Mollete antequerano

Mollete antequerano El Español

Gastronomía

El desayuno típico en Málaga que todo niño toma en casa de sus abuelos: una delicia que sabe a infancia

La autenticidad de este manjar y los ingredientes locales que emplea lo hacen único en la Costa del Sol.

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Francisco Sánchez
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Málaga es cultura, arte, gastronomía, naturaleza, pero sobre todo, lo es hogar y unión, y de eso saben muchos nuestros abuelos, quienes se han encargado de transmitir de generación en generación las tradiciones de la siempre “Málaga la bella”. Está en nuestras manos seguir con esa tradición y no perder esa identidad que tanto caracteriza a la gastronomía de los rincones más recónditos, pero únicos, de la Costa del Sol. Y es que, Málaga es única en España a la hora de, por ejemplo, pedir un simple café, ya que van desde la nube hasta el solo largo, pasando por un cortado.

Uno de los desayunos más tradicionales y típicos de Málaga lo inventaron ellos, nuestros abuelos. Sin complicaciones ni recetas elaboradas, únicamente cariño y la “mano de la abuela” para disfrutar de un manjar en escasos segundos. Un estupendo legado que refleja la calidad y personalidad que tiene Málaga.

Mollete antequerano, un privilegio al alcance de pocos

Pitufo, viena, pan cateto, pan de Alhaurín, teleras o pan de higo son algunos de los panes más conocidos y principales protagonistas de la popularidad de Málaga gracias a su espectacular calidad. Aun así, hay uno que se lleva la palma, el mollete antequerano, un pan de fermentación lenta, con una miga esponjosa y suave digna de cualquier paladar.

Conocido, sobre todo, por acompañarlo con un poco de aceite y sal, tomate “restregao” y jamón serrano o queso. Además, por la zona de los montes de Málaga, también es muy común acompañarlo con zurrapa de lomo, un manjar exclusivo de esa zona interior de la provincia. El acompañamiento perfecto para este desayuno es un buen café o, en su defecto, un vaso con leche y un toque de canela.

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Sin duda, este tipo de desayunos lo primero que hace es trasladarte a la infancia, a cuando nuestros abuelos nos despertaban con ese olor a pan tostado que todo el mundo es capaz de reconocer. Todos sabíamos que al despertar íbamos a tener nuestra taza de leche calentita y un mollete antequerano recién hecho con un poquito de aceite, sal y jamón. Sin duda, un privilegio al alcance de muy pocos.

Algunas variaciones de los molletes antequeranos

En Málaga, como en todos los lugares de España, la gastronomía se moderniza; por lo tanto, esto también afecta al mollete antequerano. Lo que para muchos cocineros es un producto que siempre debe ser tradicional, otros aprovechan la oportunidad y hacen de este bocadillo sus obras “culmen” para atraer a otro tipo de públco a "su casa".

Por ejemplo, el mollete de atún en “La Cosmopolita”; este mollete se rellena de atún de almadraba, pimiento verde y una mayonesa de pisto casera, creando una combinación perfecta de sabores locales, primando el producto de proximidad. Resaltar también el mollete de pancita ibérica y huevos de codorniz en “Tragabuches”; este mollete combina panceta ibérica a la plancha, pimientos verdes y huevos de codorniz, ofreciendo una experiencia única.

Los molletes antequeranos son más que un simple pan; son un vínculo con nuestras raíces, con la tradición de los desayunos pausados de nuestros abuelos, donde el aroma a pan recién hecho se mezclaba con el del café. Su textura esponjosa y su sabor auténtico nos recuerdan que lo sencillo, cuando es de calidad, perdura en el tiempo. En cada bocado se esconde esa esencia castiza de Andalucía, donde el buen comer es un legado que pasa de generación en generación.