Los datos sobre inflación no son halagüeños. Sus previsiones son al alza. Mientras las de crecimiento del PIB a la baja. La peor de las situaciones.
Funcas, en base a un panel de 20 gabinetes de análisis, ya indica que la inflación podría ser del 5% en noviembre y el 4,8 en diciembre, con una media anual del 2,9%. En abril pronosticaba el 1,8%. Conforme avanza el año aumenta la previsión de la subida de precios. Bankinter y el Banco de España opinan lo mismo. El INE dio su dato avanzado para octubre: 2% de subida mensual y 5,5% interanual.
Son varias las causas que provocan este aumento de precios:
Una es el aumento de la demanda una vez pasada la pandemia. Los confinamientos redujeron el consumo y las familias ahorraron. De manera que hay dinero dispuesto a ser gastado. Eso incrementa los precios porque la oferta tarda en responder.
Otras tres causas son: a) aumento de los precios de la energía, electricidad, petróleo y gas natural; b) cuellos de botella en la cadena de suministros a nivel global; c) falta de trabajadores (especialmente especializados en ciertos países como Estados Unidos, Reino Unido. ¿y en España?)
El aumento de los precios energéticos influye en todos los sectores y empuja al alza todos los precios tarde o temprano. El petróleo cotiza a más de 85 dólares el barril Brent y no parece que bajará; el gas multiplica su precio.
Los cuellos de botella de la cadena de suministros también aumentan la inflación; aunque influyen más en productos con componentes elaborados como el automóvil y sectores que utilizan transporte marítimo. Los puertos de Estados Unidos y Reino Unido están bloqueados. El Gobierno Federal estadounidense prepara un plan para trabajar a varios turnos y desbloquear los atascos de sus muelles. En China, la fábrica mundial, los costes suben un 9%.
La falta de trabajadores cualificados se debe, en parte, a los subsidios por los efectos sociales de la pandemia. Algunos trabajadores reducen su propensión a buscar empleo mientras reciban subvenciones.
La falta de trabajadores cualificados se debe, en parte, a los subsidios por los efectos sociales de la pandemia
Con todos estos factores, la inflación se ha disparado en los países desarrollados y en España. Los expertos de los bancos centrales dicen que este repunte será transitorio. Según ellos, cuando los mecanismos de oferta respondan, los precios se moderarán. Además, el desarrollo disruptivo de nuevas tecnologías aumentará la oferta. Entonces se rebajará la tensión sobre los precios.
Pero esto no se sabe si se cumplirá y hay muchas dudas sobre España. Nuestra economía de servicios en turismo (12%) y pymes (90% de empresas) se aprovecharía poco del aumento de productividad de las nuevas tecnologías. Se trata de servicios de personas donde el peso de los salarios es importante. Entonces sería posible caer en un riesgo de "espiral salarios/precios".
Porque los sindicatos querrán revisar los salarios al alza con un 5% de inflación a final de año. El Gobierno pretende subir a 1.000 euros el Salario Mínimo Interprofesional. Lo que empujará la pirámide salarial en las pymes. También subirán los sueldos de los funcionarios y eso creará efectos de comparación con otros sectores. Si suben los salarios, suben los costes empresariales y estos empujan los precios en un círculo vicioso.
Es el riesgo de una espiral salarios/precios que ya experimentó España en otros tiempos. Los Pactos de la Moncloa de 1977 se hicieron para parar esa espiral que empezó con el alza del precio del petróleo en 1973, unos años atrás, y generó un alza de salarios a la vez que crecía el desempleo. ¿Se podría repetir la historia?
De manera que es posible un aumento de costes salariales en 2022, que unidos a los de energía y materias primas, cebe la inflación en un círculo vicioso. Además, la "derogación" de la Reforma Laboral de 2012 reducirá la posibilidad de que las empresas en dificultades puedan sobrevivir desenganchándose del convenio sectorial. El riesgo es aumento de la inflación permanente y desempleo.
Resultado antisocial, porque los menos favorecidos son los que sufren el problema de la subida de precios, mientras en los más favorecidos sus activos se encarecen. Todo porque este Gobierno no superaría el examen de macroeconomía. Lo podría hacer Calviño, pero no hacen caso a la vicepresidenta económica.
*** J. R. Pin es profesor del IESE.