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La Casa de Alba tiene un problema. Es cierto que acumula títulos nobiliarios como ninguna otra familia en España, que en las paredes de sus palacios cuelgan Goyas y en sus bibliotecas se encuentran desde primeras ediciones del Quijote hasta testamentos como el de Fernando el Católico. Su patrimonio se cuenta en millones, pero, en realidad, de poco sirve. Porque, por el valor de estas obras para el país, casi nada de lo que atesora la familia se puede vender y resulta que uno no puede ir al Carrefour y convencer a la cajera de que esas naranjas las va a pagar con linaje.
Si a ello se suma que las empresas familiares producen unos beneficios escasos (cuando no entran directamente en pérdidas) o que el duque de Alba, Carlos Fitz-James Stuart, se ha hecho autónomo y ha llegado a cobrar por hacer visitas guiadas en el Palacio de Dueñas… queda patente que los Alba tienen un asunto de liquidez por resolver. Pero también parece que van camino de lo que podría ser una solución, que han dado con su particular mina de oro.
Y es que de la misma forma en que Cristóbal Colón se topó con lo que acabaron llamando el Nuevo Mundo en 1492, al duque le ha pasado algo similar con el metaverso -ese mundo virtual cada vez más presente-. Si no puedo vender mi arte en la vida real, por qué no hacerlo en el ciberespacio, debió de pensar. Pero de esta solución sólo se va a beneficiar él y algunos empresarios afines. El resto de los Alba no va a ver nada porque, según ha descubierto EL ESPAÑOL | Porfolio, el duque ha expulsado a sus hermanos de la Fundación familiar que gestiona el patrimonio.
Todo esto comienza en el fin de una etapa y el principio de una nueva. La muerte de la duquesa Cayetana de Alba en 2014 provocó el estallido de un débil equilibrio familiar. El duque echó a sus hermanos del Palacio de Liria -sede de la Casa- los fue expulsando de las empresas familiares y ahora se sabe que también de la Fundación Casa de Alba. No es algo menor ya que Forbes se atrevió a poner una cifra al patrimonio familiar y concluyó que eran 3.000 millones de euros (el equivalente a 19 Mbappés). Aunque tampoco es tanto si se tiene en cuenta que el linaje de los Alba se remonta hasta, al menos, el siglo XV.
Antes de que falleciera la duquesa, ella presidía la Fundación y el patronato estaba compuesto por el actual duque y sus hermanos Alfonso, Cayetano, Eugenia y Fernando Martínez de Irujo. Sin embargo, tal y como ha podido comprobar esta revista a través del registro del Ministerio de Justicia, Carlos ha expulsado a Cayetano, Eugenia y Fernando; ha relegado a Alfonso y ha incorporado a sus hijos, Fernando y Carlos Fitz-James Stuart y Solís -nacidos de su matrimonio con la aristócrata Matilde Solís-Beaumont y Martínez Campos-, así como a empresarios afines que poco tienen que ver con la familia. Jacobo Siruela, el quinto hermano del duque, siempre ha sido un verso suelto y nunca participó en la Fundación.
Líos fraternales al margen, en cuanto el duque se colocó a la cabeza de la familia optó por una política de búsqueda de liquidez. Abrió los palacios, subastó algunas cosas que pudo, intentó vender otras que no podía, se hizo autónomo… y ahora da un curioso salto al metaverso: hace un par de meses presentó un NFT de una carta autógrafa de Cristóbal Colón en el Foro Económico Mundial de Davos, en Suiza.
El NFT, que se ha activado en el metaverso justamente este jueves, es básicamente una copia digital de la carta de Colón original pero que sólo se puede apreciar en el espacio virtual a través de, por ejemplo, gafas de realidad virtual, como si de un videojuego se tratase, como una especie de Matrix. Pero no es nimio en absoluto, aunque no se pueda tocar, sigue valiendo un dineral: el NFT de la Casa de Alba ha sido tasado en nada menos que 15 millones de euros.
"En la Casa de Alba han sido unos auténticos visionarios", dice Carlos Moreira, fundador de la empresa de seguridad digital afincada en Suiza WISeKey y creador del NFT de la carta de Colón. Habla en conversación telefónica con EL ESPAÑOL | Porfolio desde Londres y lo hace apurado, en un hueco que rasca antes de presentar ese proyecto y otros similares ante unos inversores. Que este nuevo mundo aún por descubrir del todo mueve mucho dinero queda patente desde el minuto uno.
"Fuimos nosotros los que les planteamos la idea", asegura Moreira. ¿Por qué? "Les dijimos que tenían muchísimo patrimonio. Tienen estatuas, arte, cuadros de Goya… y les explicamos la posibilidad de revalorizar todo ese patrimonio en el metaverso", añade. Y el duque de Alba dijo, por supuesto, que sí. Por fin vislumbraba la luz una solución a todo aquello que tienen y que es tan difícil de rentabilizar. Además, no se van a quedar ahí, reconocen fuentes cercanas a la Casa de Alba. El objetivo es hacer otros NFT con colecciones e incluso clonar todo el Palacio de Liria en el metaverso.
Antes de seguir… ¿Qué es realmente un NFT?
Es una cuestión a veces compleja de entender y, más aún, de explicar. Todo esto parte de la idea de que, de aquí a algún tiempo, todos habitaremos también el metaverso, una realidad paralela a la actual, digital, y a la que se accede a través de herramientas como las gafas de realidad virtual. Es como si fuera un videojuego, pero interactuando con otras personas que son de verdad, usando dinero de verdad, con arte de verdad, etcétera.
Y es ahí, en el arte, donde entran en juego los NFT. Imagínese, querido lector, que usted va al clon del museo del Louvre en el metaverso. Ahí verá copias digitales de la Victoria alada de Samotracia o de cualquiera de los cuadros de Vermeer. Pero serán eso, copias digitales de esas obras que cualquiera con un ordenador y un poco de conocimientos de diseño gráfico podrá replicar. El NFT es el certificado de que esa obra es la original y no una copia.
Al poseer el NFT de la Mona Lisa, el Louvre está demostrando que su cuadro es el original en el metaverso y que tiene su uso restringido. De la misma forma que en la vida real alguien puede hacer una imitación de un cuadro pero que eso no significa que sea el original, en el metaverso se puede hacer lo mismo pero sólo el que posea el NFT disruta del auténtico. ¿Y se puede ver sin las gafas de realidad virtual? Pues no tiene sentido, pero en el caso de la carta de Colón, se ha hecho un vídeo del artista hispano-venezolano Pedro José Sandoval que se podría reproducir en una pantalla de televisión como representación del hecho de tener el NFT.
Rumbo a Oriente Próximo
Esta historia que ahora desemboca en un NFT, en realidad, arrancó el 10 de octubre de 2013. La Casa de Alba y su Fundación, el organismo bajo el que está gran parte de su patrimonio, llevaban un tiempo con problemas de liquidez y habían puesto en marcha distintas estrategias de financiación externa ya que "los recursos a corto plazo son insuficientes", según reconocían desde la Fundación. Fue entonces cuando, ese día, el secretario del organismo, Emilio Ramírez Martos, solicitó a la Dirección General de Bellas Artes la licencia de exportación de una carta de Colón.
La misiva, firmada en Sevilla en 1498 y remitida por el descubridor a su hijo Diego, es una de las 21 que tiene la Fundación -en el mundo sólo hay 40 y las suyas son las más importantes-. El objetivo de los Alba era subastarla en la famosa casa londinense de Christie's y así acceder a la liquidez que necesitaban para mantener y cuidar el resto de su patrimonio. No en vano, la multinacional de subastas la había tasado en 21 millones de euros y al tratarse de un objeto más personal que histórico, sus propietarios esperaban que no hubiera ningún problema en venderla.
Sin embargo, todo se les estropeó por el camino. La Junta de Calificación, Valoración y Exportación de Bienes del Patrimonio Histórico se reunió en noviembre de 2013 y propuso denegar la solicitud de la Fundación Casa de Alba, una posición que fue secundada por el Archivo General de Indias, y se pidió que la Comunidad de Madrid la declarara Bien de Interés Cultural para protegerla aún más. Eso dio lugar a una batalla en los tribunales que se prolongó hasta 2015 y con las peores conclusiones para los Alba: la carta debía quedarse en España.
Ahora las posibilidades del metaverso han abierto una puerta que sirve para sortear esos obstáculos recurrentes, si no es que se han convertido directamente en una mina de oro. El NFT creado por WISeKey es una copia digital de una carta de Colón. No de la que envía a su hijo Diego, sino de una más importante: en la que el almirante notifica a Isabel la Católica que había hecho el descubrimiento de lo que aún no sabía que era, América. Este documento está valorado en 100 millones de euros por Christie's, según asegura Moreira, y como los NFT suelen valer entre el 10 y 20% del original, la nueva carta ha sido tasada en 15 millones de euros. Así, pasa a haber una original y una réplica única en el mundo digital.
"Como ellos no tienen intención de vender el original, me puse en contacto con la Casa para ofrecerles la posibilidad de hacer un NFT, un gemelo del original pero en el metaverso", explica Moreira. "Este tipo de acciones permite revalorizar el patrimonio cultural que existe en casas monárquicas de este tipo. También con otros actores. Por ejemplo, estamos haciendo proyectos así con el Museo del Vaticano", añade.
Esta revista se ha puesto en contacto con Emilio Ramírez Martos, secretario de la Fundación Casa de Alba y su visión difiere en algunos aspectos a la de Moreira: asegura que la idea de hacer un NFT fue de Carlos, el duque. "Hace dos años nos dijo que por qué no investigábamos eso y nos pusimos a ello", cuenta. "Elegimos la carta de Cristóbal Colón porque es el descubridor por naturaleza y con él estamos entrando en un nuevo mundo. Y ya hay museos que tienen interés", asegura. ¿Museos como los que se están abriendo en Oriente Próximo? "Sí son museos nuevos y muy innovadores, aunque no hay nada cerrado de momento. Nos hemos centrado en crearlo y activarlo", añade.
Esto último que dice es clave. En Oriente Próximo los países que han construido sus PIB millonarios sobre el petróleo están viviendo una auténtica explosión en materia de turismo, infraestructuras, etcétera. En ese sentido, tienen grandes museos pero nada con lo que llenarlos realmente ya que carecen de una Historia tan nutrida como pueden ser la europea o asiática -gran parte de su petróleo se descubrió durante el siglo XX y las culturas previas eran básicamente rurales-.
Ahí, los NFT van a servir para llenar de obras (al menos de su clonado digital) esos museos que no pueden aspirar a tener una verdadera Mona Lisa, ni un auténtico Picasso, ni un Coliseo de Roma… Oriente Próximo lo demanda y en Occidente hay mucha gente dispuesta a dárselo. Entre ellos, la Casa de Alba.
¿Y cuánto vale todo?
El secretario de la Fundación Casa de Alba reconoce que el salto al metaverso no se va a quedar sólo en las Cartas de Colón. A fin de cuentas, el patrimonio de la familia es cuantioso e incalculable y, si todo ello funciona, van a poder saltarse las trabas que a veces pone el Gobierno con las obras de arte y documentos históricos afincados en suelo patrio. "Vamos a ver cómo funcionan las cartas, de momento. Pero la idea es seguir en esa dirección y, por qué no, incluso algún día se podrá visitar todo el Palacio de Liria en el metaverso. Aunque aún no sabemos cuál será el resultado de esto", comenta Ramírez Martos.
Asegura, eso sí, que la liquidez "no es el motivo fundamental". "A día de hoy, la Fundación tiene una actividad vertiginosa porque el duque cambió radicalmente la política anterior. El abrir los palacios ha sido brutal porque ha activado todo el patrimonio y ha provocado que la Fundación esté equilibrada", comenta.
Sin embargo, el hacer la presentación del NFT en el Foro Económico Mundial de Davos y no en alguna de las distintas ferias del libro ni en ningún museo, ni en la Biblioteca Nacional no deja de ser una declaración de intenciones. Además, en la presentación no participó el duque. Evidentemente, el valor artístico o documental es notable, pero esa dirección apunta a que el económico también es relevante. Se estaba poniendo en el mercado. Y con esa puerta abierta, puede acabar entrando un negocio muy rentable.
Además de la carta en la que Colón comunica a Isabel la Católica su descubrimiento, la Fundación Casa de Alba tiene en su haber innumerables joyas históricas y artísticas. Tienen el último testamento de Fernando el Católico, el primer dibujo que el descubridor hizo de La Española, varios cuadros de Goya, una primera edición del Quijote de 1605, la famosa Biblia de Alba del siglo XV que es uno de los mejores ejemplos de arte sefardí, cuadros de Rubens, de Tiziano, de El Greco, la capitulación del matrimonio de Juan I de Castilla con Felipe el Hermoso y un larguísimo etcétera que es la envidia de cualquier museo.
Aunque se sabe que la Casa va a sacar más partido al NFT y que estos archivos digitales valen en torno al 10 o 20% del valor original, lo cierto es que es imposible saber a qué cifra de dinero se podrían estar asomando. Esto es porque, curiosamente, la Casa de Alba tiene una tradición de tasar su propio arte a la baja. ¿Por qué iban a hacer algo así? Da la casualidad de que, cuanto menos patrimonio menos impuestos se pagan por él.
EL ESPAÑOL | Porfolio ha tenido acceso a un documento interno de la Fundación Casa de Alba en el que se tasa parte del patrimonio que tiene. Fechado el 26 de septiembre de 2005, en él se asegura que los "Autógrafos de Colón" tienen un valor de 25 millones de euros. Esas son las 21 cartas en su posesión. Si se tiene en cuenta que el NFT de una de ellas vale ya 15 millones y que la carta original vale 100, resulta extraña la cifra otorgada en 2005. Lo mismo pasa con la carta que intentaron vender en 2013 y que el Gobierno impidió: Christie's la tasó en 21 millones de euros, el 84% del valor que le daban ellos a todos los manuscritos juntos.
Esta revista se ha puesto en contacto con un experto que, sin embargo, cree que los precios se han inflado al salir a la venta y no que se han tasado a la baja. "La cifra de 21 millones de euros por una carta de Colón a su hijo es totalmente sobredimensionada", asegura Roi Velasco Calzas, tasador de antigüedades de La Retrografía. "Para comparar, se puede ver que Bill Gates pagó 23,5 millones de euros por un manuscrito de Leonardo da Vinci que incluía más de 300 dibujos y borradores o que una copia de 1297 de la Magna Carta otorgada por Juan I de Inglaterra se vendió en 2007 por 21 millones de euros", añade.
Ante estos vaivenes de millones, lo que queda claro es que es prácticamente imposible saber la valoración real del patrimonio de los Alba y, sobre todo, cuánto pueden sacar de dar el salto definitivo a las NFT con todo ello. "Es muy difícil dar un valor exacto a joyas como estas, pues todo depende de lo que alguien quiera pagar en subasta, el momento elegido, la historia de sus dueños, de la comunicación alrededor de ello…", reconoce Velasco Calzas.
Las tres joyas de la corona
Entre todas las joyas documentales que la Fundación tiene en su haber, hay tres que sin duda destacan sobre las demás. Se trata de las cartas manuscritas de Colón (tasadas por ellos mismos en 25 millones de euros), la Biblia de la Casa de Alba (10 millones de euros) y la primera edición del Quijote (1 millón de euros). Esta revista analiza con el experto Roi Velasco Calzas si la tasación se ajusta a la realidad.
-La Biblia de la Casa de Alba: Se trata de la Biblia de Arragel, una traducción a lengua romance de la Biblia hebrea del siglo XV. "Me parece sin duda el más interesante de los tres elementos. Creo que su precio se podría situar en una horquilla entre los 10 millones de euros y los 12,5 millones de euros en la actualidad. El Libro de Horas de 1505, que batió récord, se vendió por 12.187.999 euros recientemente en Christie's".
-Primera edición del Quijote: "Existen en España 18 ejemplares de esta primera edición, la Príncipe. La particularidad es que contenía numerosas erratas al verse acelerada su impresión. En 2010 una experta valoró la primera edición de la obra de Cervantes en 200.000 euros. Sin embargo, es importante tener en cuenta que en este mundo supone un valor añadido la propia historia del objeto. Así, un primer ejemplar que haya pertenecido a la Casa de Alba tiene más valor que uno que haya permanecido en una familia sin trascendencia. Podría tasarse entre 500.000€ y un millón".
-Autógrafos de Colón: Para Velasco Calzas la tasación de la Casa de Alba es correcta y los precios con los que ha salido a subasta parte de esta colección de 21 cartas son sobredimensionados. Además de los ejemplos que pone en este reportaje, apunta más: "Se han vendido documentos variados de Winston Churchill, en Londres, por poco más de 700.000 euros. El testamento de Napoleón salió a la venta entre 80.000 y 120.000 euros; su contrato matrimonial con Josefina alcanzó los 470.000 euros. En este contexto, es más que justificable considerar desorbitada la cantidad de 21 millones por una sola carta, teniendo en cuenta también el valor de la misiva, que no deja de ser una comunicación entre un padre y un hijo. Me parece más razonable la valoración que hace la Casa que la salida a subasta".
Fuera de la Fundación
Si este nuevo mundo cuaja, si el metaverso se convierte finalmente en una mina de oro, podría servir para aliviar los problemas de liquidez que lleva años arrastrando la Fundación Casa de Alba. Sin embargo, el gran beneficiado va a ser el duque, Carlos Fitz-James Stuart y Martínez de Irujo, que figura como presidente de la misma, pero en nada va a ayudar a sus hermanos ya que, según ha podido descubrir EL ESPAÑOL | Porfolio, ha expulsado a la mayoría.
En 2013, antes de la muerte de Cayetana de Alba, ella ostentaba la presidencia del patronato de la Fundación. A su lado figuraban el actual duque y su hermano Alfonso Martínez de Irujo, ambos como vicepresidentes. Como vocales estaban los hermanos Cayetano Martínez de Irujo, Eugenia Martínez de Irujo y Fernando Martínez de Irujo. El abogado Emilio Martínez Matos aparecía, y sigue apareciendo en la actualidad, como secretario.
Sin embargo, en el Registro de Fundaciones del Ministerio de Justicia se puede observar que el organigrama de la Fundación ha cambiado radicalmente después de la remodelación tras la muerte de la duquesa. Alfonso ha pasado a ser mero vocal y el vicepresidente ahora es Fernando Fitz-James, hijo del duque y heredero del título nobiliario. Cayetano, Eugenia y Fernando, con quienes no se lleva bien, ya no están y han sido sustituidos por el hijo menor del duque, Carlos, y el doctor en Filosofía Javier del Arco y Carabias. Ha entrado también como apoderado Isaac Pescador Sesmero, un empresario vinculado a los negocios personales del duque. El que no estaba ni antes ni después de la remodelación ha sido el hermano Jacobo.
Con este movimiento, el duque de Alba sigue una tendencia iniciada hace unos años cuando expulsó a su familia del Palacio de Liria y luego de sus empresas familiares. En 2020, JALEOS de EL ESPAÑOL confirmó que Cayetano había sido expulsado de Alba Fine Food, la empresa familiar de alimentación, y de Ducado de Alba SL. Cayetano y, en este caso también Alfonso, han sido desplazados asimismo de Euroexplotaciones Agrarias SA, la principal compañía familiar. El primero fue cesado en 2016 y el segundo en 2019.
Estas compañías eran todas propiedad de su madre, Cayetana, que habría luchado por la unidad familiar, pero tras su fallecimiento el actual duque se ha convertido en accionista mayoritario y ha seguido una tónica similar a la que ha aplicado en la Fundación, expulsando a los hermanos y metiendo a sus hijos y a personajes desconocidos como Pescador Sesmero.
A pesar de las remodelaciones, lo cierto es que las compañías siguen sin levantar cabeza, según se puede ver en el Registro Mercantil: Euroexplotaciones Agrarias SA cerró 2020 con unos beneficios de 821.936, euros, una cifra muy alejada de los 4,6 millones de euros que ganó en 2018; Alba Fine Food SL acabó el mismo año perdiendo 232.721 euros y Castrofresno SL, otra de las compañías, registró un resultado de -133.478, según el depósito de 2019, el último disponible.
La delicada situación económica ha llevado al propio duque a hacerse autónomo, según ha podido comprobar Porfolio. Lo es desde 2016 y llama la atención un contrato público otorgado a su nombre por parte de la Gerencia de la Sociedad Provincial de Informática de Sevilla que, en 2019, adjudicó a su nombre una factura de 1.125,3 euros. El concepto registrado es pagarle unos billetes Madrid-Sevilla, en AVE, ida y vuelta, para realizar una visita guiada al Palacio de Dueñas a las "diputaciones andaluzas".
Con estos datos encima de la mesa, queda más que claro que el Ducado de Alba necesita liquidez y que la relación del duque con sus hermanos no está atravesando su mejor momento. En el plano económico, el metaverso y sus posibilidades será una de las grandes apuestas en los años venideros, a ver si da los resultados previstos. Pero el conciliarse con sus hermanos ya es otra cuestión. Eso, parece, no va a suceder ni en la realidad ni en los mundos virtuales paralelos que se quieran crear.