Rocío Monasterio, ahora exportavoz de Vox en la Asamblea de Madrid, durante una de sus intervenciones.

Rocío Monasterio, ahora exportavoz de Vox en la Asamblea de Madrid, durante una de sus intervenciones. EFE

Reportajes cierre de ciclo en vox madrid

La caída de Rocío Monasterio en 5 actos: de su derrota en Madrid a su distanciamiento en política exterior

10 octubre, 2024 01:54
Julio César Ruiz Aguilar I. P. Nova

La destitución de Rocío Monasterio como presidenta provincial de Vox en Madrid marca el desenlace de una serie de movimientos internos que llevaban gestándose desde hace más de un año. 

El anuncio, realizado por el propio partido en un comunicado oficial, coloca a José Antonio Fúster, actual portavoz nacional, al frente de la dirección madrileña, mientras que Monasterio se centrará exclusivamente en su rol como portavoz del grupo parlamentario en la Asamblea de Madrid. Este cambio, aunque sorpresivo en su forma, era ciertamente previsible.

El punto de inflexión que marcó el inicio de su ocaso político fue la mayoría absoluta conseguida por Isabel Díaz Ayuso en las elecciones autonómicas de mayo de 2023. Ese resultado electoral dejó a Vox con una representación más reducida, pasando de 13 a 10 diputados en la Asamblea de Madrid. Aunque no se trataba de un desplome total, sí era una clara señal de la pérdida de apoyo popular hacia el partido en la región.

Rocío Monasterio, exportavoz de Vox en la Asamblea de Madrid, atiende a los medios de comunicación, en noviembre de 2023.

Rocío Monasterio, exportavoz de Vox en la Asamblea de Madrid, atiende a los medios de comunicación, en noviembre de 2023. Alejandro Martínez Vélez Europa Press

A partir de entonces, la relevancia política de Vox en Madrid quedó minimizada, y la figura de Monasterio empezó a diluirse. El Partido Popular ya no necesitaba negociar con ella ni con su grupo parlamentario, lo que les relegaba a un rol meramente testimonial. En sus intervenciones, cuando las preguntas parlamentarias le tocaban a Monasterio, la presidenta ni contestaba a sus argumentos. El vacío era total. 

El segundo gran golpe vino en agosto de 2023, cuando su esposo y aliado más cercano, Iván Espinosa de los Monteros, decidió apartarse de la política. Espinosa de los Monteros, uno de los líderes más prominentes del ala liberal de Vox, era una pieza clave en el equilibrio de poder dentro del partido.

Su decisión de abandonar su cargo de portavoz en el Congreso fue vista como una señal clara de que el partido estaba virando hacia una postura más conservadora, dejando atrás las corrientes más moderadas que representaban tanto él como Monasterio. Esta salida dejó a Rocío Monasterio sin un apoyo fundamental dentro de la estructura de Vox y marcó el comienzo de su aislamiento progresivo.

Pero ella se mantenía firme y con un gran aliado: José Luis Bartolomé. El ala más conservadora del partido había metido 'mano' en sus listas para las elecciones del 28-M, pero había dejado a Bartolomé, mucho más liberal. En los pasillos de la Asamblea de Madrid se podía ver a Monasterio, arropada por unos y alejada de los otros. Ella bromeaba con el "tiempo libre" que le quedaba a su marido, Espinosa de los Monteros, para poder "salir a bailar". Pero la estocada estaba por llegar. 

Excluida del Comité Ejecutivo

Sin embargo, la pérdida de peso político no fue el único golpe para Monasterio. A nivel interno, la situación también se fue deteriorando progresivamente.

El tercer golpe fue su exclusión del Comité Ejecutivo Nacional de Vox, anunciado en la Asamblea General del partido en enero de 2024. A pesar de que la dirección nacional intentó justificar su ausencia con una supuesta incompatibilidad estatutaria, fuentes internas rápidamente desmintieron esa versión, y el hecho de que otros presidentes provinciales sí formaran parte del nuevo órgano directivo de Vox dejó claro que Monasterio ya no contaba en los planes de Abascal.

Además, desde Bambú también se alegaban "motivos personales y familiares" de Monasterio. Algo que no sentó nada bien a la todavía líder de Vox en Madrid

El proceso de marginación de Monasterio, no obstante, no fue repentino. Ya en enero de 2023, un intento de apartarla de la dirección provincial estuvo a punto de tener éxito, cuando varios de sus colaboradores más cercanos fueron desplazados por personas afines a la dirección nacional, lo que generó una profunda desconfianza dentro de su equipo. Según fuentes cercanas a Monasterio, "parte del equipo provincial la estuvo traicionando en varios momentos". Estas tensiones internas, unidas a las continuas intromisiones de "Bambú" —la sede central de Vox— sobre su liderazgo, hicieron que su situación fuera cada vez más insostenible.

La renuncia de José Luis Ruiz Bartolomé, uno de sus colaboradores más cercanos, en enero de 2024, supuso otro golpe devastador para Monasterio. Bartolomé, quien había ocupado un papel destacado dentro del grupo parlamentario de Vox en la Asamblea de Madrid y cuyo nombre figuraba como número dos en la lista electoral del partido, decidió regresar al sector privado tras cuatro años y medio en política. Su marcha dejó a Monasterio sin uno de sus principales apoyos dentro del partido, lo que incrementó su aislamiento en un momento en el que ya tenía pocos aliados dentro de la formación.

Primer plano de Santiago Abascal junto a Rocío Monasterio.

Primer plano de Santiago Abascal junto a Rocío Monasterio. EFE

Distanciamiento con Abascal

Mientras tanto, la dirección nacional de Vox seguía adelante con su estrategia de consolidar un liderazgo más conservador y menos liberal. La salida de Espinosa de los Monteros y el alejamiento progresivo de Monasterio coincidieron con el ascenso de figuras más cercanas a Abascal, que venían ganando terreno desde hacía tiempo. En Madrid esa persona tenía nombres y apellidos y cada vez tenía más relevancia en la Asamblea de Madrid: José Antonio Fuster.

Este movimiento no fue sólo una cuestión de personalidades, sino también de una redefinición ideológica dentro del partido. Vox, bajo la dirección de Abascal, ha apostado por una postura más radical en temas sociales y culturales, lo que ha ido dejando a un lado a aquellos miembros que, como Monasterio, eran vistos como más moderados o con una "dosis más social y menos liberal", según describían algunos observadores políticos.

A lo largo de 2023, la relación entre Rocío Monasterio y Santiago Abascal se fue deteriorando gradualmente.

Si bien durante años habían trabajado codo con codo en la expansión de Vox, las tensiones internas y los resultados electorales de mayo de 2023 terminaron por distanciarlos. Abascal centró sus esfuerzos en otras regiones, dejando a Monasterio cada vez más aislada. Un claro indicio de este enfriamiento fue la ausencia de Abascal en el acto de la noche electoral de mayo de 2023 junto a Monasterio, un gesto que fue interpretado como una señal de que la líder madrileña ya no era una figura central en los planes del líder nacional de Vox.

Desde Vox Madrid denunciaban el "abandono" que habían sufrido durante esa campaña electoral. Ortega Smith y Monasterio habían tenido que capear el temporal prácticamente solos y los resultados no habían sido buenos, pero sus más allegados aseguraban que la dirección nacional "tampoco había ayudad".

Santiago Abascal y Marine Le Pen se saludan en el acto de Vox este mes de mayo en Madrid.

Santiago Abascal y Marine Le Pen se saludan en el acto de Vox este mes de mayo en Madrid. A. Pérez Meca (EP)

De Meloni a Le Pen

El último capítulo de su distanciamiento llegó en el ámbito internacional. Vox decidió abandonar el grupo de los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR), en el que compartían espacio con partidos como Hermanos de Italia de Giorgia Meloni, para unirse al nuevo grupo "Patriotas por Europa", liderado por Viktor Orbán y Marine Le Pen​.

Este cambio hacia un nacionalismo más radical no fue del agrado de Monasterio, quien mantenía una relación cercana con Meloni y no compartía la visión más extrema y euroescéptica de Le Pen y Orbán. "Ella necesitaba un tiempo para reflexionar en política exterior cuando sucedió", sostienen fuentes del partido. Ese giro de Vox hacia una postura más agresiva en política exterior fue el último paso en el proceso de desconexión de Monasterio con la dirección del partido. 

Pero hay más. Iván Espinosa de los Monteros tuvo un acalorado cruce de acusaciones este mismo martes con el eurodiputado Hermann Tertsch por la votación de la ley que beneficia la puesta en libertad de presos de ETA. Tersch, cercano a Fuster y al ala más dura del partido, reprochó los errores de Vox durante su gestión en el Congreso de los Diputados en 2021. 

La ahora salida de Monasterio de la presidencia provincial cierra un ciclo dentro de Vox Madrid, uno que estuvo marcado por su liderazgo en los primeros años de la formación, cuando logró establecer al partido en todos los municipios de la región y convertirse en una figura clave en la política madrileña.