Sergio ayudó a la mujer.

Sergio ayudó a la mujer.

Málaga ciudad

Sergio, uno de los héroes que frenó un intento de suicidio en Málaga: "Es triste que la gente prefiera grabar a intervenir"

El hombre estaba a unos 500 metros del suceso, pero al ver que nadie reaccionaba, no dudó en abandonar su puesto de trabajo para tratar de evitar que se lanzara. Finalmente, recibió la ayuda de Manuel, otro malagueño.

Más información: Salvan la vida a una joven que trataba de lanzarse a la autovía en Alhaurín de la Torre (Málaga)

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Era lunes, 11 de marzo, Sergio estaba trabajando con normalidad en el club de pádel que regenta. Eran las nueve de la mañana, pero la aparente calma del arranque del día en un club deportivo se rompió de golpe con los comentarios y sollozos de varias personas. Alertaban de que una mujer estaba a punto de lanzarse al vacío desde la autovía A-357, una vía que en el punto que separa la Universidad y el Hospital Clínico de Málaga del polígono Alameda está en altura.

Nadie reaccionaba. La mujer estaba con la mirada perdida y estaba colocada al borde del abismo con un objetivo claro. Lo más impactante de la escena era la constante circulación de coches por debajo, sin que nadie pareciera inmutarse. El tráfico seguía, los vehículos se movían, pero ningún conductor parecía dispuesto a detenerse y ofrecer ayuda.

Así, Sergio, atónito de que nadie alrededor se animara a pararse a socorrerla, corrió medio kilómetro en apenas segundos desde su puesto de trabajo para convencerla a que diera un paso atrás, el más importante de su vida. Sus miradas se cruzaron y Sergio comenzó a acercarse a ella con cautela para no asustarla, tratando de explicarle que la vida valía la pena, que alguien daría salida a su dolor. 

Ella estaba, según relata Sergio, totalmente en shock. "Estaba bloqueada, el miedo la mantenía sin palabras", declara. Se abrió en canal con ella, contándole que él también tuvo malos momentos, como el fallecimiento de su madre, pero no había manera de retirarla del puente y ponerla en un lugar seguro. 

Lejos de rendirse, se puso de rodillas, un gesto, relata, que realizó para no imponerle "autoridad" y así darle espacio, demostrando que no tenía intención alguna de forzarla. Mientras tanto, algo dentro de él se indignaba. Con el centenar de coches que pasó por esa zona durante minutos, ninguno tuvo la valía de pararse. 

Hasta que llegó el milagro, que se llamó Manuel. Mientras que Sergio le hablaba de la importancia de la vida, Manuel, sigilosamente, se colocó detras de la mujer y la sostuvo para ponerla a salvo. "No paraba de llorar y gritar, como recordándose de que no había podido llegar a cumplir su cometido", lamenta Sergio, quien quedó agotado emocionalmente tras este episodio.

Una vez subió al puente la Policía, Sergio volvió a su puesto de trabajo, donde se llevó una agridulce noticia. Al sentarse en su despacho y coger su móvil, vio cómo ya había quien le daba la enhorabuena por su buena acción a través de mensajes y le compartían el vídeo. "Yo tenía muy mal cuerpo todavía con la adrenalina, me llevé una decepción de la sociedad. No era yo el que debía haber llegado allí, estaba lejos. Con toda la gente que pasaba por allí, nadie se detuvo. ¡Nadie! Encima grabaron... Yo no he querido ni ver el vídeo", exclama.

La frustración de Sergio es palpable al darse cuenta de que más de 50 coches pasaron cerca de la mujer sin detenerse, otros tantos por abajo. "Me hizo pensar que hemos perdido algo esencial. Si no tenemos humanidad, no somos seres humanos, somos simplemente animales", reflexiona, mostrando su desazón al percatarse de la indiferencia generalizada que están generando las redes sociales.

"Es triste que la gente prefiera grabar que actuar", dice, refiriéndose a la obsesión por subir contenidos a redes para hacerse viral en lugar de intervenir cuando se está presenciando un posible desastre y dar ejemplo con una buena acción. "Solo pensar en el mal rato que podría haberse llevado un conductor debajo yendo al colegio con su hijo, al verla caer, o incluso un mal mayor, que hubiera provocado un accidente... No sé cómo se tardó tanto en reaccionar", declara.

Pese a todo, se queda con que siente una profunda compasión por la mujer que, afortunadamente, según ha podido confirmar, se encuentra ya en la planta de cuidados de salud mental y ha tenido la oportunidad de rehacer su vida. "Si pudiera encontrarme con ella en el futuro, le agradecería un abrazo, me haría mucha ilusión verla bien", expresa con sinceridad. "Ojalá que este episodio le sirviera de fuerza para seguir adelante y se dé cuenta de que la vida le ha dado una preciosa segunda oportunidad", zanja.

024

El Ministerio de Sanidad promueve la Línea 024 de atención a la conducta suicida. Se trata de una línea telefónica de ayuda a las personas con pensamientos, ideaciones o riesgo de conducta suicida, y a sus familiares y allegados, básicamente a través de la contención emocional por medio de la escucha activa por los profesionales del 024, la recomendación de que contacten con los servicios sanitarios del SNS o la derivación al 112 en los casos en los que se aprecie una situación de emergencia. En caso de emergencia vital inminente puede llamar directamente al teléfono de emergencias 112.

La línea 024 no pretende reemplazar ni ser alternativa a la consulta presencial con un profesional sanitario cuando sea necesaria.

Los destinatarios de la línea son las personas con conducta o ideación suicida, así como los familiares o allegados de víctimas de suicidio o de personas con ideación suicida.

El 024 es un servicio de alcance nacional (accesible desde todo el territorio nacional), gratuito, confidencial y disponible las 24 horas del día, los 365 días del año.