
Vista aérea del salón de banquetes de la casa del Tíaso, con el fresco que recorre las tres paredes.
Espectacular hallazgo en Pompeya: una sala de banquetes con un enorme fresco de rituales misteriosos
Las excavaciones en la regio IX sacan a la luz una megalografía sensacional con escenas de bacantes y sátiros inmersos en la procesión del dios Dioniso.
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Las sorpresas que se enconden en Pompeya bajo la ceniza del Vesubio siguen siendo infinitas. Los arqueólogos que tratan de sacar a la luz los misterios de la ciudad romana sepultada por la furia del volcán en el año 79 d.C. acaban de realizar un nuevo y extraordinario hallazgo: una gran sala de banquetes con un asombroso fresco con escenas de los misteriosos rituales de Dioniso, dios de la fertilidad y el vino en la mitología griega.
Se trata de una megalografía, una pintura de grandes dimensiones, similar a la que se documentó hace algo más de un siglo en la Villa de los Misterios, localizada al noroeste de la ciudad. Se extiende a lo largo de tres paredes de la sala —la cuarta se abría a un jardín— recién descubierta en la ínsula 10 de la Regio IX de Pompeya, uno de los barrios centrales, y cuenta con unas figuras de tamaño casi natural representadas sobre pedestales, como si fueran estatuas, y con una complexión y unas vestimentas que les brindan una impresionante vitalidad.
Los arqueólogos del Parque Arqueológico de Pompeya han bautizado la domus en la que se enmarca la sala de banquetes como la "casa de Tíaso", que en la mitología griega hacía referencia a una comitiva de Dioniso, a menudo representada en forma de juerguistas borrachos. El fresco muestra la procesión del dios con protagonismo de bacantes pintadas como bailarinas y feroces cazadoras, con un macho cabrío sacrificado sobre sus hombros o con una espada y las entrañas de un animal en sus manos; y jóvenes sátiros con orejas puntiagudas tocando la flauta doble o vertiendo chorros de vino.

Detalle de los de las figuras del fresco. Parque Arqueológico de Pompeya
En el centro de la representación aparece una mujer mortal que, a través de un ritual nocturno, está a punto de ser iniciada en los misterios de Dioniso, el dios que muere y renace, prometiendo lo mismo a sus seguidores.
"Para los antiguos, la bacante expresaba el lado salvaje e indomable de la mujer; lo opuesto a la mujer 'bonita', que emula a Venus, diosa del amor y del matrimonio, la mujer que se mira al espejo, que 'se embellece'. Tanto el friso de la casa del Tíaso como el de la Villa de los Misterios muestran a la mujer suspendida, oscilando entre estos dos extremos, dos formas de ser en aquella época", ha explicado Gabriel Zuchtriegel, director del Parque Arqueológico.
En la Antigüedad existían una serie de cultos, entre ellos el de Dioniso, a los que solo podían acceder quienes realizaban un ritual de iniciación, como sugiere el fresco recién descubierto. Estos rituales se llamaban "misteriosos" porque únicamente los iniciados podían conocer sus secretos. A menudo se vinculaban con la promesa de una nueva vida, tanto en el mundo como en el más allá. Según han explicado los investigadores en un comunicado, la megalografía se puede atribuir al segundo estilo de la pintura pompeyana, que se remonta al siglo I a.C., concretamente entre los años 40 y 30 a.C.
El nuevo friso encontrado en Pompeya, respecto al de la Villa de los Misterios, el único otro ejemplo de megalografía que incluye rituales similares, añade a un tema nuevo: la caza, evocada no solo por las bacantes cazadoras, sino también por un segundo fresco, más pequeño, que discurre por encima de las figuras antropomorfas y representa animales vivos y muertos, entre ellos un cervatillo y un jabalí recién destripado, gallos, diversos pájaros, peces y moluscos.

Otra imagen del salón de banquetes de la casa del Tíaso. Parque Arqueológico de Pompeya
"El descubrimiento que estamos mostrando es histórico", ha celebrado el ministro de Cultura, Alessandro Giuli. "La megalografía encontrada abre otra ventana a los rituales de los misterios de Dioniso. Se trata de un documento histórico excepcional y, junto con el de la Villa de los Misterios, constituye un ejemplo único en su género, convirtiendo Pompeya en un testimonio extraordinario de un aspecto de la vida en la época clásica mediterránea en gran parte desconocido".
El hallazgo se enmarca en el proyecto de excavación de la Regio IX iniciado en febrero de 2023 y que comprende un áre aproximada de 3.200 metros cuadrados. Los trabajos de investigación, que han identificado más de medio centenar de estancias, una lavandería (fullonica) o una panadería con horno con espacio para mulas y procesar alimentos, se encuentran en su fase final. Pero a Pompeya seguro que todavía le quedan muchos más secretos por desvelar.