Hablar de economía circular puede parecer algo ajeno a nuestra realidad cotidiana, llevándonos inevitablemente a pensar exclusivamente en la legislación que, en términos de sostenibilidad, debemos cumplir por razones cuya trascendencia, en algunos casos, incluso desconocemos.

Evidentemente, la Unión Europea ha comenzado a trabajar en una nueva estrategia en la que la competitividad y la sostenibilidad deben ir de la mano, garantizando nuestro estado de bienestar. En un mundo convulso, donde los aranceles podrían ser el germen de un nuevo orden económico mundial, Europa necesita mantenerse como una economía fuerte, asegurando un sólido tejido industrial, independencia energética y acceso a recursos.

Por ello, la búsqueda de nuevos modelos de negocio supone un reto sin precedentes, en el que la innovación, la logística y la gestión desempeñan un papel clave en los resultados. Este mes, los alumnos del máster en Ingeniería Circular de la Universidad Carlos III de Madrid han tenido la oportunidad de conocer (y catar) de cerca uno de estos proyectos sostenibles y competitivos, que además puede considerarse un ejemplo de economía circular.

No es fácil, hoy en día, encontrar emprendedores como Juan Cereijo, fundador de Cervezas Mica, quien ha apostado decididamente por el entorno rural, aprovechando los recursos locales de la España vaciada para producir una cerveza natural y sostenible. Además, ha logrado convertir su proyecto en un modelo rentable, marcado por un marketing atractivo y sugerente.

El caso de la cerveza Sr. Mendrugo está dando la vuelta al mundo, comercializándose en una amplia variedad de países, como Estados Unidos o China, que parecen no dar crédito a que provenga de una pequeña fábrica en Aranda de Duero. Esta cervecera ha apostado firmemente por reducir el desperdicio alimentario, dando una segunda vida al excedente de pan del hipermercado Alcampo para fabricar una deliciosa cerveza.

El excedente de pan que se reaprovecha para la cerveza.

El excedente de pan que se reaprovecha para la cerveza.

El secreto radica en que el almidón del pan puede descomponerse en azúcares, los cuales, durante la fermentación, se transforman en alcohol. Además, los aromas propios del pan aportan matices únicos a esta cerveza, dando como resultado una bebida francamente apetitosa.

Su sabor ha conquistado a todo tipo de públicos, desde los habitantes de Aranda hasta la misma Casa de Su Majestad el Rey, siendo Cervezas Mica la única proveedora oficial de la misma.

Pero el proceso no se queda ahí. Asimismo, es capaz de reutilizar los restos sólidos de la cerveza obtenidos tras la maceración, conocidos como bagazo, para volver a fabricar pan. Este paso es clave para que el proyecto pueda cerrar su ciclo y calificarse verdaderamente como un modelo de economía circular.

El convenio firmado entre Cervezas Mica y Alcampo supone un punto de inflexión para la industria tradicional, abriendo el mercado a un modelo de industria colaborativa donde convergen rentabilidad, productividad y compromiso social.

La propia directora de comunicación de Alcampo, Yolanda Fernández, reconocía la implicación del hipermercado en aprovechar los recursos locales para ofrecer un servicio más sostenible a los clientes.

En este sentido, el fomento de una industria colaborativa, de acuerdo con los estándares de la circularidad, responde claramente a las necesidades específicas de la población, creando puestos de trabajo y contribuyendo a un entorno más sostenible.

Este modelo sostenible de producción de cerveza contribuye, a su vez, a la supervivencia del medio rural, ya que muchos de los ingredientes empleados en su elaboración proceden de municipios cercanos. Igualmente, el excedente de bagazo se dona a los pastores para la alimentación del ganado, cerrando aún más el ciclo de aprovechamiento de recursos.

En un momento en el que la España vaciada parece que pierde hasta su propio nombre, surgen ideas revolucionarias y de esencia circular, que además de ser rentables mejoran nuestro entorno y nuestra calidad de vida. ¿Y si la clave está en la economía circular?

***Alberto García-Peñas es director del Máster en Ingeniería Circular de la Universidad Carlos III de Madrid.