Criminal y con las manos atadas
A uno ya le da hasta miedo levantarse cuando sabe que se va a encontrar un nuevo Real Decreto-ley. Actualmente es lo único que no se ve defraudado: mi miedo. Pues así ha sido. El Real Decreto-ley 9/2020 es escalofriante.
Se pone uno a redactar una reflexión y mientras ve como el presidente del Gobierno anuncia nuevos "golpes de efecto". El permiso retribuido recuperable. Eso, hay que digerirlo y será objeto de futura reflexión.
Volviendo al RD-ley 9/20, uno se cuestiona que se esté trabajando desde el Gobierno en pro de la estabilidad del empleo. Este corolario de medidas es completamente contrario a tal fin.
El Gobierno desconoce o, lo que es peor, no da ninguna importancia a las situaciones en las que podían encontrarse muchas empresas justo antes de que explotase la emergencia. ¿Qué capacidad de resistencia tienen los pequeños comercios y empresas?, ¿qué capacidad de recuperación tienen determinados modelos de negocio y sectores? No tienen ustedes ni idea.
Una de las "grandes soluciones" se centra en limitar la capacidad del empresario para despedir. Esta coyuntura que supone la pandemia del Covid-19, en muchos de esos casos donde las empresas se encontraban en dificultades de tesorería o en sectores en fase de contracción, ha generado efectos estructurales y no coyunturales. Y esos efectos estructurales hay que abordarlos. Y hay que materializarlos cuando haga falta. Y si es ahora, es ahora.
Como lo anterior no era suficiente, han decidido suspender el cómputo de los contratos temporales. Nuevamente, volvemos a maniatar al empresario, a ningunear las relaciones laborales y, definitivamente, a trasladar una nueva sobrecarga a las empresas. Basta pensar en los contratos de interinidad. Se dará el supuesto en el que se obligue a tener en la plantilla (con todas sus consecuencias) al trabajador sustituido y al sustituto. Grandioso.
Todo ello es ejemplo de desconocimiento, de no haber estado ni medianamente cerca de lo que es un negocio y de cómo impactan situaciones sobre la tesorería de las empresas. Señora ministra, la tesorería, el flujo de caja, es eso con lo que las empresas, pese a no tener ingresos o a tenerlos disminuidos por debajo de la línea de gasto, utilizan para seguir realizando pagos. Pues nada, hasta ahogarlos. Los especialistas en concursal tendrán mucho trabajo gracias a ustedes.
Estas medidas, para que lo entiendan, acabarán quebrando compañías. Y tendrán ustedes un número de parados más alto que si hubieran permitido despedir en aquellos casos en los que se necesitaba abordar problemas estructurales. Se conforman ustedes con insistir en que hay herramientas temporales que han puesto a disposición de las empresas. Herramientas que están generando caos e inseguridad jurídica.
Acabarán quebrando compañías. Y tendrán ustedes un número de parados más alto que si hubieran permitido despedir
Pero la realidad, con independencia de la complicación que genera la "ayuda" de las herramientas puestas a disposición del empresario, va más allá. Ahora sí. Ahora han sido honestos por primera vez.
Han aclarado cuál es su percepción y valoración de los empresarios. No crea usted que estén asumiendo ningún sacrificio sino aprovechándose de sus herramientas temporales de "ayuda". Claro que sí, la ministra necesitaba criminalizar al empresario. Y no lo digo yo, lo ha dicho usted.
Amenaza de inspección a todos los que estén utilizando sus herramientas de "ayuda" para concluir que "pagarán hasta el último céntimo". Mire, señora ministra, puede que cuando usted vaya a ejecutar la amenaza, no tengan ya ni ese último céntimo. Enhorabuena por criminalizar a aquellos a los que maniata. Usted no lo sabe, pero los empresarios están asumiendo esfuerzos extraordinarios. No lo hacen por usted Lo hacen por sus trabajadores.
No se entera, no ayuda y encima amenaza y entorpece.
*** Ignacio Moratilla es socio Laboral de Lexpal Abogados.