No podemos pensar en garantizar el Estado de bienestar cuando los números son tan claros en relación a las perspectivas de futuro. Nuestras sociedades envejecen y las cifras de natalidad a nivel mundial disminuyen de manera exponencial.

En 2018, por primera vez en la historia, las personas de 65 años o más superaron en número a los niños menores de cinco años en todo el mundo. En España, los mayores de 50 ya son el doble que los menores de 18, lo que puede hacer inviable el relevo generacional que se daba de forma natural en las empresas.

Ante este rápido envejecimiento, si no se toman medidas para mejorar la situación del mercado laboral de los trabajadores de más edad, se frenarán las mejoras en el nivel de vida y se generarán aumentos insostenibles en el gasto social. Por eso se requiere mayor esfuerzo para promover la inclusión de las personas mayores de 45 años. Debemos tener presente que el colectivo es el sustento de menores y en general de personas en edad de formación, que están viendo minoradas sus oportunidades por el empobrecimiento de sus padres.

"Se requiere mayor esfuerzo para promover la inclusión de las personas mayores de 45 años"

El 'edadismo' provoca el 63% de las prestaciones por desempleo que abona el Gobierno, incentivándose en muchos casos su salida temprana del mercado laboral, a través del sistema de prestaciones y subsidios.

Europa, en general, tiene una perspectiva demográfica oscura según los datos de la ONU, con la peor tasa de natalidad de todos los continentes, que combinado con el constante aumento en la esperanza de vida, que es una de las más altas del mundo, hará difícil la sostenibilidad de los sistemas de jubilación, el equilibrio de los sistemas de pensiones, los gastos en sanidad o la dependencia.

En España, el colectivo de los mayores de 45 años es el que más desempleados tiene, hablamos, aproximadamente, del 56% del total. El número de parados registrados mayores de 45 años en septiembre arroja la cifra de 1.624.002, de los cuales 969.382 son mujeres y 654.620 hombres.

"El colectivo de los mayores de 45 años es el que más desempleados tiene, hablamos del 56% del total"

Ante cifras de desempleo de tal magnitud, urge que sea considerada una prioridad nacional la incentivación del empleo senior. La sociedad debe concienciarse de la gravedad del problema y trabajar en la elaboración de medidas eficaces encaminadas a mejorar la situación de los trabajadores de más edad. Un plan de acción que incluya propuestas en varios ámbitos, tanto a nivel legislativo, como empresarial y social. Debemos tener claro que el talento sénior es imprescindible para el futuro de nuestro país.

Según diferentes estudios, poner barreras a la contratación de los mayores de 45 años supone una pérdida del 5% anual del PIB, lo que indica que la discriminación por edad no afecta solo al que la sufre, sino que incide en la riqueza de todo el país.

Empecemos por combatir los estereotipos más perjudiciales, como el que hace referencia a que los trabajadores mayores no tienen interés en continuar formándose, o que sus competencias están desfasadas en un mundo marcado por la tecnología.

Incentivemos entornos de trabajo multigeneracionales, para que los equipos estén formados por personas de diferentes edades, en los que cada persona pueda beneficiarse de las fortalezas que aporta cada generación. En este sentido, las empresas tienen un rol imprescindible en la integración laboral.

"Incentivemos entornos de trabajo multigeneracionales, para que los equipos estén formados por personas de diferentes edades"

Empresas que no discriminen laboralmente, porque además de ser un gran contrasentido demográfico pone en peligro nuestro Estado de bienestar. Las personas con la edad no pierden la motivación, ni la capacidad de trabajo, ni la de adaptación al cambio.

La supervivencia de nuestra economía dependerá cada vez más de estos equipos multigeneracionales, porque la suma de los valores que ambos aportan son una combinación ganadora en el complejo mundo empresarial. Y es todo un sinsentido que la sociedad renuncie a los conocimientos, experiencia y visión global que puede aportar un trabajador con décadas de experiencia en el mundo laboral.

Los equipos con diversidad de edad suelen tener mayores índices de estabilidad laboral, compromiso y motivación, lo que suele traducirse en una mayor rentabilidad para las empresas.

Eliminar el 'edadismo' debe ser una prioridad para construir un mundo mejor para todos. Está en peligro nuestro futuro y el de nuestros hijos. Protejamos al colectivo con medidas efectivas que permitan retener el talento senior en las empresas.

Medidas que incluyan, entre otras, incentivos a nivel fiscal, propuestas sobre cuotas de personal de más edad en las empresas o bonificaciones por contratos a seniors.

Reivindicamos nuestro derecho a continuar viviendo vidas de superación y desarrollo personal, a tener expectativas y un futuro hasta el último momento, nuestro derecho a poder asumir nuevos retos y oportunidades.

No podemos cambiar nuestra edad y, a menos que nos contraten, tampoco podemos convencer a la empresa de que la edad no debería importar.

*** José María Torres es presidente de Conpymes.