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La tribuna

Elogio del asombro

15 junio, 2023 03:19

Decía Platón que el asombro es la disposición primera del conocimiento, ya que gracias a éste llega el descubrimiento de la verdad.

Cuando en marzo de 2020 tuvimos un despertar y empezamos a ser conscientes de nuestra enorme fragilidad, no imaginábamos que, tres años después, nuestra capacidad de asombro seguiría intacta ante la marea de vicisitudes y hechos imprevisibles que desde entonces hemos vivido. Ninguno vimos venir las consecuencias que un virus desconocido iba a tener en nuestras vidas a todos los niveles. Del mismo modo que no quisimos aceptar que una guerra algún día podría entrar a formar parte de nuestra rutina o de las conversaciones en el trabajo, y menos teniendo lugar apenas a unos miles de kilómetros de nuestros hogares.

Desde una perspectiva empresarial, todo lo que ha venido después no ha sido sino el reflejo de una cadena de acontecimientos que hoy siguen estando de rabiosa actualidad: la soberanía energética como necesidad perentoria, la gobernanza de nuestras compañías y la necesidad de reforzarlas desde un punto de vista de la ciberseguridad, la cadena de suministro tensionada hasta límites que incluso a día de hoy, dependiendo del sector, siguen sin volver a la normalidad anterior al COVID - 19...

Como factor añadido, la inflación y las medidas que los bancos centrales están tomando para tratar de frenarla... Y por si fuera poco, ahora el colapso de ciertas entidades financieras a los dos lados del charco y la incertidumbre que ello ha provocado, pese a no estar ni de lejos en la situación de la crisis global anterior, allá por 2008.

Ninguno vimos venir las consecuencias que un virus desconocido iba a tener en nuestras vidas a todos los niveles

En todas esas vicisitudes, el sector de capital privado ha sido un elemento tractor para ayudar a muchas compañías a afrontar los retos provocados por factores tan imprevisible. E incluso en muchos casos ha permitido a estas mismas compañías salir reforzadas y encarar un futuro muy prometedor con las herramientas correctas para afrontarlo.

Sin embargo, aquí estamos, tres años después del inicio de la pandemia, pensando en qué momento perdimos la noción de lo que podía o no podía pasar. Y mientras tanto, el calentamiento climático global continúa con su avance imparable… Avance silencioso casi todo el tiempo, estruendoso en ocasiones en las que un desastre natural, un incendio a gran escala o un desequilibrio climático por sí solo nos recuerda que la necesidad de acción para hacerle frente es cada vez más urgente.

Si queremos lograr limitar el calentamiento futuro del planeta a 1,5 grados, apenas nos quedan 3.000 días para lograrlo. Y si Europa quiere alcanzar la neutralidad cero en carbono para 2050, el esfuerzo para llevarlo a cabo no es de unos pocos sino de todos. Y la diferencia entre llegar o no llegar no parece estar en la mente de todos, por lo que se necesita una mayor concienciación al respecto. Tenemos que entender que el punto de no retorno hipoteca a las futuras generaciones y el mundo que heredan.

En ese sentido, la función del sector financiero, como catalizador para lograrlo es absolutamente esencial. A día de hoy, a nivel mundial se están movilizando recursos por valor de 1,2 trillones de dólares anuales para afrontar la emergencia climática. Sin embargo, para lograr los objetivos marcados en el COP27, hay estimaciones que indican que se debería estar movilizando entre cuatro y seis veces dicha cifra.

Por ello, el capital privado tiene un papel esencial, dado que es un mecanismo para inyectar recursos en la economía real que permitan un cambio más acelerado. Y además, marca una oportunidad de inversión única, dado que aquellas compañías cuya estrategia está alineada con dichos objetivos, son precisamente las compañías que tienen un perfil de crecimiento más pronunciado y sostenible.

Debemos afrontar por tanto y sin dilación la descarbonización de cara a frenar el calentamiento global. Las incertidumbres y los problemas no deben hacernos olvidar que el reloj de arena lleva tiempo corriendo. Debemos aprovechar el impulso y abordar las oportunidades que la sostenibilidad conlleva, ya que la verdad ya la conocemos. No despertemos un buen día y volvamos a caer en un nuevo asombro.

*** David Martín, executive director private equity Iberia en Tikehau Capital.

La icónica estatua del toro de Wall Street, símbolo de la zona financiera de Nueva York.

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