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Al difunto duque de Feria lo condenaron por corrupción de menores. Tres décadas después, acusado de otra corrupción, económica, su hijo Luis protagoniza estos días el segundo escándalo penal en la historia moderna de la Casa Ducal de Medinaceli, una de las principales familias de la aristocracia española.
La Fiscalía Anticorrupción ha denunciado a Luis Ramón Medina Abascal (1980) y a su socio Alberto Luceño Cerón por delitos de estafa agravada, falsedad en documento mercantil y blanqueo de capitales, supuestamente cometidos en la venta al Ayuntamiento de Madrid de mascarillas, guantes y tests en la primera ola de la pandemia por un importe de 11,9 millones de dólares. El fiscal los acusa de inflar los precios de forma injustificada (61% en las mascarillas, 71% en los guantes, 81% en los tests) para así cobrar ellos comisiones millonarias por el material importado de Malasia, que encima resultó en buena parte inservible.
Luceño se embolsó una comisión de 5,1 millones de dólares, que se gastó en coches de lujo, y Medina ganó un millón de euros, que invirtió en parte en la compra del velero Feria. Lo que ha aumentado la repercusión del caso es la alta alcurnia de Medina Abascal, hijo de Rafael Medina y Naty Abascal. Según Anticorrupción, se aprovechó de la notoriedad pública de su familia para acceder al contacto clave de la lucrativa compraventa.
El denunciado Luis Medina (a la izquierda en la foto que abre este reportaje, junto a su madre y su hermano Rafael) admite la operación pero defiende su inocencia y dice que su comisión "del 8%" es legal. Su trabajo consistió en una llamada de teléfono: ofrecer la mercancía de Luceño a la directora general de Presupuestos y Recursos Humanos del Ayuntamiento de Madrid, Elena Collado. Su número se lo había facilitado el abogado Carlos Martínez-Almeida, primo del alcalde, a través de una persona amiga común cuyo nombre no ha trascendido.
Hace tres décadas, su padre, el duque de Feria, fue a la cárcel por corrupción de menores y tráfico de drogas
Luis Ramón Medina Abascal, más conocido a secas como Luis Medina, es el hijo menor de la exmodelo Naty Abascal Moreno-Toro (1943) y del economista Rafael Medina Fernández de Córdoba (1942-2001), el malogrado duque de Feria, marqués de Villablanca y Grande de España. La vida del aristócrata, clausurada con su suicidio, quedó marcada por los cinco años que pasó en la cárcel en Sevilla condenado por corrupción de menores y tráfico de drogas.
Casi treinta años después de la caída en desgracia del duque de Feria, su hijo menor se enfrenta de nuevo a la acción de la Justicia. El escándalo es distinto pero, igualmente, afecta al prestigio de la Casa Ducal de Medinaceli, de la que el denunciado es consejero.
La familia paterna
El abolengo de Luis Medina se remonta al rey de Castilla Alfonso X El Sabio −hijo de Fernando III El Santo, reconquistador cristiano de Sevilla−, de quien se ha conmemorado el milenario de su nacimiento, el 23 de noviembre de 1221. La Casa Ducal de Medinaceli lleva a gala descender del monarca medieval que pasó a la historia como modelo de prudencia, amor por las ciencias y buen gusto en las artes. Mil años después, a su retataranieto le imputan el poco ejemplar caso mascarillas. En cambio, sigue encarnando la distinción estética de su antepasado, aunque en este caso la modelo ha sido su madre, Naty Abascal, nombrada varias veces la mujer más elegante del mundo.
Para conocer el papel y las influencias de Luis Medina Abascal en el poderoso árbol genealógico del ducado de Medinaceli, basta retroceder dos generaciones hasta llegar a sus abuelos paternos y maternos. Su abuelo paterno, Rafael Medina Vilallonga (1905-1992), escrito también "de Medina y Vilallonga", para realzar su posición, sevillano aunque nacido en Bilbao, licenciado en Químicas y miembro de la Falange Española, fue el alcalde franquista de Sevilla entre 1943 y 1947, en la época de las cartillas de racionamiento de la posguerra.
Este abuelo de Luis Medina se convirtió en duque de Alcalá de los Gazules y duque de Medinaceli después de su matrimonio en 1938 con Victoria Eugenia Fernández de Córdoba y Fernández de Henestrosa (1917-2013), más conocida en la familia con el cariñoso bisílabo Mimí. Desde la muerte de su padre, ella era la jefa de la Casa Ducal de Medinaceli, como XVIII duquesa.
La familia paterna vivía en la fabulosa Casa Pilatos de Sevilla, donde se rodó parte de la película 'Lawrence de Arabia'
Los abuelos paternos de Luis Medina vivían en la fabulosa Casa Pilatos de la calle Águilas, el más importante palacio de Sevilla tras los Reales Alcázares. Tan precioso es, que el director de Hollywood David Lean rodó aquí hace sesenta años varias escenas de la legendaria película Lawrence de Arabia. La Casa Pilatos, abierta a las visitas turísticas a diez euros por persona, es sólo uno de los monumentos de primer orden dentro del inmenso patrimonio (jardines, palacios, iglesias, hospitales, castillos) que la Fundación Casa Ducal de Medinaceli conserva y mantiene en toda España.
Los otros tres monumentos suyos que se pueden visitar son el hospital de San Juan Bautista de Toledo (u Hospital de Tavera, donde está el panteón familiar), el palacio de Oca (La Estrada, Pontevedra) y la Sacra Capilla del Salvador (Úbeda, Jaén). Entre los otros monumentos de su patrimonio, está el castillo de Feria, en el municipio de Badajoz que da nombre al ducado que ostentó el difunto Rafael Medina y heredó su homónimo hijo mayor, hermano de Luis.
Al palacio sevillano se le quedó el nombre popular de Casa Pilatos, como el gobernador romano que sentenció a muerte a Jesús, debido a que en su puerta arranca el primer vía crucis de la ciudad, instituido por un peregrino que lo copió de Jerusalén. Esta estación de penitencia es el antecedente de las procesiones sevillanas de Semana Santa que recuerdan el camino de Cristo hacia el calvario. Azulejos en el muro exterior del palacio señalan las dos primeras estaciones del vía crucis.
Rafael y María Eugenia tuvieron cuatro hijos, que crecieron en los idílicos patios y estancias de la Casa de Pilatos: Ana, IX condesa de Ofalia (1940-2012); Luis, XVIII marqués de Cogolludo (1941-2011); Rafael, XIX duque de Feria (1942-2001), e Ignacio, XX duque de Segorbe (1947). El benjamín era el favorito de su madre. Como presidente de la Fundación Casa Ducal de Medinaceli, Ignacio Medina y Fernández de Córdoba ha dedicado su vida a preservar, restaurar y gestionar el vasto patrimonio de la estirpe. Aunque quien ostenta hoy el título del ducado de Medinaceli no es él sino la princesa hispano-alemana Victoria Elisabeth von Hohenlohe-Langenburg (1997), nieta de la primogénita Ana.
La familia materna
Por el lado Abascal de su madre, los abuelos maternos del protagonista del caso de las mascarillas infladas eran una distinguida pareja de la burguesía sevillana, de la que no heredó títulos nobiliarios pero sí la alta estatura, la belleza física y el gusto por el buen vestir. El abuelo Domingo Abascal Fernández (1911-1977) era abogado, propietario agrícola y comerciante, y la abuela María de la Natividad Romero-Toro y Noriega (1915-2005), nieta del marqués de Romero-Toro, abrió la primera boutique de ropa femenina de alta costura en Sevilla. "La boutique estaba en la avenida Felipe II", precisa en conversación con EL ESPAÑOL | Porfolio su hijo Javier Abascal Romero-Toro (1960), que es el más pequeño de los 11 hijos que tuvo la pareja.
Javier Abascal, hermano de Naty Abascal, no se pronuncia sobre la investigación que afecta a su sobrino Luis, pero sí acepta amablemente precisar los datos biográficos de esta rama de su familia. Los once hijos (ocho varones y tres mujeres) son, en orden de nacimiento, José María, Antonio, las mellizas Ana María y Natividad (más conocida como Nati o Naty), Domingo, Joaquín, Esperanza, Salvador, Rafael, Bosco y Javier. Viven ocho, tras la muerte de José María, Antonio y Salvador.
"Mi madre es la mujer más guapa que he visto nunca. Era súper elegante, le gustaba vestir bien, era muy presumida. Mi padre era súper elegante también, iba siempre con traje y corbata, tenía una planta espectacular. Medía más de 1,90", recuerda sobre sus progenitores Javier Abascal. Apunta que muchos de los 11 hijos heredaron esa alta estatura, incluida su hermana la modelo Naty Abascal, que ronda los 1,80.
¿Cómo está viviendo Naty Abascal el proceso judicial abierto contra su hijo Luis por supuesta estafa en la venta de material sanitario contra la pandemia? Su hermano Javier dice que no ha hablado con ella desde que se publicó la noticia esta semana pero que cree que ella está sufriendo un gran disgusto.
Describe a su hermana Naty como una mujer "muy curranta desde que a los 18 años se fue a Nueva York" a trabajar como modelo de alta costura para Óscar de la Renta o Valentino. "Es alegre, una señora con mucha vitalidad. No le debe nada a nadie", elogia Javier, que recuerda que la hermana melliza, Ana María, también ejerció durante un tiempo de modelo y que luego abrió su propio taller de moda diseñada por ella, "en la planta de arriba de la casa de El Pali", el antiguo cantaor de sevillanas, en la calle Tomás de Ibarra de Sevilla.
O sea, que la buena percha física y la elegancia indumentaria que exhiben los hermanos Rafael y Luis Medina Abascal, que en 2022 cumplen 44 y 42 años, proceden sobre todo de su madre, su tía y sus abuelos maternos. Esa afinidad quedó de manifiesto cuando los dos hijos posaron con su madre en la inauguración en Ciudad de México de una exposición sobre moda dedicado a ella: era noviembre de 2019, poco antes de la pandemia y del negocio millonario por el que ahora la Fiscalía Anticorrupción ha presentado una denuncia contra Luis y su socio Alberto Luceño. Un juzgado de Madrid la ha admitido a trámite.
Los negocios
La modelo Naty Abascal y el aristócrata y economista Rafael Medina, duque de Feria, se conocieron en Sevilla y se casaron en la ermita de la Virgen del Rocío (Almonte, Huelva) el 14 de julio de 1977, tras un primer matrimonio de ella con el escocés Murray Livingstone Smith. El año siguiente, en 1978, nació su primer hijo, Rafael, y en 1980, el segundo, Luis.
El hermano imputado, Luis Medina Abascal, al que apodan como "soltero de oro" de la jet set, se ha dedicado a los negocios igual que el mayor. Pero, a diferencia de Rafael, que estudió dirección de empresas en Washington, Luis no se interesó por la universidad y prefirió emprender enseguida. En el registro mercantil figura con las dos variantes de su nombre, Luis o Luis Ramón, como administrador único y socio de las sociedades limitadas Tula Creative Studio, con domicilio en Barcelona, y Sextante Trade Desk, en Madrid, y como administrador único de Azulalia Essential y Gekko Partnerts, de Madrid.
Sus actividades son diversas. Por ejemplo, Tula Creative Studio, constituida en diciembre de 2013, se dedica a la consultoría en publicidad, y Azulalia, a la que se incorporó en abril de 2008, tiene como objeto la intermediación en la compraventa de acciones y participaciones.
Luis Medina fue antes fue administrador único de una "Family Office Sociedad Limitada" y participó en Baobab Iniciativas SL. Al igual que su hermano mayor, es consejero de la Casa Ducal de Medinaceli, un puesto que les corresponde dentro de la vocalía colectiva de la Fundación como a todos los nietos de la antigua duquesa, su abuela paterna.
Luis y Rafael son consejeros de la Casa Ducal de Medinaceli, como nietos de la antigua duquesa
Por su parte, el primogénito, Rafael Medina Abascal, que heredó los títulos de duque de Feria y marqués de Villablanca a la muerte de su padre, está casado con Laura Vecino de Acha, con quien tiene dos hijos mellizos, Rafael y Laura (2012). Se ha dedicado, como su madre, a la industria de la moda. Fundó y fue apoderado de la marca de ropa Scalpers, que tiene una calavera como logotipo; se mudó de Madrid a Barcelona para trabajar durante seis años como directivo de Massimo Dutti, una de las marcas del gigante textil Inditex de Amancio Ortega, y en 2001 fichó por la tienda online WOW del expresidente de El Corte Inglés Dimas Gimeno.
En sus negocios particulares, el duque de Feria figura en el registro mercantil como administrador único de las sociedades limitadas Roponggi Hill Investments (de la que además es socio), Avicanto Siglo XXI y Procne Capiago, y como administrador solidario de Chyoda Overseas. Anteriormente, fue administrador de Nabain SL junto a su hermano Luis.
Su hermano Rafael fundó Scalpers, fue directivo de Massimo Dutti y luego fichó para el expresidente de El Corte Inglés
Rafael Medina es consejero vigente de la Casa Ducal de Medinaceli y de la Fundación Laureus España para la promoción del deporte, la misma con la que colaboraron Iñaki Urdangarin, cuñado del rey, y Corinna Larsen, la amante del rey emérito.
Los nietos, entre ellos Rafael y Luis, pleitearon hace unos años contra su tío Ignacio, presidente de la Fundación Casa Ducal de Medinaceli, para reclamar su parte legítima en el reparto de la herencia y los títulos nobiliarios después de la muerte en 2013 de la matriarca, la duquesa María Eugenia.
Se publicó que Rafael le iba a traspasar a su hermano Luis el segundo de sus títulos, el de marqués de Villablanca, para que así disfrutara también de la condición de aristócrata, aunque esa posible intención no se ha materializado oficialmente aún, pues el Boletín Oficial del Estado no recoge ese traspaso.
El escándalo del padre
Los hermanos pasaron su infancia entre Madrid y Sevilla, donde estudiaron en el Colegio Internacional Alminar, privado. Sus padres se separaron en 1988 y ellos se quedaron con su madre, que los mandó a estudiar al internado de los jesuitas en Villafranca de los Barros (Badajoz) y denunció al duque de Feria por no pagarle la pensión de manutención de ella y sus hijos.
El gran escándalo estalló en marzo de 1993 cuando Rafael Medina, el Grande de España, ingresó en la cárcel Sevilla-1 acusado de raptar a una niña de 5 años. Una mujer de un barrio marginal de Sevilla, tía de la pequeña, se la había entregado al duque. El duque llevó a la niña a su apartamento a las espaldas de la Casa Pilatos, la bañó, le hizo fotos desnuda con una cámara Instamatic y la vistió con un vestido caro que le había comprado. En mayo, durante la instrucción judicial, la revista Interviú publicó fotos del aristócrata con varias niñas desnudas, lo que le acarreó un nuevo cargo de corrupción de menores. Pedía prestadas niñas a mujeres de entornos marginales para llevarlas al palacio y fotografiarlas desnudas.
Lo condenaron por llevar niñas de entornos marginales al palacio y fotografiarlas desnudas
Sus hijos, entonces adolescentes, no sufrieron de cerca este drama familiar porque su madre los había enviado a estudiar a Estados Unidos. A su padre lo condenaron a 18 años de cárcel por corrupción de menores y un delito contra la salud pública, por la droga que le intervinieron. Años antes, en 1990, había sido noticia cuando lo detuvieron en una operación policial en un prostíbulo. El Supremo le aplicó eximentes parciales de drogadicción y afección psicológica y le rebajó la pena a 9 años, de los que cumplió cinco (los tres últimos, en segundo grado) antes de quedar en libertad condicional. En la cárcel, trabajó en la lavandería para redimir pena.
Sumido en depresiones, afectado por su desprestigio social, intentó suicidarse cortándose las venas en 1998; murió el 6 de agosto 2001, en un aparente suicidio por ingestión de barbitúricos. Lo encontró muerto el portero de la Casa Pilatos cuando fue a llevarle el periódico a su aposento como cada mañana.
Lo enterraron en el panteón familiar de la Casa Ducal en Toledo. Piadosamente, acudieron unas cincuenta personas, entre ellas, sus hijos Rafael y Luis y su hermano Ignacio. En el árbol genealógico que la Casa Ducal publica en Internet, Rafael Medina, el padre, es el único de sus cuatro hermanos que aparece sin foto, como si hubiera que borrarlo por su estigma penal.
Tres décadas después de la detención del padre, su hijo menor se enfrenta de nuevo en la familia a un proceso judicial que le puede acarrear penas de cárcel. No por abusar de niñas, sino por abusar de las arcas públicas, si se demuestra que el negocio redondo de sus mascarillas era un timo.
El velero 'Feria'
El famoso yate, en realidad, es un velero. Pero eso es lo de menos, porque sigue siendo un artículo de lujo al alcance de muy pocos. Luis Medina Abascal se compró esta embarcación tras desembolsar 325.515 euros del millón que se llevó por la comisión de la venta de mascarillas. Actualmente fondeando en el puerto de Sotogrande, en Cádiz, la embarcación se trata del modelo Eagle 44 de la marca Leonardo Yachts y le ha puesto el nombre de Feria, en honor a su estirpe. Está registrado en una sociedad en Gibraltar que comparte con su hermano, Rafael Medina Abascal, XX duque de Feria, aunque le ha desvinculado por completo tanto de la comisión como de la compra.
Con 13 metros de eslora y tres de manga, la zona exterior es aparentemente sencilla, rematada en madera, pero la marca la reivindica como un amplio espacio en el que tener reuniones con amigos. A fin de cuentas, se trata de una embarcación de recreo. Para ello cuenta con una mesa plegable en el centro, sofás a los lados con una capacidad para unas 10 personas y una nevera para almacenar comida "y siempre tener a mano una bebida fría mientras navegas", reivindican desde la web de la compañía.
Por dentro, sigue rematado en madera y tiene unos sillones, así como una cama con forma de V para que puedan dormir dos personas, aunque ese no es el objetivo inicial de la embarcación. También tiene, por supuesto, un baño discreto que pasa desapercibido dentro de la decoración. Viene con velas de la marca North Sails, listo para navegar. Todos los modelos comprados son customizables y, a falta de conocer el interior del comprado por Medina, lo que sí se puede decir es que se ha decantado por un casco de color azul.
Aunque es un artículo de lujo, está muy alejado de lo que ha hecho con su comisión su compañero Alberto Luceño, que ingresó 5,1 millones de dólares desde una cuenta en Malasia. Con ese dinero, Luceño se pagó unas vacaciones en Marbella, tres relojes Rolex valorados en 42.000 euros y varios vehículos: un Aston Martin DB11, un Ferrari 812 Superfast, un Mercedes AMG, un Mercedes SCL 300, un Range Rover Sport, un KTM X BOW y un BMV I8 Roadster. / DIEGO RODRÍGUEZ VEIGA