El metaverso, una realidad paralela
¿Nos imaginamos el metaverso? ¿Este mundo que parece de ciencia ficción construido en paralelo y complementando al que vivimos?
Hoy en día estamos acostumbrados a entrar y salir de internet con nuestros dispositivos móviles independientemente de donde estemos. En un futuro no muy lejano continuaremos haciendo lo mismo, pero en un entorno tridimensional. Sobre esta base se está construyendo el metaverso.
Meta en griego quiere decir 'más allá', y es allí donde nos quieren llevar las grandes tecnológicas, al más allá del universo de internet, a este nuevo universo del web3.
El metaverso es un mundo online, donde se puede crear cualquier cosa desde la nada. Es un espacio virtual donde podremos ir a experimentar una realidad alternativa y la vida de otra manera. A través de dispositivos como gafas de realidad virtual y muchos otros aún pendientes de definir podremos lanzarnos a este nuevo mundo paralelo.
Nuestra vida ha cambiado de forma radical con la aparición de internet. Hoy en día estamos acostumbrados a colgar contenido en Instagram, o lo que antes era la plaza del pueblo donde quieres que te vean. Enviar correos electrónicos en vez de cartas de papel, o ser uno de los más de 200 millones de espectadores online que ven la final del 'Mundial de League of Legends' de los eSports en vez de ir a un estadio de fútbol.
Igual que hace 50 años nadie se podía imaginar la complejidad y simplicidad que nos aportaría internet hoy, intentar predecir como será el metaverso en pleno funcionamiento parece algo complicado. Aunque ya podemos experimentar pequeñas píldoras del metaverso, la previsión es que este nuevo universo virtual esté en pleno funcionamiento dentro de 10 años.
Lo que sí sabemos del metaverso es que podremos crear nuestros propios avatares y asistir a espacios de trabajo donde realizaremos reuniones corporativas, estaremos con amigos en los espacios sociales virtuales que nos apetezcan, disfrutaremos de conciertos o recorreremos museos como si estuviéramos allí. Se pueden imaginar un sinfín de posibilidades que nos harán experimentar la vida de otra manera complementando nuestra vida en el mundo físico.
De hecho, como el metaverso es un nuevo mundo que está por construir, ya hay muchas empresas que están invirtiendo en la creación y vendiendo estos espacios virtuales a través de NFTs (Non Fungible Token), un certificado digital único que te atribuye la propiedad. Somnium Space, por ejemplo, tiene metaversos que podemos visitar. Ha creado un mundo de realidad virtual abierto y social, con su propia economía y moneda. Tiene parcelas de distintos tamaños que podemos comprar y customizar como queramos. Gracias a su integración con blockchain permite tener en propiedad objetos virtuales, avatares o una tierra virtual y además es accesible desde distintos dispositivos de realidad virtual ya sean móviles o fijos.
Algunas empresas como Adidas ya están viendo esa oportunidad de poder crear ropa o gadgets virtuales para poder vestir a los avatares y poder mostrar los nuevos looks por las “meta-plazas” del pueblo. Por otro lado, están las grandes empresas de gaming como Roblox que ven el metaverso como una continuación de la línea en la que venían trabajando en sus videojuegos. De hecho, a fecha de hoy hay millones de jugadores que se conectan todos los días en su metaverso para jugar e interaccionar con otros usuarios.
Sin embargo, no todo es oro lo que reluce. El prometedor metaverso a pesar de ser un mundo irreal puede conllevar riesgos reales. Robos de información, de identidad digital o fraude pueden ser algunos de los riesgos que se pueden encontrar en el metaverso, ya que revelaremos mucha más información de la que compartimos actualmente sobre nosotros mismos y que en cierta manera puede resultar imprudente. Estos ataques de ciberseguridad serán cada vez más normales en los metaversos según éstos vayan aumentando su popularidad.
También hay que tener en cuenta otro riesgo. El uso excesivo de estas nuevas tecnologías que nos llevan a los mundos virtuales paralelos puede llegar a desorientar en el mundo real. Es decir, cosas que puedes hacer en el metaverso de forma normal, como, por ejemplo, saltar desde una torre de vigilancia, puede causarte una visita al traumatólogo y unas muletas de regalo si lo haces en la vida real.
Por último, es interesante plantearse cuestiones aún sin responder en el metaverso sobre la ética de este nuevo mundo, si de alguna manera estará regulada esta vida virtual o con qué normas se podrá interactuar, ya que no existen límites ni jurisdicción legal en el metaverso.
En resumen, si el metaverso realmente se convierte en el futuro de 'nternet, veremos un cambio importante de transformación social, económica, legal y tecnológica.
*** Patricia Núñez Sanz es directora de Producto y Operaciones en Lenovo Iberia.