El 22 de julio de 1997, el dibujante japonés Eiichiro Oda conseguía que su obra, One Piece, fuese publicada tras haber sido rechazada hasta en tres ocasiones por sus editores. En poco tiempo se convirtió en el manga más exitoso de la historia y Eiichiro Oda, en uno de los dibujantes más influyentes de todos los tiempos.
"Riquezas, fama, poder: todo lo tuvo el hombre que se proclamó el Rey de los Piratas, Gold Roger. Y sus últimas palabras antes de morir lanzaron a incontables personas a la mar: ¿Mi tesoro? Es vuestro si queréis buscarlo. ¡En ese lugar he dejado todo lo que encontré!". Así comienza este manga, momentos antes de la ejecución del Rey de los Piratas.
Sus palabras y su tesoro, el One Piece, desataron en el mundo la que sería conocida como 'La Gran Era de la Piratería', una época durante la cual innumerables piratas se dispusieron a buscarlo, entre ellos el protagonista de este manga, Monkey D. Luffy, junto a su tripulación.
El Rey de los Piratas
Y aunque One Piece es una obra de ficción, realmente existió un hombre que se proclamó 'Rey de los Piratas' y que se hizo con uno de los mayores tesoros de todos los tiempos: Henry Every.
Se cree que Henry Every nació en Plymouth, Devon, en el sudeste de Inglaterra, en 1653. Decidió seguir los pasos de su padre, por lo que se embarcó desde muy joven en la carrera marítima, en buques mercantes británicos en los cuales llegó a alcanzar el puesto de oficial. Poco más se sabe de él hasta 1693, año en el que se unió como primer oficial a un barco corsario, el 'Charles II', que formaba parte de una expedición financiada por la corona española para atacar intereses franceses en el Caribe.
El 'Charles II' hizo una escala en A Coruña para aprovisionarse antes de cruzar el océano y recibir la patente de corso del rey de España, Carlos II, un documento emitido por la corona que autorizaba a atacar y saquear naves de países enemigos. Pero, tras casi un año, la patente seguía sin llegar.
Capitan pirata
Al cabo de unos meses, y por miedo a las deserciones, los armadores habían dejado de pagar los salarios a la tripulación, esperando que en poco tiempo la situación se resolviese, pero no fue así. Lo que parecía que iba a ser una parada más para abastecerse y completar los trámites pendientes, se convirtió en un motín auspiciado y liderado por el primer oficial del 'Charles II', Henry Every, que estalló el 7 de mayo de 1694.
Henry fue nombrado capitán y dio la orden de salir de A Coruña a toda vela mientras recibían fuego de artillería ordenado por las autoridades españolas, que habían sido informadas de la sublevación a bordo. El 'Charles II' fue renombrado como 'Fancy' (Elegante) y puso rumbo al océano Índico, a Madagascar, donde establecerían su base pirata.
De camino se dedicaron a atacar puertos coloniales de las costas africanas, lo que les valió para que todos ellos pusieran precio a sus cabezas. Además, capturaron tres barcos ingleses en las islas de Cabo Verde y otros dos daneses frente a Santo Tomé antes de seguir su viaje por la costa occidental de África. Durante la travesía, Every se ganó la reputación de despiadado negrero y comenzó a ser conocido por el mal trato que daba a sus cautivos. Incluso en ocasiones, atacaba a otros piratas y los empujaba a unirse a él con alianzas a vida o muerte.
Con su base ya establecida en el refugio pirata de Madagascar, Every formó una flota de seis barcos con los que comenzó a atacar los convoyes mercantes cargados de riquezas que hacían la ruta entre la India, La Meca y África, pero en 1695 se enteró del que podía ser el premio gordo.
El mayor botín pirata de todos los tiempos
Ese año, el emperador mogol, Aurangzeb, iba a enviar una flota cargada de riquezas a La Meca como donación, en la que viajarían cientos de peregrinos, así como las esposas de importantes funcionarios de su imperio. Aurangzeb era el soberano del subcontinente indio, autodenominado 'Conquistador del universo' y el hombre más rico del planeta en aquella época, por lo que el riesgo a correr compensaba con creces lo que podían conseguir haciéndose con su flota.
Tras hacerse a la mar, el 11 de septiembre de 1695, los piratas avistaron la flota del emperador. Los barcos del tesoro estaban fuertemente armados, pero especialmente dos, el Ganj-i-Sawai, con más de 40 cañones y 400 fusileros, una ingente cantidad de infantes para la época y que debía ser el que transportaba la mayor parte del tesoro mogol, y el Fateh Mohammed, por lo que decidieron ir a por estos dos.
Tras un día de persecución, alcanzaron al Fateh Mohammed y se apoderaron de él. El barco fue abordado y se capturó un botín estimado de 14 millones de dólares actuales. La flota pirata dirigió su atención al objetivo principal, el Ganj-i-Sawai, el gigantesco barco que transportaba la mayor parte del tesoro del emperador.
Tras dos horas de batalla, Every tuvo la suerte de su lado. Un cañón mogol en mal estado explotó y mató a decena de soldados, lo que le dio una ventaja inesperada y decisiva durante el ataque. Una hora más tarde, uno de sus cañonazos rompió la base del mástil del buque mogol, lo que le imposibilitaba para maniobrar y permitió que los piratas se lanzasen al abordaje desde sus barcos.
El Ganj-i-Sawai había caído y comenzó un saqueo brutal y despiadado, durante el cual la tripulación de Every se lanzó a una orgía de violaciones y torturas que duró siete días, el tiempo que tardaron en cargar el botín. Durante la masacre, algunas mujeres prefirieron arrojarse a los tiburones o suicidarse con sus propios cuchillos antes que seguir soportando las vejaciones a las que aquellos piratas las estaban sometiendo.
A pesar de que la mayor parte de los pasajeros murieron, todos negaron la violencia de aquel día, pero uno de los piratas confesó la verdad a un funcionario británico antes de su ejecución en la horca en Londres en 1696. En palabras del funcionario: "Expresó el sentido de su malvada vida, en particular por las más horrendas barbaridades que había cometido, que aunque fueran hacia paganos e infieles... habían sido saqueados de una forma tan inhumana y habían recibido un trato tan despiadado, que sufría la muerte de manera justa por tal inhumanidad".
El Rey de los Piratas que cambió el rumbo de la historia
Every y sus piratas se hicieron con un botín estimado de al menos 100 millones de dólares actuales, probablemente el más grande jamás capturado en la historia de la piratería y compuesto por oro, plata, piedras preciosas, especias, seda, marfil… Este golpe elevó a Every a la categoría de leyenda viva y comenzó a conocérsele como el Rey de los Piratas, pero también fue una acción que cambió el rumbo de la historia, ya que fue un punto de inflexión crucial para el ascenso de la dominación del imperio británico en todo el subcontinente asiático.
Los soberanos mogoles llevaban siglos gobernando la India, siendo uno de los imperios más ricos de la historia gracias a la exportación de seda, algodón o especias, pero la primera sociedad anónima de la historia y una de las empresas más grandes de todos los tiempos, la Compañía Británica de las Indias Orientales, creada en el año 1600 para financiar expediciones comerciales entre la India e Inglaterra, iba a cambiar esta situación, ya que acabaría convirtiéndose en el instrumento de la corona británica para extender de manera 'externa' su conquista política y económica en la India.
En aquel momento, la Compañía Británica de las Indias Orientales tenía todavía una posición débil, con tan solo un par de puestos en Bombay y Surat. Cuando los supervivientes del asalto pirata dieron las noticias al emperador mogol, éste hizo responsable a la Compañía de las atrocidades de Every, por lo que mandó encarcelar a sus administradores, bombardear sus enclaves y bloquear sus exportaciones.
"Enemigos de la humanidad"
Inglaterra, por miedo a perder sus relaciones comerciales, emitió una proclamación real que declaraba a Henry Every y sus compinches "enemigos de la humanidad", creando una fórmula legal que permitía al imperio británico ampliar su jurisdicción para perseguir a los piratas por todo el mundo, sentando las bases para la hegemonía británica en la India durante los siguientes 200 años. El golpe que el pirata había asestado fue tan descomunal que fue suficiente para cambiar la geopolítica internacional del siglo XVII y el curso de la historia.
Pero a pesar de las recompensas por su cabeza, Henry Every desapareció sin rastro. Tras capturar aquel legendario botín, él y sus piratas navegaron a Santo Tomé y después al Caribe donde se disolvieron en la primavera de 1696.
Aunque algunos de sus piratas fueron capturados y llevados ante la justicia, él nunca apareció. Durante las siguientes décadas, circularon multitud de historias sobre él: que vivía a todo lujo en una remota isla, que lo había perdido todo, que había muerto en la ruina… pero jamás fue encontrado.
El capitán Kidd, William Kidd, llegó a recibir el encargo de librar el océano de piratas y, concretamente, de capturar a Henry Every. No solo no lo encontró, sino que él mismo se dedicó a la piratería. En 1698, el gobierno británico emitió una amnistía general para todos los piratas, pero en ella se mencionaba a Kidd y a Every específicamente como excepciones. Ellos jamás serían perdonados.
A día de hoy nadie sabe qué fue del Rey de los Piratas. Su destino final sigue siendo un misterio, convirtiéndose en uno de los pocos piratas conocidos que escapó de la muerte. Quizá su fabuloso tesoro, el One Piece, permanece todavía escondido y esperando a ser encontrado.