Lambán, en la redacción de EL ESPAÑOL DE ARAGÓN.

Lambán, en la redacción de EL ESPAÑOL DE ARAGÓN. E. E.

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"Si hubiera otra pandemia, la ley para combatirla sería la misma que en 2020": la advertencia de Lambán sobre la covid-19

El expresidente aragonés cree que la norma necesita una reforma "estructural" y critica que haya quedado en el olvido pese a las carencias detectadas.

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La lucha contra la pandemia hizo famosa la frase 'De esta saldremos más fuertes'. Fue un eslogan que utilizó incluso el Gobierno de Pedro Sánchez pero, pasados cinco años del estado de alarma, ¿realmente ha sido así? El expresidente de Aragón Javier Lambán, la exconsejera de Sanidad Sira Repollés y el ex director general de Salud Pública Francisco Javier Falo analizan en qué punto se encuentran España y Aragón de cara a una futura pandemia.

Lambán no entiende que solo cinco años después haya quedado en el olvido la reforma de la ley sanitaria, que data del año 1986. "Es algo estructural y merecedor de todas las reflexiones importantes que necesita este país. Se trata de una ley que está hecha cuando las comunidades aún no tenían las competencias en sanidad. Durante la pandemia, todos vimos que había que cambiarla. A nosotros, sin ir más lejos, nos causó muchos problemas, porque no daba instrumentos suficientes para tomar decisiones. Tomamos medidas que nuestro Tribunal Superior de Justicia tumbaba y el de Navarra aprobaba. Aquello generó mucha incertidumbre, mucho cabreo y mucho quebranto", recuerda.

Pese a todo, la reforma quedó "en un cajón". "Tras la covid-19 tenemos un bagaje que no sería desaprovechado en una futura pandemia, pero el instrumento legal para combatirla sería exactamente el mismo que en 2020, y eso me parece que no habla nada bien de nosotros como país", critica.

¿Salimos mejores de la pandemia? Esto opina Javier Lambán.

Esto le lleva a la siguiente reflexión: "Con situaciones como esta, a veces salimos más fuertes y mejores y otras veces salimos maltrechos y debilitados, sobre todo porque no aprendemos de los errores y no hacemos nada por reconducirlos".

La crisis sanitaria supuso, de alguna forma, "la llegada de las comunidades autónomas a la mayoría de edad política e institucional". "En junio del 2020, el Gobierno de España, en un alarde de optimismo desmesurado, pasó las competencias íntegras a las comunidades. Lejos de la realidad que esperaba hubo muchas olas. En Aragón se produjo un desarrollo ininterrumpido de olas y de sufrimiento por la pandemia, y las regiones supimos estar a la altura de las circunstancias", destaca.

Francisco Falo, Sira Repollés y Javier Lambán, con el director de El Español de Aragón, Jorge Lisbona.

Francisco Falo, Sira Repollés y Javier Lambán, con el director de El Español de Aragón, Jorge Lisbona. E. E.

Fue, sin duda, "el momento más complicado de toda la democracia española desde el punto de vista de los servicios públicos". "Y quien se hizo cargo de lo fundamental de la pandemia fueron las comunidades. Creo que no se ha dicho nunca con suficiente énfasis y que hay que hacerlo. Cada vez que se piense en que hay que reformar la sanidad, en que hay que hacer reformas importantes, nadie mejor que las comunidades para hacer planteamientos. De hecho, la pandemia sirvió para que las regiones nos conociéramos, nos tratáramos y los presidentes y los consejeros estableciéramos diagnósticos comunes. Sobre esa base se podrían hacer muchas cosas si la política no interfiriera cada vez que se intenta y no echara todo al garete", opina.

Desde aquel 14 de marzo, las cosas han cambiado y mucho. Tanto que surge una pregunta evidente: ¿Podrían tomarse hoy las mismas medidas dada la tensión política existente entre los grandes partidos?

Entonces, recuerda Lambán, sí hubo un cierto clima de entendimiento. "El PP no siempre estuvo, en mi opinión, donde tenía que estar, aunque casi siempre sí. Nosotros pecamos de lo contrario de lo que se acusa a otras instituciones: no dejamos de informar, reunir a los portavoces e ir a las Cortes. Hubo un esfuerzo muy importante por decir siempre la verdad. Ahora no sé cómo reaccionaríamos, pero en aquel momento fuimos capaces, por ejemplo, de firmar todas las fuerzas políticas salvo Vox una estrategia para la recuperación de la covid-19 con medidas sanitarias, económicas y sociales", expone.

El reconocimiento es extensivo a los alcaldes. "Estuvieron a la altura. Con el coronavirus se consiguió crear una relación interinstitucional entre los ayuntamientos, las fuerzas del orden público y el Gobierno autonómico. Hubo un esfuerzo por ir todos a una, un esfuerzo de gestión e incluso legislativo con los jueces, a pesar de que ahí tuvimos un enfrentamiento duro. El objetivo era salir, si no fortalecidos, de la mejor forma posible de esta situación", señala.

¿Salimos al menos más preparados? Falo cree que "en algunas cuestiones sí". "Estoy convencido de que muchos profesionales, entre los que me incluyo, volverían a estar si se diese el caso. Forma parte de la condición humana. Ahora bien, creo que como sociedad estamos probablemente más rotos. Cada vez es más difícil distinguir la verdad de lo que no lo es y eso es un problema muy serio. No sé si sabemos gestionar la incertidumbre", razona.

Esa falta de certezas formó parte también de la gestión del día a día. "A veces, cuando estábamos en rueda de prensa y nos preguntaban qué iba a pasar te daban ganas de decir 'no lo sé'. Quizá es algo que deberíamos mirar desde un punto de vista de la comunicación", añade.

"Aragonesistas al máximo"

Lambán cree que su Gobierno fue "aragonesista al máximo" en la lucha contra la covid-19. "Fuimos respetuosos a la verdad, inteligentes, tenaces y serios. Y eso para mí es sinónimo de ser aragonés. Estoy orgullosísimo de haber sido presidente del Gobierno por la gente buena con la que trabajé. Y no es un falso halago", resalta.

La sensación es recíproca en el caso de la exconsejera y el ex director general. "Se agradece eso de que propongas algo y te digan 'Oye sí, adelante", afirma Falo."Hay muchas anécdotas que pueden ilustrar esto, y circunstancias mucho más emocionales y personales. Todo el mundo hemos tenido momentos de bajón o muy tensionados. Javier siempre estuvo ahí y me apoyó", completa Repollés.

La exconsejera también comparte la tesis del aragonesismo. "El aragonés está convencido de lo que es. Es honesto y cuando se equivoca, lo dice. Porque evidentemente nos equivocábamos en alguna circunstancia y en alguna medida y fuimos conscientes de que a lo mejor alguna cosa podía haber sido de otra manera y admitimos nuestro error. Entonces, sí, fue duro. Cada uno trabajó como pudo, pero dentro de la dureza nos queda el orgullo y la sensación de que íbamos todos a una y de que fuimos muy honestos en esa gestión", indica.