Mircea Cartarescu y Juan Manuel de Prada.

Mircea Cartarescu y Juan Manuel de Prada.

Jardines colgantes

¿Salvará la belleza al mundo?

Tanto el alimento material como el espiritual no deben administrarse a palo seco. Hay que hacerlo con arte. Literalmente. Porque si escribir es divertido el arte es la huella del hombre sobre la materia. Todo, con ternura.

17 octubre, 2023 02:44

Mircea Cartarescu está convencido de que “la literatura tiene una vocación de salvación”. El poeta rumano recuerda a Silvina Friera (Página 12) que “Dostoievski decía que la belleza va a salvar el mundo”. Se pregunta “al final, ¿para qué vivimos?” “Vivimos para percibir la belleza del mundo –se responde–, esa belleza que los ojos de un niño miran inmediatamente (...) Ser poeta en Rumanía, y en otras partes, significa ser capaz de ver la belleza allí donde nadie la ve”.

De la misma opinión es Juan Villoro. Y así lo expone a Winston Manrique Sabogal (V Magazín) en su serie ‘Autorretrato artístico de un escritor’. “La belleza –asegura el autor mexicano, que ha publicado La figura del mundo– es la superación del dolor. Cualquier cosa que nos redima del dolor nos da belleza. La belleza es alivio ante un mundo imperfecto”.

Sobre el mismo asunto insiste Juan Manuel de Prada, que se muestra partidario de que “tanto el alimento material como el espiritual” no se administren “a palo seco”, sino “con arte”. “Los seres humanos tenemos un anhelo de belleza, necesitamos buscar la verdad y abrazarnos al bien –aclara el autor del reciente El derecho a soñar a Enrique Soler (La Opinión de Murcia)–. Esa vida animalesca que nos ofrecen, tan fea, malvada y despojada de lo que necesitamos para ser auténticas personas, es una vida que no nos satisface. Creo que la vida que merece la pena ser vivida es aquella que busca la verdad, la belleza y el bien”.

“Ser poeta significa ser capaz de ver la belleza allí donde nadie la ve”, Mircea Cartarescu

La creadora del comisario Guido Brunetti, Donna Leon, es más prosaica. Cuando Alejandra Pavón Pérez (Todo Literatura;) le pregunta por qué escribe, contesta: “Porque es divertido. Escribir es divertido, porque puedes hacer lo que quieras. Si escribes ficción puedes hacer que pase cualquier cosa. Al escribir puedo hacer que el mundo sea como yo quiero (…) Eso me produce muchísimo placer”.

Ken Follett piensa en el placer de los lectores. “Las novelas y la cultura existen porque las disfrutamos –aclara el escritor, que publica La armadura de la luz, a Ixone Díaz Landaluce (MujerHoy)–. Su propósito es nuestro placer. (...) Mi misión es darle a la gente algo que pueda disfrutar. Pero cuando leemos ocurre otra cosa (...) nos ayuda a ponernos en el lugar de los demás, a desarrollar la empatía. (...) Pero esa no es la razón por la que las personas leen. Nadie dice: ‘Voy a leerme este libro para desarrollar mi empatía’. Leen porque les gustan las historias”.

El director y dramaturgo Alfredo Sanzol de lo que es partidario es de la ternura, no en vano así se titula su obra que acaba de ser llevada al cine. “Tanto la ternura como la solidaridad –asegura a Begoña Donat (Valenciaplaza)– son una lucha del día a día, que a través de las ficciones hemos de reivindicar contra la realidad que tira para otro lado, dominado por la codicia, la brutalidad y la bestialidad. La ternura no es lo blando, sino la fibra, el músculo y la expresión del amor, porque lo tierno es acción”.

“La vida que merece la pena es aquella que busca la verdad, la belleza y el bien”, Juan Manuel de Prada

Siguiendo con el cine, Jaione Camborda, ganadora de la Concha de Oro en San Sebastián, describe a Oskar Belategui (El Correo) qué es el cine según ella. “El cine es algo vital que me sirve para explorar incertidumbres de manera intuitiva, poética y artística –afirma la directora de O Corno–. Por otro lado, el cine es un disfrute: eclosionan imágenes primero en tu cabeza, después en un papel y finalmente en la pantalla, adquiriendo significados que van más allá de lo que puedes verbalizar. Y el cine es una manera de señalar algo y aislarlo de lo cotidiano, algo que merece ser observado y compartido”.

P.S. Con motivo de su exposición en el Museo Carmen Thyssen de Málaga, Pilar Gómez (El Grito) entrevista a Rafael Canogar. “Vivimos en un mundo tan tecnológico que creemos que todo se puede reproducir, que todo es imitable –reflexiona uno de los creadores del grupo El Paso–. Y no es verdad: la obra de arte demuestra que no es posible, justamente porque es la huella del hombre sobre la materia. Hoy lo que intento recuperar es precisamente ese gesto de la pintura que es el que a mí me enamoró en los años cincuenta y que creo que da continuidad a mi arte hoy”. 

Hannah Arendt

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