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La tribuna

Madrid 360. Taxis y VTC no representan un problema para el medioambiente

3 junio, 2024 02:24

En Madrid el número de taxis permanece congelado desde 1980, no ofertándose nuevas licencias desde entonces. Si bien la región ha cambiado mucho en estos cuarenta años y el área de prestación conjunta de los servicios de taxi ha crecido hasta verse integrada por la capital y 55 municipios colindantes.

Pero, pese al notorio crecimiento económico-social y poblacional de nuestra comunidad, el número de licencias de taxi (15.500) permanece estancado, de modo que el servicio al público, de un tiempo a esta parte, no se presta eficaz y adecuadamente, resultando ya habituales los momentos de desabastecimiento, las largas colas y la prolongación de las esperas, en la calle o en las pantallas de nuestras aplicaciones, para obtener la recogida por un taxi.

Contra toda intuición, la incorporación en una década de otros 9.000 vehículos de arrendamiento con conductor (VTC), que coinciden con los taxis en el servicio de recogida de viajeros por medios telemáticos o digitales, ha multiplicado la demanda de servicios en Madrid, hasta el punto de que, según fuentes de las plataformas digitales, aproximadamente una de cada cinco peticiones de viaje no son posibles de atender, no llegándose a prestar o prestándose inadecuadamente alrededor de 300.000 viajes/día dentro de la M-40.

Existe un evidente déficit de oferta. Si esos viajes van a parar al transporte público o al transporte particular, y en qué porcentaje, no está suficientemente estudiado y depende de múltiples y circunstanciales motivos.

Los taxis realizan el 7% del total de los vehículos-km que recorren en la ciudad los vehículos motorizados, superando el 10% en el interior de la M-30. Las VTC en torno al 3%, mayoritariamente prestados también dentro de la M-30. Esta área coincide con la Zona de Bajas Emisiones Madrid 360.

Según el Plan de Movilidad Sostenible 360 del Ayuntamiento de Madrid (PMS-360), cuando los taxis circulan en vacío, “en algunas zonas de la ciudad y en determinados momentos” pueden representar más del 40% de todo el parque circulante.

No obstante, las VTC minimizan esta circulación en vacío porque su regulación les impide la misma salvo los tramos imprescindibles para recoger a un nuevo cliente, aspecto que los algoritmos reducen al máximo en aras a la eficiencia y productividad de estas flotas. Cuando los taxis hacen uso de estas aplicaciones también minimizan la circulación en vacío, ayudando a la reducción de la congestión.

Taxis y VTC no representan un problema para el medioambiente y la calidad del aire

De hecho -refiriéndose a los taxis-, el propio PMS-360 indica que el uso y desarrollo de nuevas aplicaciones móviles en el sector facilita al usuario la petición del servicio y “minimiza la circulación en vacío”. De manera que la multiplicación de los servicios digitales es directamente proporcional a la disminución de la congestión que pueden producir los taxistas.

Hasta aquí podemos concluir que el uso intensivo de aplicaciones digitales es la mejor medida de sostenibilidad para rentabilizar a taxis y VTC y eliminar la congestión vial. Y, ¿qué pasa entonces con la contaminación y la calidad ambiental respecto a estas modalidades de transporte?

En este aspecto hay que considerar que taxis y VTC son mínimamente contaminantes y su uso mejora la calidad ambiental, máxime cuando partir de enero de 2027 todos los taxis y las VTC deberán estar clasificados con etiquetas medioambientales CERO o ECO, aunque ya, a día de hoy, el 90% de los 15.500 taxis que hay en Madrid y un 75% de las 9.000 VTC cumplen con esta obligación.

Es por eso que la afectación a la calidad del aire de esta modalidad cada vez es menor, no representa en cualquier caso un problema respecto a los millones de vehículos privados que circulan por la región y conseguirá anticiparse al objetivo del dicho PMS-360 de alcanzar la neutralidad climática en 2030 (prevista como absoluta para el año 2050, al igual que lo hará la EMT con todos los autobuses eléctricos, con la salvedad de que el coste para el bolsillo del contribuyente será mucho menor al hacerse cargo de los gastos de la transición, mayoritariamente, los bolsillos de los taxistas y empresarios de VTC).

De hecho, las flotas que colaboran con plataformas digitales como Uber, Cabify o Freenow se encuentran aumentando exponencialmente el número de vehículos CERO emisiones, multiplicando la oferta de servicios “verdes” a sus usuarios.

Es decir, taxis y VTC no representan un problema para el medioambiente y la calidad del aire, aunque multiplicasen por dos o por tres su número total hasta llegar a magnitudes similares a las de otras grandes capitales europeas, donde hay entre 5 (Varsovia) 6 (Lisboa) 8 (Ámsterdam) y 10 (Londres) vehículos de esta tipología por cada 1000 habitantes, mientras que sus flotas tiendan a ser CERO emisiones.

Una manera de amortiguar esa afectación es permitir el crecimiento y desarrollo del número de taxis y VTC

Tampoco se derivaría ningún daño de consideración causado por alguna externalidad negativa, si no, más bien, por su papel crucial en la movilidad puerta a puerta y complementaria de los transportes colectivos, beneficios en la movilidad y en los derechos y libre elección de los usuarios.

La aceleración real de este saludable proceso es visible en nuestras calles, mientras que la Agenda del Plan de Movilidad Sostenible 360 de Madrid plantea una reducción masiva de los desplazamientos en coche, de modo que “el uso del coche (privado) no sobrepase el 30% del total de todos los desplazamientos”, lo que requerirá, además de grandes inversiones en transportes colectivos, de cierta ingeniería social que tendrá una enorme afectación para todos los ciudadanos, en especial para los de rentas más bajas.

Si se va a seguir adelante con esa política, una manera de amortiguar esa afectación es permitir el crecimiento y desarrollo del número de taxis y VTC, de momento, para absorber la demanda insatisfecha actualmente existente (como hemos señalado, en torno a un 20%) y, a medio plazo, para poder complementar adecuadamente a los transportes colectivos (principalmente metro y autobús) en aquellos recorridos y horarios en que son menos eficientes, además de para dar cobertura suficiente a los cientos de eventos que se producen en la región, así como sostener la cultura del ocio y esparcimiento que está situando a Madrid entre las capitales más dinámicas del mundo.

Sin olvidar tampoco la mejora que ello supone a los servicios más orientados a cubrir necesidades sociales, como el traslado puerta a puerta de una población cada vez más envejecida a todo tipo de instituciones sanitarias y, por supuesto, los transportes a aquellas personas de movilidad reducida que actualmente sufren unas notables carencias y deficiencias de los servicios de vehículos adaptados (eurotaxi).

Más taxis y más VTC, más transporte sin emisiones, mejor medioambiente, y menor congestión con mayor digitalización. Mejor servicio a los usuarios, quienes son los verdaderamente importantes.

***Emilio Domínguez del Valle es abogado experto en movilidad y transportes.

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