Vuelve la mememanía
Hasta el discurso de Powell el viernes, el verano estaba siendo de lo más placentero. Un agosto sin sobresaltos y las bolsas subiendo. Ni rastro de miedo a una recesión económica o de beneficios. Las bolsas han vivido un verano tan cómodo que la falta de amenazas ha traído consigo la estupidez máxima de los mercados dando protagonismo a esa suerte de compañías llamadas “meme stocks”.
No hace falta recordar qué ocurrió en la pandemia cuando compañías sin fundamentos ni justificación económica subían como la espuma por el efecto impulsor de inversores sin ningún tipo de conocimiento. Bastaba agitar las fuentes más especulativas de las redes sociales y un batallón de inversores bastaba para impulsar negocios zombies y variopintos a las alturas. El desplome y el arrastre de mercado son ya conocidos.
Todo esto ha coincidido con un impulso en las bolsas mucho más sensato y profesionalizado que plantea hasta qué punto la subida estival es una pauta o simplemente un parón en la tendencia bajista acumulada hasta hace un par de meses.
Si utilizamos el barómetro que es el mercado americano, el rally pone de manifiesto un patrón que solivianta a todos los que defienden que este larguísimo ciclo bursátil tiene que acabar de forma apocalíptica con un desplome histórico. El 12 de agosto, el S&P 500 recuperó el 50% de la pérdida acumulada en el año. Históricamente cuando esto ha sucedido nunca se han visto nuevos mínimos. Es más, en los subsiguientes períodos comprendidos hasta doce meses el promedio de rentabilidad ha sido siempre positivo.
¿Se puede esperar realmente un nuevo impulso alcista con una recesión que ya no es una amenaza sino una realidad o con los miedos que infunde la Fed y la torpeza infinita del BCE?
Es cierto que resulta francamente complicado esperar que ocurra una recesión sin ver un mercado que retome sus mínimos. Y mucho menos pensar que, mientras la economía entra en esa fase, con un pico de inflación que generalmente apunta a un nuevo ciclo de destrucción de empleo y con los márgenes empresariales aflojando, las bolsas vayan a subir como se podría inferir a resultas del patrón veraniego.
Mi opinión es que el mercado tiene que depurar, pero para eso tiene que luchar contra dos elementos que se han erigido como esa inmensa muralla de hielo que se extiende de este a oeste en el norte de Poniente y que separa los Siete Reinos de las tierras salvajes en la admirada saga Canción de hielo y fuego. Hablo de la liquidez y la estupidez.
La liquidez va a seguir con nosotros queramos o no y se muevan como se muevan los tipos de interés
La liquidez va a seguir con nosotros queramos o no y se muevan como se muevan los tipos de interés. La digestión de esa pretendida retirada masiva de dólares del mercado es extraordinariamente lenta. En Europa ni siquiera se han sentado a la mesa y al ritmo que reacciona el BCE es posible que volvamos a la abundancia de dinero (que no de riqueza). Las declaraciones de Isabel Schnabel en un foro de representantes del BCE este pasado fin de semana son más que significativas del “querer y no poder” en el que está instalado el banco central y que llevará a la Europa comunitaria con bastante probabilidad al desastre.
La segunda cuestión es mucho más compleja. Un potencial mercado bajista está diseñado para castigar la tontería colectiva que hemos presenciado en los últimos dos años en todos los activos y formas de inversión. Las acciones FAANG, las valoraciones de las compañías tecnológicas norteamericanas, las acciones memes, los SPAC, el mercado de OPV, las criptomonedas… ¿me dejo alguno?
Es especialmente significativo lo que ocurre con las compañías memes. Estas últimas semanas han revivido con fuerza al calor de compañías como Bed, bad & beyond o las preferentes de AMC. ¿Por qué podrían adelantar una vuelta a un mercado bajista? Porque se ha visto el mismo absurdo patrón que desencadenó el mercado bajista de finales de 2021. Los inversores son avariciosos y repiten una y otra vez los mismos errores.
Lo he explicado muchas veces. En estos últimos diez años he lidiado con muchos foros con gestores, inversores jóvenes pero no idiotas que, sin embargo, lo único que no han conocido es una severa recesión económica y que además sólo han presenciado una dirección en los mercados de renta variable. Piensan que los recortes de mercado o las inversiones memes son una especie de descanso en una pauta porque en su esquema, al final, las bolsas solo pueden hacer una cosa: subir.