
Fernando Savater durante una entrevista con El Cultural.
Fernando Savater: "Este gobierno tiende al autoritarismo, espero que nos libremos de él antes o después"
El escritor y filósofo participa en el ciclo "Martes de libros" esta semana en Zaragoza.
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Recomienza el programa cultural de Fundación Ibercaja “Martes de libros”. Los encuentros literarios que se desarrollan en el Patio de la Infanta contarán nuevamente con escritores e influyentes personalidades del ámbito nacional.
El primer encuentro de este mes será el miércoles 12 de marzo, a las 19.00, con la participación de Fernando Savater, filósofo, ensayista y uno de los pensadores más relevantes en la actualidad, quien conversará con el crítico literario César Pérez Gracia para presentar su última obra 'Carne gobernada'.
Antes de que el invitado haya pisado suelo aragonés, El Español ha podido hablar con él. En esta entrevista conversamos sobre la filosofía, los intelectuales, la política, España, el amor ... Un poco de todo para dar forma a una reflexión profunda sobre el mundo en que vivimos. A través de su mirada crítica y su inconfundible estilo, Savater nos habla de la importancia del pensamiento libre, los retos de la democracia y el papel fundamental de la cultura en estos tiempos.
Pregunta: A lo largo de su carrera, ha ejercido como profesor, ensayista y divulgador. ¿Cómo le gusta definirse?
Fernando Savater: Me defino como profesor, porque eso es lo que soy, bueno, lo que he sido porque ya estoy jubilado (ríe). La docencia ha sido mi manera de compartir ideas y debatir con los demás.
P.: En 1991 publicó "Ética para Amador", un libro con el que muchos jóvenes se acercaron a la filosofía. Han pasado más de 30 años desde entonces. ¿Cómo cree que los jóvenes se relacionan hoy con la filosofía?
F.S.: Creo que a todo el mundo le interesan cuestiones como la libertad, la justicia o la vida en sociedad. La filosofía sigue siendo importante, pero a veces se enseña de manera poco atractiva, con referencias demasiado académicas. Lo fundamental es encontrar la forma de conectar con los jóvenes para que descubran que la filosofía también habla de sus inquietudes.
P.: Usted ha hablado en diversas ocasiones sobre el compromiso intelectual con la sociedad. ¿Deben los intelectuales asumir un papel activo en el debate público?
F.S.: Los intelectuales deben ser conscientes de que forman parte de un conglomerado cívico y tienen la responsabilidad de contribuir al pensamiento crítico. No se trata de convertirse en líderes políticos, sino de aportar claridad y reflexión en una sociedad donde abundan las ideas contrapuestas. Hay que combatir ciertos discursos ideológicos desde la cultura y el razonamiento.
P.: En la actualidad se habla mucho de la polarización política. ¿Es un fenómeno inevitable?
F.S.: En democracia, el enfrentamiento de ideas es inevitable y necesario. En una reunión de personas libres, que pueden expresarse sin coacciones, es natural que surjan opiniones distintas, ya sea sobre lo que ocurrió en el partido del domingo o sobre las próximas elecciones. Y eso es positivo, porque el debate dinamiza la sociedad y permite que surjan ideas frescas, en lugar de quedar estancadas en un pensamiento único.
P.: Entonces la polarización no es un problema
La polarización es una cosa positiva, uno no tiene que aceptar todo lo que digan los demás para que estemos a gusto. Evidentemente la polarización dentro de una cortesía civilizada. El enfrentamiento no tiene porqué ser amenazante, usted piensa una cosa, yo pienso otra... La unanimidad intelectualmente es irrelevante, si estamos todos de acuerdo y a gusto no llegamos muy lejos.
P.: Si la polarización es positiva, no podemos decir que la democracia en España está en crisis.
Esta en una crisis sana, en una crisis en la que siempre esta una democracia, lo que pasa es que ahora las circustancias internacionales son más amenazadoras. Tenemos una guerra en Europa, que no sabemos hasta dónde se puede extender; tenemos un presidente en EE.UU que hace cada vez cosas más raras, rompiendo unos pactos históricos... En fín, unas circustacias particularmente difíciles. Ha habido épocas más tranquilas. Per bueno, dentro de eso, la democracia en España funciona; aunque creo que el gobierno que tenemos tiende más a lo autoritario que a lo democrático, pero bueno, espero que antes o después nos libremos de él.
P.: Hablemos de los medios de comunicación. ¿Cree que hay polarización?
F.S.: No se puede generalizar. Yo he estado medio siglo en los medios de comunicación, y ahí hay de todo. Medios que han ido muy bien, y ahora van muy mal como El País; y otros en cambio, que han aparecido nuevos y tienen sus ventajas... Creo que en esto depende de la honradez de los periodistas y de los que colaboran con los medios.
P.: ¿No esta usted de acuerdo con Manrique en que 'Cualquier tiempo pasado fue mejor'?
(Ríe) ¡Para nada! Hombre, como viejo que soy, prefiero el tiempo pasado, porque entonces era joven. No creo que fuera el mundo entero mejor, sino que yo estaba mejor que ahora.
P.: Existe cierta preocupacion por las nuevas tecnologías ¿qué opina sobre el impacto del móvil por ejemplo en los jóvenes? ¿Están adormecidos?
F.S.: Siempre que aparece una nueva tecnología, hay quien dice que va a acabar con la humanidad. Se dijo lo mismo cuando se inventó el teléfono. Lo importante es saber usar estas herramientas de manera positiva, sin que nos conviertan en esclavos de la inmediatez.
P.: En su libro "Carne gobernada" habla sobre el amor y el deseo, ¿qué nos puede decir sobre este tema en un momento en el que el amor es algo manido y superficial?
F.S.: En el libro reflexioné sobre lo que han significado el amor y el deseo en mi vida, cómo han evolucionado con el tiempo y cómo los he experimentado. La palabra "amor" se usa para cualquier cosa; hoy en día, se llama amor a pasar un fin de semana divertido, pero eso es otra cosa. El Amor, con mayúscula, es el que realmente importa, el que da sentido a nuestra vida. Porque, en última instancia, uno ama de verdad cuando vive para alguien, no para algo. No es tan común como parece; hay personas que nunca llegan a conocer el amor verdadero, y otras que, lamentablemente, lo hemos conocido y lo hemos perdido.