
Presente, pasado y futuro de los Cantones de A Coruña
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El antes y el después de los Cantones de A Coruña, puerta de entrada y salón urbano de la ciudad
Los Cantones están a punto de vivir una gran transformación, pero sus edificios y adoquines guardan una larga historia de cambios que relatan cómo ha evolucionado la vida en la ciudad con el paso de las décadas
Más información: Arrancan los nuevos Cantones de A Coruña: se inicia la retirada de la mediana ajardinada
Los nuevos Cantones de A Coruña ya están en marcha. Este lunes dieron comienzo los trabajos para retirar la mediana ajardinada que los recorre, el primer paso de una importante obra que renovará por completo esta vía, ampliando los espacios peatonales y zonas verdes, y preparádola para la integración de la fachada marítima. Esta remodelación se sumará a la larga historia de cambios que han vivido los Cantones, la histórica puerta de entrada y salón urbano de la ciudad.
Mucho han vivido los Cantones hasta convertirse en lo que son hoy: una amplia vía de edificios altos y señoriales, donde tienen su sede importantes empresas e instituciones. Hasta finales del siglo XIX estas calles albergaban casas de pequeño tamaño con galerías, que a poco fueron dejando paso a los grandes edificios que ahora lucen imponentes.
"Los Cantones eran la puerta de llegada a la ciudad, porque la mayoría de personas llegaban en barco, existían caminos, pero confluían contra una muralla, sin embargo, si llegabas desde el mar, esa era la primera fachada que veías", explica la arquitecta Nuria Prieto, quien recuerda que la fachada que se veía "curiosamente era trasera, porque las galerías son la trasera". "La imagen de la ciudad terminó siendo esa", señala.

El Cantón Grande en el año 1900, cinco años después de la construcción del Obelisco. Foto de José Sellier
Pero, además de puerta de entrada, el Cantón Grande se convirtió también en el salón, o sala de estar, de los coruñeses y coruñesas. Hay que situarse a finales del siglo XIX y principios del XX, cuando se popularizan los bulevares y los llamados "espacios salón", aquellos en los que trascurre la vida social. En ese momento la ciudad ya no es solo un espacio "fucional" en el que vivir, sino que "adquiere ese carácter burgués que la marca, y la cultura empieza a tener importancia", relata la arquitecta.

El Cantón Grande a principios de los años 30, con el edificio del Banco Pastor ya construido
Se asienta así la idea de los Cantones como espacio de intercambio social y cultural. "Aparece el circo de Emilia Pardo Bazán, los Jardines de Méndez Núñez con sus pabellones... todo nace al abrigo de esa atmósfera urbana de ser espacio de relación". Una visión que "perduró hasta los años 50", con edificios como el Teatro Linares Rivas, construido en 1919 y derribado durante la Guerra Civil, que dio paso posteriormente al Cine Avenida, que data de 1937 (propiedad actual de Abanca y recientemente renovado).
Paso a la modernidad
Sin embargo, "la cultura se va volviendo más capitalista" y en la década de los 60 se popularizan las ideas del desarrollismo. "Eso trae consigo la imagen del dinero, y eso se traslada a los Cantones, por lo que todas las sedes de los bancos estaban en los Cantones. Hoy en día han ido mutando, pero estaban todos", indica Prieto.
Edificios que son imponentes, altos, iniciándose en este espacio la construcción en altura en A Coruña. Algo de lo que también fue testigo el Obelisco. El monumento, un homenaje a Linares Rivas, fue construido en 1895, pero en 1952 fue ampliado, añadiéndole una base que le hizo ganar dos metros de altura, ya que los nuevos edificios de la zona lo habían dejado pequeño.

El Cantón Grande en 1951, con el edificio del Avenida y el del Banco Hispano Americano ya construido, y un Obelisco antes de su "estirón"
Con todo, "la modernidad llega definitivamente con la construcción del edificio del Casino", proyeto de Andrés Fernández-Albalat que data de 1969. "Albalat había introducido la modernidad en A Coruña con la Seat y la CocaCola, pero esos edificios no dejan de ser industriales, y están a las afueras, pero este está en el centro", detalla la arquitecta. Con ese edficio se produce "la transformación a la modernidad", y es cuando se empieza "a pensar de forma crítica qué hay que hacer con ese espacio que es un salón urbano".

El Cantón Grande a mediados de los años 70, con coches aparcados en el Cantón y tres edificios modernos construidos
La idea que fue primando sobre los Cantones fue la de potenciar su uso público, gananado cada vez más espacio para las personas. En ese sentido, otra reforma crucial fue "la creación del parking subterráneo". "Lo tenemos muy interiorizado. Como el tráfico siguió por arriba, no se le prestó atención, pero gracias a que los coches van también por debajo, van menos por la calle", recuerda.
Los futuros Cantones
"Hay lugares en las ciudades que son pulsos de en qué momento histórico se encuentra la ciudad, cada ciudad tiene el suyo, y en A Coruña son los Cantones", asegura Prieto. La arquitecta considera que ahora mismo nos encontramos "en un punto muy difícil de transición" ya que han cambiado los usos que damos al espacio público. "No sabemos si el coche va a seguir o no, no sabemos cómo va a ser el uso del espacio público, porque los niños ya no juegan en la calle, pero parece que vuelven, no trabajamos tanto fuera, pero sí salimos más...".

Proyección de cómo quedará el Obelisco y Avenida de la Marina desde la bancada.
El proyecto que el Concello va a llevar a cabo a lo largo de los próximos 20 meses va en esa dirección: "Peatonalización, pero desde un punto de vista más realista", es decir, siguiendo una tendencia cada vez más al alza, mediante la que se crean "modelos híbridos" en los que el coche no desaparece del todo, pero en los que se desincentiva su paso por determinadas zonas, dando prioridad a los peatones.
Esa es la idea de los arquitectos del proyecto de renovación, José Manuel Vázquez y Carmen Calatayud, "acondicionar el espacio para la gente, para que se use y se viva", y hacer "resplandecer de nuevo uno de los espacios públicos más queridos" de A Coruña. Para ello: más espacio peatonal y más zonas verdes, con la mirada puesta en la apertura del Puerto a la ciudad.

Vista general de la obra
Así, con esta obra, se peatonalizará Entrejardines, que se unirá a los jardines de Méndez Núñez, y el trayecto entre Santa Catalina, los Cantones y Durán Loriga, de modo que se duplicará el espacio de los peatones. A ello se sumarán trabajos de continuidad de los espacios verdes y de árboles, y la instalación de más bancos a lo largo de los Cantones. En lo que respecta al tráfico rodado, se habilitará un aparcamiento y se le volverá a dar una posicion central al Obelisco eliminando salidas y entradas de parking.
Un cambio más en la larga historia de los Cantones, que seguirán recogiendo y transmitiendo cómo fue la vida de las personas que los habitaron.