
Una lechuga.
Ni sal ni especias: el sencillo truco para que la lechuga esté mucho más buena y crujiente
Dale vida y sabor a tus ensaladas con este truquito súper fácil y rápido.
Más información: Tacos de lechuga con cerdo picado, una opción divertida para darle un toque a tus recetas.
La lechuga, una planta de la familia de las Asteráceas, es una de las hortalizas más consumidas en el mundo, cultivada principalmente por sus hojas, que pueden variar en color, textura y sabor dependiendo de la variedad.
Esta 'reina' de las ensaladas (especialmente de la famosa ensalada César), tiene múltiples propiedades nutricionales: posee bajo contenido calórico, ya que está compuesta sobre todo por agua (alrededor del 95%), aporta una gran cantidad de fibra, minerales (potasio, calcio y magnesio) y vitaminas, como vitamina A (crucial para cuidar la salud de la piel y la visión), vitamina C (que refuerza el sistema inmunológico), vitamina B9 (esencial en la formación de glóbulos rojos y el desarrollo fetal).
Además, el consumo regular de lechuga aporta múltiples beneficios a la salud, tales como: hidratación y digestión (su alto contenido de agua y fibra, favorece la hidratación y regula el tránsito intestinal); relajación (algunas variedades, como la lechuga romana, contienen lactucarium, un compuesto con propiedades sedantes); control de peso (su bajo aporte calórico y alto contenido de fibra ayudan a generar sensación de saciedad) y cuidado de la salud cardiovascular (contiene antioxidantes que pueden ayudar a reducir el estrés oxidativo y mejorar la circulación sanguínea).
Principales variedades de lechuga:
Lechuga romana: De hojas alargadas y crujientes, ideal para ensaladas César.
Lechuga iceberg: Compacta y con hojas crujientes, perfecta para sándwiches y hamburguesas.
Lechuga roble: Con hojas rizadas y sabor ligeramente dulce.
Lechuga batavia: Similar a la iceberg, pero con hojas más sueltas y de textura menos crujiente.
Lechuga escarola: De hojas dentadas y sabor ligeramente amargo.
¿Cómo preparar la lechuga para que esté más deliciosa y crujiente?
Como decíamos, la lechuga es una hortaliza muy presente en nuestra la dieta diaria debido a sus múltiples beneficios nutricionales y su facilidad de cultivo. Además, es muy versátil, ya que no sólo puede usarse para ensaladas, como es lo habitual, sino que también podemos incorporarla en sándwiches y bocadillos, en purés, cremas, batidos e incluso gazpachos.
A veces cuando queremos emplear la lechuga en alguna de nuestras recetas no le sacamos todo el partido posible. Para lograr que las hojas de la lechuga queden bien crujientes en lugar de quedar blandas hay un truco muy fácil y rápido. Consiste únicamente en dejarlas a remojo en agua y añadir un chorrito de zumo de limón. Lo mejor es dejar la mezcla durante unos 30 minutos. Pasado ese tiempo, las escurrimos bien y ya podemos añadirlas al plato que deseemos.