Radar de tráfico oculto.

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El aviso de la DGT sobre un delito muy habitual en las carreteras: tiene pena de cárcel y sanción de hasta 67.000 euros

La Dirección General de Tráfico reforzará la vigilancia para evitar este delito cada vez más habitual en las carreteras españolas.

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La Dirección General de Tráfico (DGT) ha abierto una investigación tras recibir varias denuncias con el objetivo de identificar a los responsables de un delito grave que la propia institución ha destacado en su web. Se trata de un delito de daños, cuya sanción económica asciende a 67.000 euros y que, además, está recogido en el Código Penal, con penas de prisión de 1 a 3 años y multas de 12 a 24 meses.

Este delito está relacionado con la vandalización de siete radares ubicados en carreteras convencionales de Madrid, Castilla-La Mancha, Castilla y León y la Comunidad Valenciana. Los responsables de estos actos deberán hacer frente a los costes derivados de los daños, que en el caso de los radares fijos ascienden a 67.000 euros, mientras que los radares de tramo tienen un coste aproximado de 66.000 euros por unidad, como señala la propia DGT.

Ante la gravedad de la situación, los agentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil y de Seguridad Ciudadana han reforzado la vigilancia en los puntos donde se encuentran estos radares con el fin de evitar que continúen los actos vandálicos.

Este tipo de delito está tipificado en el Código Penal, concretamente en los artículos 263 y 267, donde se define como aquellas acciones que provocan un menoscabo en el valor patrimonial de la propiedad ajena. En particular, el artículo 263.2 contempla una versión agravada de este delito, con penas de prisión de 1 a 3 años y multas de 12 a 24 meses.

Además, como subraya la DGT, este tipo de vandalismo no solo supone un perjuicio económico, sino que también constituye un delito contra el bien público, al comprometer la seguridad vial. Por este motivo, los agentes han intensificado la vigilancia en estas zonas, instalando cámaras de seguridad conectadas en tiempo real con los Centros de Gestión de la DGT. Este sistema permitirá detectar cualquier intento de sabotaje de manera inmediata, facilitando así una rápida intervención por parte de la Guardia Civil para evitar nuevos ataques.

Refuerzo de la vigilancia en carreteras

Los radares de tráfico han sido objeto de numerosos actos vandálicos en los últimos años, con ataques que van desde cubrir las cámaras con pintura hasta la destrucción completa de los dispositivos. Independientemente de los motivos detrás de estas acciones, la manipulación o inutilización de estos sistemas conlleva un alto coste económico y puede derivar en este tipo de sanciones graves para quienes sean identificados como responsables.

Para evitar nuevos incidentes, se han implementado medidas de vigilancia adicionales en los puntos donde se encuentran los radares. Entre ellas, la DGT ha instalado cámaras de seguridad conectadas en tiempo real con los Centros de Gestión de la DGT, permitiendo detectar cualquier intento de sabotaje y facilitando la actuación inmediata de las patrullas de la Guardia Civil. Además, en este contexto, el uso de radares con tecnología avanzada y sistemas de detección de matrículas agiliza la identificación de vehículos que puedan estar implicados en actos vandálicos.

Con estas nuevas medidas, la DGT busca evitar la repetición de estos incidentes y garantizar el correcto funcionamiento de los sistemas de control de velocidad.