Estos protocolos, con sucesivas mejoras, continúan siendo ejecutados y han venido a formar parte de las mecánicas habituales de trabajo de las inmobiliarias incluso con la campaña española de vacunación bien avanzada y, nos atrevemos a decir, que para siempre.

Nos consta también que el resto de las agencias inmobiliarias de nuestro territorio (las no vinculadas con los Colegios) han hecho otro tanto, bien sea siguiendo las pautas establecidas por las diferentes asociaciones existentes a las que pertenecen, o bien por simple emulación.

Y ya queda dicho: el consumidor de nuestros servicios, sea vendedor o comprador, se ha mostrado encantado y confiado con esos paquetes de prevención desde que, tras el confinamiento y aun antes de la aparición de las primeras vacunas, pudimos reiniciar nuestra actividad.

Merece ser aludido aquí el hecho de que la evolución actual del sector ha venido a confirmar la intención inicial de este Consejo cuando reclamó, de la Administración estatal y tras el Decreto del estado de alarma, que nuestra actividad fuese incluida entre las entonces declaradas como esenciales, en atención a la condición de la vivienda como Derecho Fundamental del Ciudadano.

Y es que la pandemia, tras el parón obligado inicial, ha afectado al sector inmobiliario reactivándolo, por las ya más que conocidas nuevas demandas originadas por la toma de conciencia general de que nuestra vivienda, nuestra casa, o mejor: nuestro hogar, merece una mayor atención por nuestra parte, porque es mucho lo que nos devuelve, cuando puede.

La pandemia, tras el parón obligado inicial, ha afectado al sector inmobiliario reactivándolo

Muy al margen del bombardeo mediático reciente sobre la "relajación" de nuestros jóvenes y adolescentes para provocar un mayor índice de vacunación en esos rangos de edad, es innegable que conforme se acerca nuestra sociedad a la inmunidad de rebaño (que ahora hemos de llamar de grupo) aumentan los riesgos de rebrotes y nuevas olas por la pérdida de conciencia del peligro.

Es aquí donde, para una más meditada, más exigente, y mejor atendida demanda de vivienda por parte del ciudadano, el agente inmobiliario le recuerda siempre la necesidad de continuar con unos hábitos personales, domésticos, y sociales que deben incorporarse definitivamente a lo cotidiano, y que nada cuestan en realidad. Tenemos la obligación, y es una gran oportunidad para el sector, de hacer que nuestra profesión crezca en reconocimiento social, también con esta tarea.

Todo ello sin echar las campanas al vuelo. Parece que empieza a reactivarse la construcción de vivienda nueva, que los tipos de interés continuarán bajos en el medio plazo, que vienen potentes inyecciones a la inversión privada de fondos públicos, y que la demanda es más formada y exigente, más sana.

El sector, para ello, está preparado puesto que no pierde la avidez por una continua formación, responde muy positivamente a los impulsos ya imparables de unidad y regulación, y tiene meridiano que los tratos rápidos, mal meditados, y a cualquier precio que constituyeron la "cultura del pelotazo" solo pueden tener como resultado lo que ya experimentó en el 2007.

Hemos de normalizar las nuevas situaciones, y transmitir a la sociedad que el estar vacunados tiene solo relativa trascendencia en lo que nos ocupa: cada individuo, cada familia, tiene que construir su hogar en un inmueble cuanto menos digno, y eso sí, siempre ajustado a sus necesidades, que lo son -hemos aprendido ahora- fundamentalmente de salud física y psíquica.

Hemos de reconocer y agradecer a la comunidad científica el enorme esfuerzo que ha realizado hasta la fecha para situarnos en esta nueva normalidad; pero hemos de recordar que no la alcanzaremos en realidad hasta que las campañas de vacunación sean universales.

A la vez, este enfoque de pausada meditación que desde nuestro sector proponemos para entender las campañas de vacunación, la pandemia, la salud y el hogar, bien puede trasladarse a otras cuestiones bien candentes, como la energía y el cambio climático, de nuestra aldea, nuestro hogar, global.

*** Lola Alcover, secretaria del Consejo General de COAPI (Colegio Oficial de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria) en España.