
Las monjas clarisas en su restaurante junto a comensales disfrazados
El menú de las monjas de Belorado en su restaurante asturiano recién abierto
Las ex monjas de Belorado, que se rebelaron contra la iglesia el año pasado, abren un restaurante asturiano para compensar los gastos de su deshaucio.
Más información: Ya hay fecha para el juicio y el desahucio de las monjas de Belorado
¿Y si el cuerpo de cristo se encuentra en los cachopos asturianos? Acorde al evangelio cristiano, el mesías, en su omnipotencia, multiplicaba el vino, el pan y los peces. Una facultad sobrenatural perfecta para pregonar la fe cristiana, y para abrir un restaurante. No obstante, Jesucristo carecía de espíritu empresarial. Milenios después, las monjas clarisas de Belorado han abierto su propio restaurante en Asturias. Su objetivo, multiplicar ingresos para compensar su orden de desahucio del convento de Santa Clara.
Tras rebelarse contra la iglesia el año pasado, las monjas fueron excomulgadas de sus funciones, lo que derivó en un pulso legal con el Vaticano. Su descarrilamiento de los senderos del señor les ha costado su derecho a residir en el convento de Santa Clara. Por ello, deberán medirse en el juicio a una entidad superior: el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción Nº1 de Briviesca, en Burgos.
Exactamente un año después de su divorcio espiritual con la iglesia, el 13 de mayo, tendrá lugar la vista previa por el desahucio de las ex monjas. Su fecha de desahucio ha sido fijada para el 10 de junio, por lo que algunas de ellas ya se han independizado para emprender fuera de las paredes del convento.
No se sabe con certeza si Dios está en todas partes, pero desde luego que los negocios de las monjas clarisas sí que abarcan todo tipo de sectores. Han probado todo tipo de fórmulas para ganar dinero: desde ventas de casullas por Wallapop a más de 200 € a el lanzamiento de su propio álbum musical, pasando por el cobro de la pensión de una "hermana" fallecida. Ahora tres de ellas se han marchado a Asturias para abrirse camino en la hostelería.
En la villa asturiana de Arriondas han abierto su restaurante, bautizado como Santa María del Chicu. Antes de que se les prohibiera desarrollar sus negocios en el convento, ellas solían dedicarse a la repostería, lo que podría invitar a pensar que en su restaurante las monjas no sirven platos fuertes. Todo lo contrario. Han apostado a lo grande, sirviendo cachopo, fabada asturiana e incluso paella valenciana. No obstante, la repostería continúa ocupando un espacio especial, con magdalenas y chocolates.
Un menú de 15 €. Los fines de semana asciende a 18 €. Una acogida más que exitosa teniendo en cuenta que es su primera incursión en el sector. Algunos de los comensales que han podido catar su oferta gastronómica han manifestado su satisfacción. En concreto, el tiktoker Fabrio Rodrigo ha disfrutado de una experiencia que trasciende a lo terrenal. Este ha publicado un vídeo en la plataforma en el que transmite las sensaciones que ha dejado Santa María del Chicu en su paladar.
En él se aprecia un comedor revestido con piedra vista, con una estética muy propia de taberna asturiana. En la pared, una pizarra con un dibujo de una monja sonriente saludando que presenta el menú del día. De primero, Fabrio y su compañero prueban fabada y paella, platos que les sorprenden gratamente. Prosiguen con un cachopo, según ellos, algo escaso de queso, pero con mucho sabor. La carne guisada tampoco no se queda atrás, y por último, arroz con leche. "¡Como el de la mama!", exclama sobresaltado su compañero. Ambos salen del restaurante con bolsa en mano de chocolates artesanales hechos por las monjas, mientras Fabrio comenta: "Tienen una pinta brutal".
Otros de sus platos sagrados son la fideuá, el codillo o escalopines. La popularidad de las monjas ha jugado un papel crucial. Son un fenómeno social. Estas han sabido surfear la ola mediática para materializarla en un local que está recibiendo mucha afluencia por parte de los locales. Incluso hay quienes han cruzado la puerta disfrazados de monjas. El tiempo dirá si Santa María del Chicu obtiene su gloria eterna, aunque por el momento su menú es el evangelio más recitado por sus comensales.