Julio Llamazares

Julio Llamazares Daniel Hidalgo

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Julio Llamazares: "Yo no elegí ser español, pero, como nadie me preguntó, no tengo más remedio que serlo"

Cuarenta años después de publicarlas, el poeta y narrador recupera las novelas que le consagraron: 'Luna de lobos' y 'La lluvia amarilla'.

29 junio, 2024 01:50

¿Qué libro tiene entre manos?

Uno de viaje: el que mi padre hizo en la Guerra Civil con 18 años recién cumplidos.

¿Qué le hace abandonar la lectura de un libro?

El desinterés, como todo.

¿Con qué personaje le gustaría tomar un café?

La verdad es que no tengo grandes deseos a ese nivel. Los mejores cafés que he tomado a lo largo de mi vida los he tomado con amigos. La gente a la que mitificamos suele decepcionar.

¿Recuerda el primer libro que leyó?

Exactamente no, pero recuerdo leer de muy niño poemas de Antonio Machado en la escuela y, con 9 o 10 años, un libro que me dieron como premio en un concurso de redacción: De los Apeninos a los Andes, de Edmundo de Amicis (la historia que inspiró la famosa serie de dibujos animados de la televisión Marco).

¿Cómo le gusta leer, cuáles son sus hábitos de lectura? ¿Es de reader o prefiere leer en papel? ¿De día o por la noche?

Papel. La hora del día me da igual.

¿Qué acontecimiento cultural le hizo cambiar su manera de ver el mundo?

Ninguno. Mi manera de ver el mundo ha cambiado muy poco, la verdad.

¿Qué supusieron en su trayectoria La lluvia amarilla (1988) y Luna de lobos (1985) que ahora recupera Seix Barral? ¿Cómo marcaron su obra posterior?

Supongo que definitivamente, entre otras cosas porque fueron los dos libros que me permitieron dedicarme a escribir a tiempo completo, algo fundamental para un escritor: no tener que llevar una doble vida profesional.

Cuando publicó La lluvia amarilla nadie hablaba de la España vacía. ¿El proceso es ya irreversible?

Había gente que hablaba de lo que estaba ocurriendo ya, lo que pasa es que nadie les hacía ningún caso. Se me ocurren algunos nombres: Miguel Delibes, Avelino Hernández, el propio José Antonio Labordeta en sus canciones… ¿Que si el proceso de vaciamiento de la España rural es ya irreversible? No hay más que darse una vuelta por ella para saber que es así. La gente huye del campo a las ciudades, no solo aquí, en todos los países.

¿Qué les diría a los jóvenes que apuestan por la España rural en estos tiempos de abandono?

Nada ¿Quién soy yo para decirle nada a nadie?

¿Y a los políticos?

Lo mismo. Estos, además, no escuchan, así que ¿para qué?

¿Qué queda en la España de hoy de los sueños de libertad de los protagonistas de Luna de lobos?

Mucho. Gran parte de las cosas que ahora vemos normales hace 75 años eran utopías por las que mucha gente se jugó la vida. Lo peor es que no le damos importancia, incluso algunos, muchos, desprecian esas conquistas. La libertad en primer lugar.

¿Qué perdemos si renunciamos a la memoria histórica de tantos caídos?

La dignidad. Entre otras cosas.

¿Entiende, le emociona, el arte contemporáneo?

El arte no se entiende, te emociona o no te emociona. La percepción del arte es emocional, no intelectual. Aunque el conocimiento ayuda, por supuesto.

¿De qué artista le gustaría tener una obra en casa?
De muchos. Un Picasso no me importaría.

¿Le gusta España? Denos sus razones.

Me gusta y me disgusta en la misma proporción y a la vez. Me gusta porque la entiendo a fuerza de vivir en ella y me disgusta por su irracionalidad. Si se me hubiera dado elegir, yo no habría elegido ser español, pero, como nadie me preguntó, no tengo más remedio que serlo, lo que no quita para que ante determinadas declaraciones de españolismo de ciertos compatriotas me den ganas de irme del país.

¿Qué medida tomaría para mejorar la cultura?

Una, pero no es fácil: hacer que los que la protagonizan no se crean superiores ni un mundo aparte, porque no lo son. En realidad no sé qué es la cultura, si te soy sincero.