Image: José Antonio Portillo

Image: José Antonio Portillo

Teatro

José Antonio Portillo

“La actividad escolar esencial es narrar”

17 febrero, 2005 01:00

José Antonio Portillo

El teatro para niños es protagonista esta semana: el día 20 comienza en Gijón la Feria Europea de Teatro para Niños (FETEN), una cita ineludible para los profesionales y artistas del género; y en la Comunidad de Madrid Teatralia abre pasado mañana. A este Festival, que este año llega a 24 pueblos, acude José Antonio Portillo con una inclasificable obra: Museo del Tiempo.

Lo que hace José Antonio Portillo (Lerma, Burgos, 1959) es difícil de clasificar. En el 2003 estrenó con el director Carles Alberola Artefactos, obra que cautivó al público y que estaba concebida para despertar en los niños el interés por los libros. Sin embargo, sus experiencias previas no se circunscriben al mundo del teatro, sino al de la pedagogía y las artes plásticas. Se podría decir que Portillo es un escultor que inventa o recicla objetos para contar historias o para que los niños cuenten las suyas. Otros que le conocen le han tildado de mago, porque a partir de los artilugios que idea construye instalaciones en los que oficia rituales en los que el público, niños por los general, escarban en su memoria, en su experiencia. Su labor también tiene una vertiente literaria: en el 2004 publicó Artefactes, un libro que le mereció el Premio Nacional al mejor Libro Editado Infantil y Juvenil.

Vivo cuando narro
Cuenta Portillo que todo comenzó en la escuela, hace ya casi tres lustros. él era maestro de EGB y a partir de su experiencia fue creando un material escolar que llamó Artilugios para contar historias. Consciente de que los cuentos son el alimento espiritual de los niños, quería usarlos para guiar a los pequeños hasta los libros y a la escritura. Cuando dejó la enseñanza, aparcó el material pero luego lo reutilizó en unas sesiones de encuentros con niños a los que asistió la persona que más le ha ayudado a proyectar su trabajo: Madalena Vitorino (Directora del Departamento de Pedagogía y Animación para el Niño del Centro Cultural de Belem, Lisboa). él cuenta que Artilugios para contar y crear historias surgió con el ánimo de acercar el libro, la escritura creativa y el hábito de escuchar que tienen los niños. Hay una idea que con el tiempo ha ido adquiriendo más fuerza: la narración. La narración como actividad fundamental en la escuela y fuera de ella: vivo cuando narro; también como un instrumento de comprensión del mundo y de un período de la vida. Además, fíjese, si cualquiera de nosotros recuerda a su maestro de escuela es por la manera que narraba el conocimiento, la historia, las matemáticas. Debemos inventar en los colegios y en la formación del profesorado la asignatura de Narrar el Conocimiento.

-Y en sus "instalaciones" y obras ¿qué valor concede a los objetos?
-Estos se erigen en la prueba evidente de que "fui testigo de lo que cuento". Es la prueba que me exige el oyente. La presencia del objeto en la escuela, en la escena, me permitió crear un silencio, una disposición a escuchar una historia que jamás hubiera conseguido de otra manera y menos siendo un fatal actor, con mala memoria y con un miedo escénico enfermizo.

-¿Qué distingue a sus exposiciones de las que habitualmente vemos?
- Mis exposiciones pretenden escapar de la contemplación consumista del arte. Me planteo como mínimo un diálogo de silencio con el objeto. Después, la palabra del narrador/guía de la exposición crea un nexo de comunicación con el usuario de este trabajo, ya sea niño o adulto, pues cada uno tiene diferentes niveles de mirada y de lectura. En los diferentes espacios expositivos de Europa donde se ha visto mi trabajo, los responsables me planteaban la pregunta ¿cómo hacemos llegar tu trabajo al público? Y de esta pregunta tenía que salir un camino de encuentro que superara las actividades a la que nos tienen acostumbrados nuestros museos, donde el niño al final del camino sale con el recortable de turno.

-¿Cuándo su trabajo adopta forma teatral?
-La carga escénica que contiene mi trabajo toma cuerpo en una primera fase en el Teatro Piccolo de Milán, donde mi invitan a realizar una instalación teatral sobre mis artilugios. Y después, de una forma más rotunda por su producción, a través de Carles Alberola y Toni Benavent (Albena Teatre), cuando deciden llevar a cabo Artefactes en coproducción con mi compañía Babia.

-Y ahora llega con Museo del Tiempo ¿Cómo se organiza y cómo participan los niños?
-El Museo del Tiempo es un proyecto posible gracias a la producción del Centro Cultural de Belem (Lisboa). Surge a partir de un objeto/material escolar denominado "Reloj encontrado entre los escombros de una casa en ruinas". Parte de una pequeña narración que contiene el reloj al que aludía anteriormente: "Nos quieren quitar el presente, el futuro que no existe y además el pasado. Hay una solución: enterraremos en nuestra ciudad un objeto del pasado que contenga un recuerdo muy importante. De esa manera nadie nos podrá quitar esta memoria".

Enterrar objetos
"Durante el Festival Teatralia ocho niños de Alcalá de Henares enterrarán en siete lugares de la ciudad sus objetos más especiales (una baraja, un pañuelo, una foto, un muñeco playmobil, unas piedras marinas y un reloj). Además, la editorial Kalandraka ha publicado un libro-caja con un mapa de Alcalá de Henares donde se indican los lugares donde se enterraron los objetos de estos niños y a donde nos dirigiremos con otros niños.