Hacia un ‘hype’ real
Como cada verano, la firma de análisis Gartner publica su ya obligada curva del "hype". Para los que no conozcan este sencillo pero completo gráfico, se trata de una representación visual de las tecnologías más prometedoras de cara a los próxmos cursos y su madurez particular. Una forma, en resumidas cuentas, de vislumbrar tendencias que pueden generar un cambio radical en nuestra vida cotidiana y en la configuración existente del tejido empresarial.
La gráfica de este curso es especialmente curiosa. Lo es, en primer lugar, porque apenas mantiene conceptos respecto al pasado año, eliminando de un plumazo términos como realidad mixta, casa conectada, blockchain, asistentes virtuales, gemelo digital, computación cuántica o las interfaces cerebro-ordenador. En algunos casos, los analistas consideran que son tecnologías ya maduras e implantadas en el mercado, con lo que no merecen el adjetivo de "hype" nunca más. En otros, lo que Gartner vislumbra es que se están configurando más como pilares de otras tecnologías que como un elemento independiente con entidad propia.
La curva de 2019 sí que mantiene algunas tendencias como la conducción autónoma (aunque detallan que el coche sin conductor de nivel 4 aún necesitará 10 años para ser una realidad) o el 5G (nueva generación de telecomunicaciones que todavía requiere de entre dos y cinco años para ser madura). El edge computing también sigue siendo protagonista de este análisis veraniego, con un período de consolidación que oscila entre los cinco y diez años.
Este año, Gartner ha sido especialmente original en cuanto a las nuevas tendencias disruptivas se refiere. Por ejemplo, la curva incluye tendencias a muy largo plazo como los satélites en órbitas bajas, los coches voladores, la web descentralizada o la impresión 3D a nanoescala.
Pero hay mucho más, que daría para un debate profundo sobre su idoneidad o sobre la capacidad de generar "hype" real en nuestro mundo: machine learning adaptativo, inteligencia artificial emocional, realidad aumentada en cloud o drones ligeros de carga, como los investigados por Google o Amazon. Un sinfín de elementos a tener en cuenta, ya sea para seguir soñando o para comenzar a invertir en ellos.