'Paraíso', el extraño caso de un hombre de negocios y una puta
El texto de Inmaculada de Alvear puede verse como una recreación contemporánea de Doctor Jekyll y Mr. Hyde, que reflexiona sobre las diferencias de clase y de género.
Seguimos por la senda del monólogo. Ahora con Paraíso, entretenida pieza de Inmaculada de Alvear que permite a Chema Ruíz lucirse con un personaje bicéfalo, de hechuras mitológicas y de difícil gobierno y que, sin embargo, él recrea con credibilidad y gracia en el Teatro Fernán Gómez.
El texto de Inmaculada de Alvear puede verse como una recreación contemporánea de Doctor Jekyll y Mr. Hyde, aunque sus consideraciones morales sean de otro tipo, ya que aquí no se reflexiona tanto sobre el bien y el mal, sino sobre las diferencias de clase y de género.
Imagina la autora a un tiburón de los negocios, un tipo competitivo con sus colegas y despreciable para sus empleados, que lo padecen por su falta de empatía. El ejecutivo sufre un trasplante de corazón y poco a poco observamos cómo se desata en él una dualidad de su personalidad, ya que va incorporando la psicología y el comportamiento del propietario —mejor dicho, propietaria— del corazón implantado.
La obra tiene su guasa. Alvear juega a los contrastes, y creo yo que a darse el gusto de pergeñar una pequeña venganza: al tipo poderoso, distante y reprimido se le despierta un apetito sexual inusitado (el corazón perteneció a una prostituta), y también cierta filantropía e, incluso, compasión, pues ya no despide a su secretaria.
Pero en su camino hacia la transexualidad, o lo que quiera que sea este hombre que alberga dos cuerpos en su interior custodiados bajo una cicatriz en el pecho, perderá el timón y con ello su identidad original para ganar un nueva.
No es nada fácil el trabajo de Chema Ruíz, empeño del que sale brillantemente. Modula los cambios de su personalidad con naturalidad, echando mano de detalles elocuentes, y eludiendo resultar sarasa, que hubiera sido el precipicio fácil por el que caer.
Ruiz se transforma psicológica y socialmente en hombre, en mujer, y en una mezcla de los dos, y nos lleva hacia un viaje inesperado que, finalmente, resulta una gran ironía sobre las diferencias.
Luis Miguel González Cruz apuntala bien la función desde la dirección, con una gran economía de medios, hay qué ver cuánto partido saca a una silla de despacho, único mobiliario; también se sirve de la proyección de imágenes para ilustrar los escenarios, los deseos y los sueños delirantes de nuestro protagonista. Y ambienta musicalmente este texto con ritmos caribeños que le dan un tono alegre y coherente.
Ficha técnica
Paraíso, teatro Fernando Fernán Gómez, hasta el 7 de abril
Autora: Inmaculada Alvear
Con: Chema Ruiz
Dirección: Luis Miguel González Cruz
Iluminación y espacio escénico: Miguel Ángel Camacho
Movimiento: Elena Pérez
Diseño de vestuario: Sara Ortiz de Villajos
Audiovisuales: Guillermo Ynat y Alba Trapero
Diseño gráfico: José L. Martos
Voz en off: Gustavo Solís
Producción: Vinka Mendieta