que me cuide”: él canta y más de 37 millones de oyentes mensuales le escuchan. Da hasta vértigo. 

Tenía 17 años cuando sin ninguna pretensión escribió con su hermano Julián Una lady como tú y estalló el pelotazo: desde entonces no ha parado de trabajar como un miura, respetando la filosofía que mamó de su familia humilde, recordando que lo primero siempre es “tener un plato de comida en la mesa”. Prefiere su casa a las Bahamas, prefiere estar con su gente que “de rumba”: no es niño de discotecas, qué graciosa paradoja. Él compone porque intuye el dolor y la melancolía de los demás, aunque le sobra la estrella.

P.- ¿Cómo era Manuel Turizo de niño? En ese álbum, 2000, nos quisiste contar un poco sobre eso… ¿qué tipo de niño eras?

R.- Neceaba mucho, era un poco rebelde, muy activo… Me encantaban los animales. No era del todo normal, de pronto no encajaba al cien por ciento, siempre llevaba la contraria. Cuando estás chiquito te quieren hacerte comportarte como lo que los demás llaman “normal”, la sociedad castra mucho, y entonces era complicado para mí, pero ahora hago lo que quiero. Ya no tengo que darle explicaciones a nadie, no dependo de nadie, no tengo que recibir la aprobación de nadie. Me valgo por mí mismo y hago lo que quiero.

Turizo.

Turizo. Cristina Villarino.

Turizo.

Turizo. Cristina Villarino.

P.- ¿Cómo hace Manuel Turizo para olvidarse de alguien? Tú nos dijiste “te bloqueé en Insta pero por otra cuenta veo tus historias”… no sé si debería hacerte caso.

R.- (Ríe). Si quieres de verdad a alguien no le olvidas aunque dejes de ver su Instagram, sólo pasa el tiempo. Lo superas un poco, dependiendo de cuanto querías a la persona, cuánto tiempo estuviste y qué tipo de relación tuvisteis, a veces es más fácil y otras veces no. No hay un manual escrito.

Yo soy un despechado total, un despechado mentalmente, a pesar de que no lo esté: para crear me sirve de mucho. Se me da fácil hablar de esas historias aunque en mi vida no las esté sintiendo en realidad. Hasta yo mismo me pregunto de dónde me viene la inspiración de escribir esas cosas, pero supongo que es lo más común que vivimos los seres humanos… la felicidad, el amor, el placer. Todos buscamos lo mismo, aunque lo encontramos en sitios diferentes.

P.- ¿Cuál ha sido el mayor amor que has tenido, el que más te ha marcado?

R.- Mi mamá y mi novia, con la que llevo ocho años.

P.- ¡Un montón!

R.- Sí, desde los 16. Es bonito. Es bonito tener a alguien indispensable que te quiere por quien eres, al cien por ciento, y que no intenta ser nada ni espera que tú seas nada: ella no espera nada de mí, solo a mí. Es un amor especial, diferente. Luego están las personas que me siguen, que me tienen gran cariño por lo que hago, por mi imagen pública, y yo las adoro, pero estoy donde estoy gracias al apoyo de las personas como mi mamá y mi novia.

P.- “Te diría que volvieras, pero eso no se pide” es algo muy sabio, muy valioso. ¿Eres orgulloso? ¿Es mentira eso de “el que la sigue la consigue”? ¿En el amor es mejor saber retirarse, saber no insistir, saber no suplicar atención o cariño…?

R.- ¡Soy demaaaasiado orgulloso! Si tengo que decir algo a quien tenga que decírselo, al final lo digo, no me dejo las cosas guardadas. Te lo digo en tu cara. Yo no me voy a arrastrar por nada ni por nadie. No voy a tirarme por los suelos y no recomiendo a nadie que lo haga, tampoco por amor. Hay que vivir la vida y dejar que todo fluya, todo pasa por algo, créeme.

"Yo no me arrastro por nada ni nadie: que nadie lo haga, ni por amor. Todo pasa por algo"

P.- ¿Cuál es tu filosofía vital?

R.- No olvidarme nunca de cuidar mi vida personal. Yo estoy muy atento de la gente que me quiere y siento que les importo y a cambio les cuido mucho. Te hablo de mis relaciones personales, de mi familia…

P.- ¿Cómo es esa familia? ¿En qué te pareces a tu madre y en qué a tu padre?

R.- Somos una familia pequeña, mis hermanos, mi papá y mi mamá… que se han divorciado. Él tiene un espíritu demasiado noble, brilla mucho por su nobleza. Y mi madre es arrolladora, entra a un lugar y te das cuenta. De ellos he aprendido mucho, también en mi vida profesional. Su filosofía es la mía. Podría resumirse en una frase que puso un amigo mío en stories que dije “puta…”.

“En realidad nadie sabe lo que está haciendo, absolutamente nadie, ni las personas con títulos ni profesiones importantes… ni las personas con puestos de poder, nadie lo sabe, simplemente hay personas que se equivocan públicamente y lo siguen intentando hasta que aciertan, y otras que no hacen nada por miedo a equivocarse”. Yo hago las cosas. Tengo ideas en la mente y tiro de ellas, pero nadie sabe cómo es el camino.

P.- ¿Cómo te ves en quince años?

R.- Con mis hijos y haciendo música. Pero quizá no va a ser lo principal de mi vida en ese momento. Me importa mi carrera y lo que quiero lograr, me importa mi ego personal y seguir viviendo rico.

P.- “Éramos tres en una relación de dos”. ¿Has engañado, te han engañado? ¿Crees en las relaciones abiertas?

R.- Sí he engañado y me han engañado, puse cuernos y me pusieron… y sobre las relaciones abiertas: la verdad que cuando me he enamorado mucho, mucho, no me cabe en la cabeza una relación abierta, me vuelvo posesivo, “es pa’ mí, es pa’ mí”. Yo creo que va así. Quizás en otro tipo de relaciones donde el apego no es tan fuerte sí, okey, tú haz lo que tú quieras, no me importa, lo pasamos rico juntos y ya está. Pero cuando me he enamorado, no. No es la misma filosofía.

Manuel Turizo.

Manuel Turizo. Cristina Villarino.

P.- ¿Eres más de Shakira o de Piqué? ¿Crees en las canciones de despecho o en las canciones-venganza, como ha hecho ella?

R.- Me encanta la música de despecho, sinceramente. Las canciones que te hacen descargar emociones. Me gustan mucho, y entre Shakira y Piqué, bueno, me quedo con ella: yo soy de Shakira, no soy futbolista… y el hombre se habrá equivocado… todos nos equivocamos en esta vida, pero hay errores peores que otros. Somos humanos. La vida no es perfecta.

P.- Has dicho en alguna canción que eres más despechado que romántico.

R.- Sí, cada persona tiene un talento distinto, hay gente que rapeando te hace sentir algo increíble hablando de amor, o gente que te pone muy hot con sus canciones de discoteca… la tienen súper clara. Yo tengo el don de transmitir despecho melancólico o como lo quieran llamar, a la gente le gusta y se conecta. Parece que viviera en depresión todo el año, pero no es así (ríe).

"Parece que viviera en depresión todo el año, pero no es así"

P.- ¿El reguetón ha dejado de ser machista? Maluma vivió muchas acusaciones de ese estilo… ¿crees que las cosas están cambiando? ¿Ahora las mujeres reguetoneras pueden hablar de sexo igual que los hombres? Pienso en el caso de Becky G., que fue censurada.

R.- Yo creo que cada quien es libre de cantar lo que quiera, mujer u hombre. La sociedad no tiene que decirle a nadie lo que tiene que cantar, ni si está bien o mal. Durante muchos años el género urbano ha sido un poquito machista, sí, pero todo el mundo es libre de hablar como quiera y de cantar lo que quiera y el resto de escucharlo o no. A mí por ejemplo me han apoyado muchas más mujeres que hombres. Yo siento que no hay que gastar tiempo en estas polémicas: si me gusta lo escucho, y si no, no.

P.- ¿Eres rico? ¿Qué compraste con tu primer sueldo?

R.- Con mi primer sueldo me compré ropa, pero cuando recibí un montón más grande de dinero me compré una casa, luego otra a mi mamá y luego un carro.

P.- ¿Cómo hace uno para que no se le suba a la cabeza?

R.- No sé cómo hago. De pronto siento que es muy relativo. Tú dirás: “Escucha, Manuel es tranquilo, es buena gente…”. Y sí, soy una persona bien tranquila y me mantengo por debajo del agua, no me interesa estar en la calle ni vivir una vida de lujos ni de locura. No me interesa ir al club, no me interesa salir de rumba. Cada uno disfruta el éxito a su manera, yo lo he hecho todo por mi propio mérito y tengo derecho a disfrutar mientras no haga daño a nadie.