"Para Carles Puigdemont será muy difícil gobernar Cataluña desde el extranjero". El ghanés Céphas Kosi Bansah, también conocido como rey Bansah, sabe lo que dice. Él habla desde la experiencia, y la suya le ha llevado a ser rey de los ewe en Ghana pese a vivir en Ludwigshafen (oeste alemán). Él es un monarca que reina a distancia -desde un taller de Ludwigshafen, una ciudad alemana que tiene un importante puerto en el Rin- sobre el que es el tercer grupo étnico de Ghana.
Son súbditos suyos cerca de 380.000 ghaneses, lo que representa casi un 14% de la población del país africano. Ghana es una república presidencialista con fama de ser una de las democracias más estables del continente negro. Además, el país cuenta con figuras tribales como el rey Bansah, alguien de quien se espera “ayuda para resolver los problemas del pueblo en su día a día”, dice el monarca a EL ESPAÑOL. Para él, las distancias no suponen problema alguno.
Su ayuda, el rey Bansah la presta a su pueblo principalmente desde Alemania. Para ello son esenciales las nuevas tecnologías. Por eso se dice que el rey Bansah se ocupa del bienestar de sus súbditos a través de Skype. “Hoy día es muy fácil estar en contacto con la gente”, asegura el monarca, que prefiere no citar ese servicio de llamadas por Internet. En su rutina, hay muchas horas de teléfono, correos electrónicos y cualquier otra vía de comunicación.
Su condición de rey fuera del territorio ewe, de hecho, se la debe en buena medida al Fax. El uso de estos aparatos en tierras de los ewe ayudó a persuadir en su día – mucho antes de la democratización de Internet – a quienes dudaban de que Céphas Kosi Bansah pudiera ejercer su día a día como monarca desde Alemania.
Desde su casa, el rey Bansah se ha interesado estos días por la crisis catalana. “He seguido la situación a través de los medios de comunicación”, cuenta este hombre de 69 años. En calidad de líder de los ewe a distancia, su situación se asemeja al mejor de los escenarios imaginables para los independentistas de Cataluña. Sobre todo, en vista de que Junts per Catalunya (JxCat) y ERC, quieren presentar como candidato a president a Carles Puigdemont.
Ésto, pese a que Puigdemont es un huido de la Justicia española y a que una investidura a distancia desde Bruselas no cuenta con amparo de la ley, según el recientemente presentado informe jurídico de los letrados del Parlament. Puigdemont está imputado por rebelión, sedición y malversación de fondos públicos.
Según el rey Bansah, Puigdemont va a tener “muy difícil poder llevar a cabo sus tareas a nivel parlamentario, judicial, presupuestario, etcétera” desde el extranjero. “Una presencia [en el Parlament] sólo se puede reemplazar de forma limitada a través de los medios modernos de telecomunicación”, subraya el rey Bansah. Él, en su sala de estar, tiene dos grandes tronos de madera tallados. Uno para su mujer y otro para él. Del suyo asoman dos banderas, la de Alemania y la de Ghana. Su corona reposa en un mueble cercano al trono del monarca.
Desde que comenzó su reinado, hace ya poco más de un cuarto de siglo, el rey Bansah ha cumplido con una interesante hoja de servicios. “Los que se me pide es hacer que mi pueblo esté mejor. Por eso me ocupo de la construcción de centros educativos, centros médicos o de puentes para que los granjeros o los niños que van a la escuela no tengan que cruzar ríos con el peligro de ser arrollados por las aguas”, expone el rey Bansah.
Uno de los últimos proyectos en los que ha contribuido es la construcción de una cárcel para mujeres y adolescentes, cuya apertura está prevista en el próximo mes de febrero. "Hasta ahora en las celdas de la policía había hombres, mujeres y niños, lo que podía derivar en agresiones”, cuenta el líder de los ewe, que actualmente también se ocupa de la financiación de tratamientos y cuidados de varios enfermos que requieren atención en Ghana.
Una exótica celebridad africana en Helmut Kohl
Para financiar estas iniciativas resulta crucial su actividad como empresario y jefe de un taller mecánico en 'su' ciudad alemana. Pero también son claves otras ideas comerciales que llevan asociadas la causa del bienestar de su pueblo. Por ejemplo, el artista Gregor Torsten-Kozik ha diseñado una colorida camisa para la marca de ropa Germens inspirada en el rey Bansah. La prenda está llena de motivos típicos ghaneses. De la venta de cada una de las primeras 99 de esas camisas – cuyo precio de venta es 228 euros en internet –, 30 euros son donados a proyectos sin ánimo de lucro en Ghana.
En su casa, el rey Bansah tiene fotos con gente ilustre de la política internacional. Ludwigshafen es la ciudad del ex canciller Helmut Kohl, fallecido el pasado mes de junio. El rey Bansah tiene colgada en uno de los muros de su casa una foto con él. También con el otrora ex presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, y hasta con el papa Juan Pablo II. Líder de los ewe, el rey Bansah también es una celebridad local de Ludwigshafen.
De ahí que el diario Süddeutsche Zeitung informara en su día de que el nombre del rey Bansah figuraba en una lista de nombres de la organización terrorista Clandestinidad Nacionalisocialista (NSU por su siglas alemanas). La NSU tuvo en su punto de mira, sobre todo, inmigrantes. En activo entre 2000 y 2011, la NSU acabó con la vida de diez personas e hirió a una veintena en diversos atentados terroristas de carácter xenófobo.
El teléfono e Internet, condición para reinar
Para el rey Bansah, estar conectado a Internet es una condición sine qua non para ejercer sus labores de monarca. En Ghana, un hermano suyo es su representante. Está en contacto con él. “A través desde mi hermano la gente me llama, me manda fotos, hablamos de las peticiones y de los problemas”, explica este hombre, que se siente muy cerca de su pueblo pese a vivir en Alemania. “La gente en Ghana está muy interesada en las nuevas tecnologías, yo las reclamo para los centros educativos del país”, abunda.
Para reinar a distancia también hace falta, de cuando en cuando, pisar las calles de los pueblos donde viven los ewe. El rey Bansah, que vive a unos 6.200 kilómetros de Acra, la capital ghanesa, se desplaza a menudo a ver a sus súbditos. “De media, viajo una vez cada tres meses a Ghana para ocuparme de los proyectos puestos en marcha”, sostiene. Esto es algo que no parecen tener en cuenta Puigdemont ni quienes quieren hacerlo president pese a que tiene cuentas pendientes con la justicia española por ser el principal instigador del golpe separatista en que se acabó convirtiendo el procès.
En este sentido, el monarca africano que vive en Ludwigshafen subraya que “si existe el peligro de que [Puigdemont] sea detenido, él no podrá volver a su tierra”. El rey Bansah, sin embargo, no tiene problemas con la justicia. Él no vive en el exilio que se ha autoimpuesto de Puigdemont para eludir a la Justicia. “Yo puedo viajar a mi tierra en todo momento”, apunta.
“El Rey Felipe VI hace muy bien su trabajo”
El rey Bansah se muestra solidario con su homólogo español, el rey Felipe VI, quien no ha dudado en intervenir en la crisis catalana, llegando a pedir firmeza al Estado para que actuara contra la “deslealtad inadmisible” de la Generalitat en los días posteriores al referéndum ilegal del 1-O. “El rey Felipe VI es un rey moderno cercano a su pueblo y que hace muy bien su trabajo”, asegura el monarca ghanés, que apela a soluciones acordadas para la situación catalana.
“De todo corazón espero para Cataluña y España una solución que llegue de mutuo acuerdo. La separación de partes de un país y de personas que llevan desde muchos años viviendo en paz y de mutuo acuerdo, es algo muy delicado”, sostiene. “Yo no quiero que haya disputas que puedan dañar a ambos lados”, agrega.
Como monarca, el rey Bansah cuenta con un estatus especial. En su país ser rey no significa realmente tener un papel comparable al de los políticos profesionales. Reyes tribales como él sirven a sus súbditos de referente moral. “Ghana es desde hace muchos años una democracia, donde los reyes tradicionales son cuidados y respetados por los pueblos. A través de la protección de esta tradición reina la paz”, cuenta el rey Bansah sobre su país natal, que logró convertirse en república independiente en 1960. Anteriormente fue colonia del Reino Unido.
Entre el trono del salón y el taller de coches
“Yo muestro a la gente en Europa y en Ghana que un hombre debe ser trabajador para lograr algo en la vida”, sostiene el rey Bansah. Los políticos pueden caer en la corrupción o lanzarse en aventuras políticas de legalidad más que cuestionable, como el referéndum del 1-O celebrado en Cataluña. A otros monarcas en el 'viejo continente', las voces republicanas les reprochan que vivan encerrados en palacio entre acto oficial y acto oficial. Por su parte, el rey Bansah es especial. Él no es un político de carrera. Tiene un taller de vehículos. Vive del trabajo de sus manos.
Pese a esta circunstancia y al hecho de venir de una República presidencialista, el rey Bansah expresa admiración por los monarcas del 'viejo continente'. “Las monarquías europeas se han hecho muy modernas, sirviendo a antiguas tradiciones. Y eso me gusta”, expone, antes de aclarar su situación como rey-trabajador.
“Yo aprendí en Alemania que uno tiene que mantenerse por sí mismo. Financio mi existencia a través de mi trabajo”, comenta sobre la media vida que lleva afincado en el país de Angela Merkel. Llegó por primera vez en 1970, en un programa de intercambio. Posteriormente se formó como en una escuela como mecánico. En 1983 se hizo autónomo. Por su empresa han pasado una quincena de jóvenes alemanes en proceso de formación.
Antes de ser rey, este hombre de aspecto compacto – mide 1,70 metros de alto – ha sido, sobre todo, una persona trabajadora. Pudo venir a Alemania gracias a su abuelo, rey de los ewe fallecido en 1992 y gran amante de Alemania. “Mi abuelo estaba fascinado con Alemania. Él decía: 'uno de mis nietos debe ir a Alemania'”, cuenta el ahora rey Bansah. Así fue como el joven Céphas Kosi Bansah acabó viajando hasta suelo germano y haciendo carrera como mecánico.
En 1992 falleció su abuelo. La corona debía haber recaído en manos del padre de Céphas Kosi Bansah o en las de su hermano mayor de no ser porque ambos eran zurdos. “Ambos no pudieron ser sucesores directos porque eran zurdos”, explica el rey Bansah. En la cultura de su país, la mano izquierda no goza de buena reputación. Su uso está prácticamente vetado en la vida pública. Para los ewe, el rey no puede ser zurdo.
Con todo, la familia real de los ewe tiene asegurada la sucesión. Los hijos del rey Bansah, el príncipe Carlo Koku Bansah y la princesa Katharina Akosua Bansah, van a seguir velando por los intereses de los ewe desde Alemania. “Mi hijo o mi hija ocuparán mi lugar”, asegura el rey Bansah. Las distancias no alejan a esta familia de su tradicional papel en la sociedad ghanesa.
No se puede decir lo mismo de Puigdemont. En vista de la evolución política en Cataluña, poco o nada hace pensar un huido que pueda ser presidente de la Generalitat desde Bruselas y sin agravar sus problemas con la justicia.