Hubo muchos aficionados que no llegaron a tiempo para verlo, atascados en el terrible tráfico que se formó el lunes por la mañana para salir de Manhattan y llegar hasta Queens. Con la primera jornada del Abierto de los Estados Unidos aún en pañales, recién nacido el primer día de competición, Garbiñe Muguruza se plantó en el estadio Arthur Ashe, la pista más grande del planeta, y debutó aplastando 6-0 y 6-3 a Varvara Lepchenko, que se marchó a los vestuarios sin enterarse muy bien de lo que había ocurrido en un partido que la española hizo suyo de un bocado. Este próximo miércoles, Muguruza se medirá a la china Duan (7-6 y 7-6 a Clarie Liu) intentando clasificarse para la tercera ronda del torneo, donde nunca antes ha llegado. [Narración y estadísticas]
“El primer set he jugado muy bien y quizás ella ha cometido más errores, pero luego ha sido un partido como me esperaba, igualado y difícil”, explicó la vencedora tras su primer partido, que conquistó con solvencia ganando 55 puntos, por los 27 de su contraria. “Todas las primeras rondas son difíciles y además era mi primer partido este año en la Arthur Ashe”, siguió la española, que ha celebrado la victoria en 17 de sus últimos 19 encuentros. “Está claro que me ayuda a la confianza, pero no le doy muchas vueltas. Mientras sienta que tengo energía, que tengo motivación y hambre… Eso sí, en general noto que mi nivel es más alto durante más tiempo”.
En 21 minutos, Garbiñe ya había ganado la primera manga en blanco, casi sin sudar. Con el mismo tono arrollador que exhibió en Cincinnati hace unos días, la número tres del mundo se llevó por delante a Lepchenko, superada por la contundencia de su rival. Si Muguruza estaba nerviosa antes de dar el primer paso en el torneo, si tenía un cosquilleo por dentro, supo disimularlo muy bien cuando salió a debutar ante la estadounidense, con la que hasta hoy tenía empatado el cara a cara (1-1) en encuentros competidos en circunstancias totalmente diferentes.
Mezclando con tino su juego habitual, que ha evolucionado acertadamente hasta la agresividad utilizada con inteligencia, la campeona de dos grandes buscó la victoria con decisión y aplomo, y el resultado tardó bastante poco en llegar. En poco más de una hora, la española confirmó lo que antes de empezar era casi una certeza: a día de hoy, y aunque hasta ocho jugadoras pueden acabar el torneo en el número uno del mundo en función de los resultados que se produzcan en las próximas dos semanas, no hay nadie tan candidata a la victoria en el último grande de la temporada como Muguruza.
Por su parte, Carla Suárez debutó venciendo 6-4 y 6-2 a Ipek Soylu y se enfrentará ahora a Mirjana Lucic-Baroni, vencedora 6-4, 6-7 y 7-6 de Mónica Puig, por una plaza en la tercera ronda.
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