La idea de 'oro' de Naia y Sandra: su sándwich coreano triunfa en Madrid por 8,50 euros
Estas dos jóvenes vascas viajaron a Corea del Sur en 2021 y volvieron con una idea clara de negocio: "Se inventó en 2017 y allí lo venden mucho".
21 enero, 2023 02:34En los alrededores de la Gran Vía madrileña todo suele ser una sorpresa, como el pequeño viaje a Seúl que hacemos al entrar en Revuelto. Allí nos encontramos con Naia y Sandra, dos jóvenes de 22 años que descubrieron esta idea de negocio durante un viaje a Corea del Sur en 2021, y que hace apenas un mes decidieron traer al centro de Madrid.
El ‘revuelto’ en sí es una adaptación de la típica tostada callejera que se come en el país asiático, un bocado que encantó a estas jóvenes vascas. “No es que sea un plato de la tradición coreana, se inventó en 2017, pero allí hay un montón de cadenas que lo venden”.
El manjar lo elabora la propia Naia en la pequeña cocina del local de Chueca: con una base de pan brioche tostado y el famoso ‘revuelto’ de huevo, ponen a nuestra disposición cinco opciones diferentes para acompañar. “Hemos mezclado un poco lo que más se consume en Corea con otros sabores más adaptados a lo que se lleva y gusta aquí”.
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Aguacate, Bacon Cheese, Pulled pork/Heura, Queso-Queso o Trufa. Este último, junto con el Bacon Cheese son los más demandados por el público. El primero, con champiñones laminados, queso parmesano, salsa de trufa y mahonesa dulce, impresiona al público al instante, tal y como comprobamos desde EL ESPAÑOL al visitar el local.
El segundo, mucho más adaptado a los sabores tradicionales: queso, bacon, alli oli picante y la mahonesa dulce. Otro manjar.
Y no lo decimos nosotros, lo certifican las últimas colas que han tenido en la calle las últimas semanas. Naia y Sandra confiesan a este diario estar sorprendidas y también muy agradecidas, ya que solo llevan con el negocio abierto un mes y los últimos días han sido una locura.
El barrio las ha acogido en el sentido más literal: “Viene gente a probar la comida y nos da consejos sobre la cocina o sobre cómo aparecer en Google maps. La verdad es que son todos súper majos”. Por 9,90€ ofrecen un menú de revuelto a elegir, patatas fritas o boniato frito y la bebida. Si lo ves demasiado, siempre puedes optar por tan solo el revuelto, que va desde los 6,90€ a los 8,50€.
Crónica de un éxito anunciado
Las dos jóvenes se conocieron cuando cursaban sus estudios de emprendimiento y, desde entonces hasta ahora, habían tenido dos bares de piscina en diferentes pueblos de Euskadi. “Nada que ver con lo que tenemos ahora en Revuelto”, recuerdan entre risas.
Aun así, esa experiencia les sirvió para conocer más de cerca el negocio de la hostelería. En sus casas no había tradición o pasión por la gastronomía, aunque a ellas les encantaba: “Nos ha gustado siempre estar en el barro, echarle horas, aunque no es nada fácil, bastante duro”.
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Cuando volvieron de su viaje, la idea de abrir un local en la capital, donde hicieron sus prácticas, iba cobrando más fuerza. “Queríamos salir del País Vasco, cambiar de aires, cada una trabajaba en un lado y empezamos a buscar espacios sin estar del todo metidas en ello”.
El horario de oficina tampoco era lo suyo y querían lanzarse. En un primer momento, pensaron en el negocio de las ensaladas personalizables, pero rápidamente pasaron a los sándwiches coreanos. “Vimos que en Madrid ya habían muchos sitios así, que no lo sabíamos tampoco. Llevábamos tiempo buscando locales para lo que sea que hiciéramos, y siempre decíamos que lo siguiente tenía que ser lo de Corea”.
Un largo estudio de mercado, un bussines plan, y muchas cafeterías y espacios visitados después, nació Revuelto tal y como lo conocemos hoy. “Nos pareció un producto más innovador que las ensaladas y finalmente ha tenido mucho más interés, hemos querido adaptarlo a los jóvenes de Madrid”.
El triunfo en las redes
El local de la calle víctor Hugo es pequeño, algo que va en consonancia con el objetivo del plan: coger el revuelto para comérselo por la calle, “como si fuera un helado”, nos explican. Solo hay un problema: que no lograrás no mancharte al devorarlo.
En Revuelto encontramos un gran escalón donde sentarse, junto a una pequeña barra con dos taburetes. Pronto instalaran otra, pero lo que más reciben son pedidos take away, sobre todo en las últimas semanas. “Hay mucha gente del barrio que viene porque vive aquí, los trabajadores de las oficinas repiten mucho, pero lo de las redes es un plus”.
Y es que estas han sido claves para este pico de trabajo: el boca a boca de la gente y los vídeos que los clientes suben a tik tok les han dado un sorprendente empujón. Durante la conversación de EL ESPAÑOL con ellas, acuden varias personas con este argumento: “Os hemos visto en tik tok y venimos a probarlo”. Cumplen las expectativas: “Increíble, sobre todo el de trufa”, nos dicen al irse.
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Naia y Sandra lo reciben con gusto, aunque ha sido un mes de locura. “Ha sido más difícil de lo que creíamos, pero luego estamos conociendo a muchísima gente y súper agradecidos todos”.
Trabajan de martes a domingo en horario partido y solo están ellas dos en el local, así que después de vivir las colas en la puerta, están buscando personal extra. “No queremos que se pierda el ambiente de barrio, queremos que la gente sienta que les estamos explicando bien el producto, que no es una franquicia. Te puede dar la impresión de que somos más grandes si ves las colas, pero en realidad somos dos personas muy pequeñitas que han abierto una cosa muy pequeñita”.
Ser amigo de la competencia
No solo ha sido el barrio o los clientes nuevos que se sorprenden al verlas en redes también la competencia les ha ayudado y aconsejado. “Nos encantaría tener tiempo para poder visitar a todos en nuestro día libre, pero desde que abrimos no hemos podido”. El futuro más próximo pasa por ir variando la carta, que hasta ahora se basa en un prueba y error que les está funcionando. “Vamos a incluir revuelto del mes, por ejemplo”, nos adelantan.
Saben que, aunque sea amiga, la competencia es variable: las aperturas en Madrid de comida take away se suceden con éxito, además de su inclusión en los supermercados: “Es otro tipo de competencia y es totalmente necesaria también, entendemos que la gente no puede comer todos los días fuera, por eso nosotras queremos fidelizar, conseguir crear una marca propia”. Y por ahora, no les va nada mal.