Teatro

Roberto Cerdá

“Me he enfrentado a Escena Contemporánea desde la curiosidad y desde mi preocupación política y social”

25 enero, 2007 01:00

Roberto Cerdá. Foto: Sergio Enríquez

Un mayor peso del teatro es el principal sello que ha puesto Roberto Cerdá en su debut al frente de Escena Contemporánea, que empieza el 29 de enero en Madrid. Desde ese día y hasta el 25 de febrero, al teatro se unirán la danza, el performance y la música para hacer un viaje por la creación a la última en la capital y cinco localidades más de la región.

Roberto Cerdá, uno de los nuevos hombres de teatro del cada vez más renovado panorama escénico madrileño, es el nuevo director de un festival cada vez más necesario ante la disolución de las fronteras del teatro con respecto a otras disciplinas. Escena Contemporánea cuenta con el apoyo de la Comunidad de Madrid, las salas alternativas y diferentes foros e instituciones culturales nacionales e internacionales. Contando con parte del equipo de las ediciones pasadas, Cerdá, con un criterio amplio y riguroso, se enfrenta a la programación reconciliando las nuevas tendencias escénicas con un mayor compromiso por la dramaturgia contemporánea y su realidad social y política.

-¿Qué supone para la VII edición del festival Escena Contemporánea la nueva dirección?
-En principio he intentado mantener la estructura del festival como un lugar de encuentro entre teatro, música, performance y danza, pero sí que he concedido un mayor peso específico a la presencia de lo teatral en el sentido más amplio del término. Es decir, para mí la performance, por ejemplo, tenía que ser algo más que una mera propuesta formal. Hace ya tiempo que el contenido y la forma crean una mezcla indisoluble.

Alto nivel poético
-¿Cuáles son estas nuevas directrices determinadas por su presencia como hombre de texto?
-Dos son los criterios que me han movido a la hora de dirigir y programar Escena Contemporánea. Uno de ellos parte de la curiosidad, no sólo como espectador de teatro, sino como director. En este sentido, mi horizonte de expectativa se ha visto ampliado. A veces he tenido muy claro qué espectáculos debían estar, otras, sin embargo, han sido los mismos espectáculos, novedosos e inesperados, los que me han elegido a mí, enriqueciéndome con esta experiencia. El otro criterio ha venido determinado por mi preocupación política y social como espectador, pero siempre acompañada de un alto nivel poético. Asimismo he querido potenciar las salas de pequeño formato y que las compañías puedan estar un mínimo de tres días dentro de la programación del festival.

-¿ Va más allá el festival de la búsqueda de nuevos lenguajes?
-Los nuevos lenguajes y su investigación, sus límites y fronteras, han de ser desarrollados en lugares para la creación, pero creo que cuando hablamos de un festival para el público, hemos de tener en cuanta al espectador. éstos asisten al teatro para ver una historia que les emocione, ya sea a partir del placer del intelecto, de la emoción estética o de las mismas vísceras. Si sólo vamos a la búsqueda del desarrollo formal de ciertas ideas o temas corremos el riesgo de quedarnos a medias y no contar con la presencia del receptor. Y esto no quiere decir que en el festival no haya propuestas de un mayor peso performativo. Las hay y contamos con experiencias maravillosas. Ahora bien, creo que todas ellas van más allá de la mera experimentación formal.

-Y aquí aparece la eterna cuestión de qué es lo que consideramos innovador en la contemporaneidad...
-Lo contemporáneo es un término de doble filo. A veces lo clásico y lo innovador no son más que dos puntos de vista de un mismo hecho. A todo esto hay que sumar la incorporación de nuevas tecnologías, la diversidad de la creación y, por otro lado, la recuperación de cierto clasicismo. En cualquier caso, cuando uno se sube al escenario o trabaja para el escenario nos encontramos ante un gran acto de libertad, más allá de la clasificación que hagamos del resultado. No pretendo juzgar otras opciones, pero para mí la historia ha de ser el soporte de toda la creación sin que esto signifique simplificación o linealidad. Ahora bien, creo que antes de romper con cierta actitud clásica primero hemos de conocerla.

Calidad y variedad
-¿Todo vale en la creación contemporánea?
-Ante el todo vale a mí me gusta poner el ejemplo del movimiento punk en la música. Al principio todo valía como acto de libertad musical pero luego el tiempo se encargó de hacer una gran criba donde de los 200 Permanecieron diez. Creo que pasará lo mismo con la creación contemporánea. Y al enmarcar la creación contemporánea en un festival obviamente hay que elegir o delimitar. Y aquí entra el criterio de lo artístico, que es sin duda algo subjetivo, y que, en mi caso, ha sido que el público afín al festival continúe asistiendo pero que, al mismo tiempo, el público que antes no se acercaba sí lo haga ahora. Ampliar la diana sobre la que disparamos sin que esto repercuta ni en la calidad ni en la variedad que toda escena contemporánea ha de contemplar.

-¿Cual es la presencia de la autoría contemporánea en el festival?
-Contamos con la presencia de la compañía colombiana Mapa Teatro con el texto de Sarah Kane 4.48 Psicosis; ítaca Teatro con Fragmentos de Cuaderno de Nueva York de Pepe Hierro; Angélica Lidell y Atra Bilis Teatro con El año de Ricardo; Luis García-Araus y Javier G. Yagöe con Rebeldías posibles con la compañía Cuarta Pared; e (In)Constantes Teatro con La Tierra, de José Ramón Fernández. Además, en la sección Ciclo Perfil, cuyo objetivo es dar a conocer más a fondo los rasgos peculiares que caracterizan la obra de un creador, hemos invitado al prestigioso coreógrafo alemán Hans-Werner Klohe que explora nuevas relaciones entre el espacio, la música y la voz. Su mezcla de clasicismo y contemporaneidad es estupenda.

-El Ciclo Autor del festival ha dado a conocer al público madrileño grandes dramaturgos del panorama internacional como Koltés, Azama, Churchill, etc. ¿Por qué ahora una autora como Jelinek?
-Antes que nada he de decir que el Ciclo Autor cumple con esta edición diez años y la elección corre a cargo de Vicente León con absoluta libertad, así como el Ciclo Música es dirigido por Llorenç Barber. En el caso de Jelinek nos encontramos con una escritora conocida internacionalmente por su narrativa pero absolutamente desconocida por su labor como escritora dramática en nuestro país. Lo mayor novedad de este ciclo, además de las actividades paralelas que viene desarrollando en torno al escritor invitado, es la presencia del Teatro Nacional de Austria con la obra La muerte y la doncella IV - Jackie. Su compañía teatral cuenta con miembros estables que han ido creando un estilo y una forma de actuar muy caraterística.

Respeto a los creadores
-¿Qué destaca de entre toda la programación del festival?
-Me pone en un apuro porque realmente todos los espectáculos y experiencias han sido seleccionados con mucho amor y respeto por sus creadores. En este momento para mí es imposible decir con qué me quedo. Abrimos con los checos de Farm in the Cave y su espectáculo Waiting Room, cerramos con el alemán Werner Klohe, pero todo lo que se encuentra en ese intervalo está a la altura artística de lo mencionado.

-¿Ha pensado ya en la próxima edición de Escena y en los contenidos que llevará?
-Ahora mismo lo que siento es que me gustaría que en la próxima edición lo lúdico tuviera una mayor presencia, aunque todavía no sé muy bien qué es lo lúdico y qué significaciones escénicas pueda tener. Al mismo tiempo, tengo la intención de buscar creadores que se encuentren en lugares del mundo donde haya conflictos armados...

-... pues desgraciadamente no creo que le falte dónde buscar.
-Sí, otra cosa es que allí haya lugar para la creación. También me gustaría invitar a una serie de compañías para que trabajaran en torno a temas que quiero proponer. Ser lo más ecléctico posible y que este festival pudiera significar una pequeña tierra de encuentro donde no haya absolutos. Esta ausencia de absolutos es lo que me ha movido, en definitiva, a trabajar y encontrarme con otras personas. Reconocerte en los otros aunque esto signifique saber un poco menos de uno mismo y un poco más del otro.

De las emociones a los creadores de vanguardia

El lunes 29 de enero abrirá el festival la compañía checa Farm in the Cave con el espectáculo Waiting Room en la sala Cuarta Pared. Las acciones físicas inusuales, así como las canciones provenientes de culturas diferentes, desafiarán a los participantes a expresar sus propias respuestas. Esto es, captar las emociones individuales y hacer hincapié en la inmediatez y en el impacto de las expresiones humanas. Del 1 al 4 de Febrero continuaremos con el teatro-danza en la Cuarta Pared y el nuevo espectáculo Truenos & Misterios de la compañía Matarile Teatro dirigida por Ana Vallés. Una sugerente apuesta que comunica directamente con el espectador por medio del movimiento, la palabra, la ironía, la música y la complicidad. Esos mismos días, del 2 al 4, podremos ver a la compañía griega Quasi Stellar con el espectáculo de danza SuperLux. Un concepto arquetípico: el amor -eros-, la luz suprema que emite y la relación entre dos sexos bajo el microscopio. Superlux: una historia de dormitorio. La compañía El canto de la cabra nos ofrecerá en su misma sala el espectáculo 13 años sin aceitunas. Dentro del Ciclo Experiencias, en esta edición contaremos con la presencia de creadores lusos de vanguardia. En la sala Pradillo se presentará los días 30 y 31 de enero la performance del portugués Nelson Guerreiro Guerrero Notebook: Holiday Out.