Peras en un puesto de frutas en un mercado de Madrid (España).

Peras en un puesto de frutas en un mercado de Madrid (España). Eduardo Parra Europa Press

EN EL MOMENTO ADECUADO

Si los precios están bajando, ¿por qué no nos estamos beneficiando?

28 marzo, 2023 02:39

El precio del gas se ha desplomado, pero la factura de la luz no ha bajado en la misma medida. Y qué decir del precio del petróleo. Rusia hace tiempo que encontró mil maneras de saltarse las sanciones, lo que no era muy difícil, cuando la mayoría de países excepto los occidentales no las ha firmado. Hace tiempo que lo venden a través de terceros. El resultado es que el precio del petróleo está por debajo de donde estaba cuando se inició la guerra de Ucrania, pero la gasolina y el diésel están todavía por encima.

Algo parecido ocurre con las materias primas. El precio se disparó inicialmente como consecuencia del efecto rebote de las sanciones, incluido el de los fertilizantes - cuyo mayor productor mundial es Bielorrusia -, pero al final esas sanciones también se saltan. Además, en situaciones así, otros productores se lanzan a producir más para aprovechar la oportunidad.

Y qué curioso que lo que más sube en el IPC son los alimentos, cuando por ejemplo los cereales no hacen más que bajar. Antes de que Rusia invadiera Ucrania el trigo cotizaba en España alrededor de 280 euros la tonelada, y ahora cotiza en el entorno de los 270.

En general, cuando se pregunta sobre estas cosas, las respuestas son más bien vagas: "la guerra", "la volatilidad", "una situación complicada", "un entorno incierto", "el clima", etc. Pero no hace falta ser economista para intuir que cuando se producen estos desequilibrios alguien se está quedando con un buen margen de beneficio. Y siendo economista la duda se convierte en casi certeza.

No puedo estar más alejado de las tesis económicas de la ultra izquierda española, que de ser aplicadas nos convertirían en la Venezuela europea. Pero ni alguien tiene siempre razón ni alguien está siempre equivocado. Y coincido en que alguien se está beneficiando de esta situación, y obviamente no son los consumidores.

Y qué curioso que lo que más sube en el IPC son los alimentos, cuando por ejemplo los cereales no hacen más que bajar.

Ahora bien, viendo las cuentas de resultados de los grandes supermercados – y por supuesto de ganaderos o agricultores - no parece que sean ellos. Es más, lo que es evidente es que quien se ha estado beneficiando con toda seguridad es el gobierno (al que pertenece Podemos). No hay que ser un genio para ver que el incremento de la recaudación del IVA le está ayudando a cuadrar las cuentas. Algo menos ahora, que finalmente accedieron a bajar el IVA de algunos alimentos, pero ojo, no de todos.

Dicho esto, no solo se está beneficiando el gobierno. En el camino entre los silos donde se acumulan los cereales o los almacenes donde se guardan las hortalizas y los supermercados, alguien está ganando mucho dinero (además del gobierno).

Con el precio de la gasolina pasa algo muy parecido, aunque en este caso y viendo los resultados de las compañías energéticas gana peso la sospecha de que ellas, junto al gobierno, son las otras grandes beneficiarias (recordemos que aproximadamente la mitad de lo que cuesta un litro de gasolina o diésel va a impuestos).

Alguien argumentará que es el resultado de fórmulas que se crearon para evitar la volatilidad, pero la evidencia empírica muestra que actúan con mucha más eficacia y rapidez para amortiguar las grandes bajadas que las grandes subidas.

Sin entrar en análisis detallados y que seguramente convertirán directamente en sesudos y complejos los más espabilados para justificar lo injustificable, parece evidente que el gobierno tiene mucha más capacidad legislativa de la que utiliza para que bajen los precios de la energía y la alimentación.

Y que también la tiene para localizar en qué partes de la cadena de distribución se están produciendo márgenes extraordinarios a costa del resto de la población. Y actuar con el poder que da el BOE. Porque, insisto, es obvio que ese margen se está produciendo en algún sitio.

No hay que ser un genio para ver que el incremento de la recaudación del IVA le está ayudando a cuadrar las cuentas

Y dirá alguien que eso no sirve para bajar la inflación subyacente, y yo le contestaré que por supuesto que sirve. La inflación subyacente sube como consecuencia del incremento del índice general de precios y bajará cuando se consolide la bajada del mismo. Piensen en el restaurante que no baja sus precios hasta que no ve que se consolida la bajada del diésel de la furgoneta o de la materia prima que utiliza para elaborar sus platos.

La buena noticia es que a lo mejor la proximidad de las elecciones hace que el gobierno se ponga las pilas y actúe con algo más de valentía contra los intereses creados y las puertas giratorias que protegen ese margen. Y tendría un gran efecto, porque coincidiría con el impacto que ya están teniendo las subidas de tipos de interés por parte del BCE. Y las de la crisis bancaria, que tiene un efecto claramente desinflacionista. Cuando se restringe el crédito, afecta al consumo y a la inversión, lo cual ayuda a "desinflar" los precios.

Surgirán comentarios a este artículo diciendo que es populismo, o el típico "no se pueden buscar soluciones sencillas a temas complejos", etc. Pero seguiré pensando que: 1) si ahora la oferta es mucho mayor que la demanda, algo está fallando para que no bajen los precios (vean sino que rápido subieron cuando fue al revés) 2) el gobierno se lleva mucho dinero vía impuestos. Está en su mano que bajen. Y si eso desequilibra los presupuestos, que dejen de gastar en cuestiones inútiles 3) hay que ver con qué "autoritas" se utiliza el decreto ley para modificar temas espinosos cuando le interesa al gobierno. Que lo utilicen para evitar abusos en la cadena de distribución e intermediación.

***Víctor Alvargonzález es socio fundador de la empresa de asesoramiento financiero independiente Nextep Finance.

Pedro J. Ramírez, presidente de EL ESPAÑOL, durante la inauguración de Wake Up, Spain! 2023. FOTO: Jesús Umbría.

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