Los retos para una movilidad pospandemia
La crisis sanitaria, económica y social surgida a raíz de la Covid-19 ha puesto a prueba no solamente a cada uno de nosotros como personas sino también a nuestro modelo de sociedad tal y como lo conocíamos hasta el momento.
A pesar de las constantes y sucesivas restricciones, la incertidumbre y el sufrimiento generalizado, la sociedad y los individuos que la conformamos hemos vuelto a demostrar una altísima capacidad de adaptación a las circunstancias y una resiliencia que, por comodidad y bienestar, no habíamos puesto a prueba. Mientras soñamos con un mundo posterior a la pandemia, un buen número de patrones y comportamientos adoptados durante esta época han llegado para quedarse.
Para comprender mejor las consecuencias de la pandemia, Ford Motor Company ha realizado un estudio entre ciudadanos de más de 15 países en el que ha analizado sus efectos en las personas y las implicaciones que los nuevos comportamientos tienen también para el sector del transporte y la movilidad. Estas son algunas de las principales conclusiones a las que llega el informe.
A nivel personal y humano, la pandemia y las medidas adoptadas para limitar sus efectos han generado un amplio sentimiento de angustia, una mayor sensación de soledad y una creciente necesidad de cercanía familiar. Todo ello ha derivado en un convencimiento mayoritario de que es imprescindible dedicar más atención al bienestar emocional de cada uno de nosotros.
Además, la pandemia y los sucesivos confinamientos y por consiguiente la necesidad de trabajar en remoto desde casa, ha generado una sobrexposición muy generalizada a los dispositivos tecnológicos. Del mismo modo ha crecido de manera muy importante el consumo de redes sociales.
Precisamente, los confinamientos han sido un factor determinante que ha contribuido de manera decisiva a modificar los hábitos de consumo en nuestra sociedad. Sin embargo, no solamente se han modificado los hábitos de consumo si no que la crisis sanitaria ha servido como catalizador para otros cambios que sin duda serán positivos.
En este sentido, los individuos han reafirmado su compromiso social y ambiental. Así pues, la mayoría de los encuestados afirman que las empresas y corporaciones deben liderar, impulsar y mostrar un compromiso social real que contribuya a mejorar la sociedad en la que vivimos. La era de las empresas egoístas y desligadas de los intereses generales ha terminado definitivamente.
Mientras soñamos con un mundo posterior a la pandemia, un buen número de patrones y comportamientos adoptados durante esta época han llegado para quedarse
Además, el compromiso medioambiental se ha convertido en un paradigma social respaldado por una amplia mayoría. El ciudadano ya ha introducido cambios en su comportamiento individual diario en favor del medio ambiente. Además, las perspectivas en este ámbito son halagüeñas puesto que una amplia mayoría cree firmemente que la sociedad aprovechará la pandemia para ser menos derrochadora y que la crisis tendrá un impacto medioambiental favorable.
En cuanto al transporte y a la movilidad, el miedo generalizado a los contagios ha contribuido a una disminución muy notable del uso del transporte público. Este hecho ha contribuido a un boom de modelos de movilidad alternativos, más ecológicos y sostenibles.
Buen ejemplo de ello es el importantísimo crecimiento en la venta de bicicletas, así como el crecimiento de la inversión en vehículos eléctricos. Sin embargo, la disminución del uso del transporte público a nivel mundial es y debe ser solamente fruto de una situación circunstancial ya que, tanto en el presente como en el futuro, éste será fundamental para un modelo de transporte sostenible.
En un escenario pospandemia, la movilidad deberá adaptarse también a la nueva situación. En este sentido, en una sociedad cada vez más consciente de la emergencia climática y más involucrada en soluciones sostenibles que nos permitan vivir en ciudades y entornos amables y sostenibles, la movilidad multimodal terminará imponiéndose. Este modelo de movilidad no es otra cosa que la integración de distintos modos de transporte que combinados, permiten hacer un recorrido de manera eficiente y sostenible.
En una sociedad cada vez más consciente de la emergencia climática, la movilidad multimodal terminará imponiéndose
Así pues, en este nuevo escenario de movilidad múltiple y combinada, los vehículos de combustión privados perderán la hegemonía que han tenido hasta ahora. Este cambio de modelo será posible, no solamente por un nuevo marco social de pensamiento, sino también debido a la creciente y cada vez más estricta presión regulatoria.
En efecto, tanto las instituciones supranacionales, como los gobiernos y administraciones locales, son cada vez más estrictos respecto a las emisiones generadas por los vehículos privados de combustión.
En Barcelona, por ejemplo, el equipo de Gobierno quiere reducir al máximo la circulación rodada en un espacio superior a las 33 hectáreas para compensar así una contaminación en el entorno urbano que provoca en torno a un millar de muertos (evitables) cada año. Este proyecto, a priori positivo, solamente tendrá éxito con el impulso de un mayor, mejor y más eficiente servicio de transporte público y con el desarrollo de un servicio regulado de transporte compartido de movilidad personal.
El momento ha llegado. Las ciudades españolas deben de una vez por todas sin importar su tamaño, por poner en marcha políticas ambiciosas destinadas a transformar un modelo de movilidad agotado y apostar por una nueva movilidad que convierta los interminables y duros kilómetros de asfalto en entornos amables para los ciudadanos y que además no perjudiquen su salud.
La proliferación ordenada de vehículos eficientes y sostenibles, en combinación con una oferta de transporte público abundante, eficaz y sostenible, será la clave un mejor provenir.
*** Filippo Brunelleschi es country manager de Spin para España y Portugal.