Algunos de los migrantes que duermen en las calles permanecen en la Plaza del 'Dipòsit' hasta altas horas de la mañana a pesar de que la Guàrdia Urbana intenta dispersarlos.

Algunos de los migrantes que duermen en las calles permanecen en la Plaza del 'Dipòsit' hasta altas horas de la mañana a pesar de que la Guàrdia Urbana intenta dispersarlos. Julio César R. A.

Reportajes

Félix Larrosa, el alcalde de Lérida que denuncia sin pruebas a municipios 'del sur' de enviarle migrantes

El regidor socialista señaló a los subsaharianos, que se encuentran sin hogar después de llegar a la ciudad para trabajar en la campaña de la fruta.

30 mayo, 2024 02:27
Lérida

En Lérida no son todavía las siete de la mañana cuando una patrulla de la Guardia Urbana comienza a despertar a varias decenas de inmigrantes subsaharianos que se encuentran durmiendo en la calle: "¡Bon dia!". En total, son unas 60 personas que llevan más de una semana durmiendo a ras de suelo. Lo hacen con sus pertenencias siempre cerca y sin un lugar donde poder asearse ni tampoco dinero suficiente para poder comer algo.

Según el testimonio de varios vecinos del Centro Histórico, ésta es una imagen habitual que cada año se repite: varios grupos de personas comienzan a llegar en el mes de mayo a Lérida para trabajar en la temporada de recogida de fruta de hueso. Pero se encuentran en situación de sinhogarismo porque todavía no han accedido a un empleo y el dispositivo de acogida municipal no abre hasta junio

"La culpa la tiene el Ayuntamiento, que saben muy bien que ellos vienen hasta aquí en mayo y no les han facilitado un lugar porque no han querido. Era totalmente previsible, porque aunque cada año varíe un poco, por éstas fechas ya suelen llegar", dice un empleado municipal de limpieza que prefiere no compartir su nombre, en las cercanías de la Plaza del 'Dipòsit'.

Un grupo de migrantes subsaharianos permanecen  durante la mañana en la Plaza del 'Dipòsit'.

Un grupo de migrantes subsaharianos permanecen durante la mañana en la Plaza del 'Dipòsit'. Julio César R. A.

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Sin un rumbo

Horas después del "despertador" de la Guardia Urbana, todavía permanecen en esta céntrica plaza unas 20 personas. Visiblemente somnolientos, descansan como pueden, sentados al sol en los mismos cartones con los que se intentan proteger del frío por las noches. "Están intentando ocultar una realidad, pero no, aquí la tienes, puedes verla", dice Carme desde la puerta de su casa, a escasos metros.

La insistente presencia policial hace que, conforme avanza el día, muchos de ellos se desplacen por otras calles del Centro Histórico o transiten por el barrio de Baláfia, a dos kilómetros de aquí, o hasta Cappont, del otro lado del río. Desde el Consistorio leridano aprovechan ésta situación para afirmar "que no se puede saber cuántas personas hay", haciendo alusión, precisamente, a la dispersión de los mismos. 

Desde hace una semana la polémica es máxima. Las entidades sin ánimo de lucro que ofrecen atención de primer nivel a estas personas denuncian que el Ayuntamiento, liderado por el Partido Socialista Catalán, desestimó al llegar al poder la creación de un albergue permanente que el anterior gobierno aprobó para este tipo de situaciones.

Entre los enseres personales que permanecen en las calles se encuentran maletas o cartones.

Entre los enseres personales que permanecen en las calles se encuentran maletas o cartones. Julio César R. A.

"Se trataba de un espacio que quería garantizar el alojamiento a estas personas, pero, ahora, su ausencia condena nuevamente a decenas de temporeros a dormir en la calle. Es incomprensible que el Ayuntamiento no haya puesto en marcha ninguna solución alternativa", lamentan desde la organización Fruita amb Justícia Social.

"Esto es como la rueda de un hámster", dice Rosa Majoral, directora de la Fundación Arrels Sant Ignasi. Ésta asociación sin ánimo de lucro comenzó hace 30 años a atender en la Parroquia Sant Ignasi, precisamente, a los inmigrantes llegados a tierras leridanas para trabajar en las campañas de la fruta. Desde entonces, no han parado de hacerlo.

Por ello, afirman que hace falta un plan "y no sólo que la Guardia Urbana vaya a despertarlos para que nadie los vea" porque "cada año pasa lo mismo". Desde hace más de una semana, desde Arrels Sant Ignasi prestan también atención de primer nivel a los temporeros, ofreciendo duchas y alimentos para quien lo necesite. Pero durante todo el año distribuyen alimentos, funcionan como centro de día y refuerzan la educación a menores en situaciones vulnerables.

Ante la dificultad de poder atender a tantas personas, insisten en la necesidad de tener un albergue municipal en la ciudad de Lérida: "De 100 o de 20 plazas, da igual, pero que haya uno. Esta situación se hubiera evitado si desde un primer momento se pensara en un dispositivo o un alojamiento permanente y estable que ahora mismo no hay. El 3 de junio abrirá el pabellón de la Fira de Lleida de manera temporal y el año que viene será igual", sentencia Majoral.

Fèlix Larrosa, alcalde de Lérida por el Partido Socialista Catalán, en una imagen de archivo.

Fèlix Larrosa, alcalde de Lérida por el Partido Socialista Catalán, en una imagen de archivo. E. P.

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La denuncia del alcalde

Los medios de comunicación locales cuestionaron al alcalde de la ciudad, Fèlix Larrosa, el porqué de la situación. Fue entonces cuando el máximo representante del Ayuntamiento acusó en rueda de prensa a los "ayuntamientos del sur de España" por estar pagando, según sus declaraciones, el viaje a los trabajadores subsaharianos hasta Lérida.

Las palabras del regidor escalaron rápidamente hasta las portadas de la prensa regional: "El alcalde de Lleida afirma que ayuntamientos del sur de España pagan el viaje de temporeros a la ciudad". Sin embargo, y aunque Larrosa afirma tener pruebas de éstas prácticas, tanto él como su equipo de comunicación han declinado hasta en tres ocasiones acreditarlas ante EL ESPAÑOL. Este medio no ha podido corroborar, por lo tanto, la existencia de las pruebas. Y, con ello, tampoco la veracidad de las acusaciones.

El alcalde afirmó que detrás de la constatación de los hechos se encontraba "una organización que atiende a este colectivo". EL ESPAÑOL contactó con integrantes de la Cruz Roja de Lérida, la Fundación Arrels Sant Ignasi, Manos Unidas de Lérida, la asociación de Ayuda Mutua de Inmigrantes y la de Fruita amb Justícia Social —las ONG que han trabajado durante esta semana con los inmigrantes llegados para trabajar en la temporada de la fruta— y ninguno afirmó estar al corriente de esta denuncia.

Palacio de la Paeria, sede del ayuntamiento de Lérida.

Palacio de la Paeria, sede del ayuntamiento de Lérida. Julio César R. A.

De las entrevistas realizadas sobre el terreno a los inmigrantes en situación irregular que se encuentran viviendo en las calles de Lérida, EL ESPAÑOL no pudo constatar tampoco la llegada de los mismos a través de la intervención de otros municipios. Como sí pudo, por ejemplo, evidenciar que muchos de ellos han llegado a Cataluña procedentes de Andalucía o la Comunidad Valenciana después de que sus antiguos empleadores les hayan pagado el billete.

Es el caso de Oumar, un senegalés de 27 años que llegó hace cuatro días a Lérida procedente de Almería: "Allí ya el trabajo terminó y aquí empieza, entonces venimos un pequeño grupo para que nos contrate otra empresa". Ligeramente apartado de donde la mayoría se encuentra, porta junto a él una pequeña maleta negra con las asas rotas y un par de chanclas. Al igual que sus compañeros, no quiere fotos.

Como él, son muchos los que se van movilizando a través de la Península en función de las temporadas de la fruta. La campaña de la fresa, en Huelva y Jaén, o la de la naranja, en la Comunidad Valenciana, ya ha llegado a su recta final. En Lérida, la de la fruta de hueso recién comienza, y puede alargarse hasta el mes de octubre.

"Es una forma de desviar la atención, ahora nos ponemos a discutir si les pagan el transporte o no para no hablar sobre el hecho de que están durmiendo en la calle porque no hay alojamiento", explica Rosa Majoral, al ser cuestionada.

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Acogida temporal

El segundo teniente alcalde del Ayuntamiento de Lérida, y también regidor de Acción e Innovación Social y Partipación y Derechos Civiles, Carlos Enjuanes Llop, ha explicado a EL ESPAÑOL los recursos ofrecidos. Por un lado, está el dispositivo temporal ya mencionado anteriormente que empezará el 3 de junio en la Fira de Lleida y que espera atender a 100 personas. Éste está pensado concretamente para este grupo de migrantes irregulares que actualmente duermen en la calle.

"En éste las personas estarán unos 7 días, más si les fuera necesario, hasta que sean contratados y ya tengan un lugar donde dormir", explica Enjuanes. El Consistorio tiene otros planes de acogida para personas en situación de alta vulnerabilidad —mayores de 65 años, menores de edad y mujeres— a través de los canales de servicios sociales. Pero ninguno de los inmigrantes cumplen con estos tres requisitos.

Carlos Enjuanes (izquierda) y Fèlix Larrosa (derecha) comparecen juntos en el Ayuntamiento.

Carlos Enjuanes (izquierda) y Fèlix Larrosa (derecha) comparecen juntos en el Ayuntamiento. Archivo.

No obstante, a través de la empresa municipal de urbanismo sí que se contempla establecer 17 pisos para temporeros que estén trabajando y que, por falta de recursos económicos, podrían ser potenciales personas en situación de sinhogarismo. "Hay 90 plazas en este recurso que estarán cubiertas durante toda la temporada", sentencia Carlos Enjuanes.

Hace pocos días que se ha firmado, además, la concesión de subvenciones de la Generalitat para alojamientos privados destinados a temporeros contratados en campañas agrarias. Frutalsa, con 150.000 eurosy Fruits de Ponent, con 119.000, son algunas de las empresas beneficiarias.

Y, a pesar de todo ello, el sol vuelve a salir en Lérida y junto a él aproximadamente 60 personas sin hogar son nuevamente dispersadas por la Guardia Urbana. Llevan así más de una semana, mientras los vecinos permanecen denunciando y padeciendo la falta de acción municipal. Según lo previsto por el Ayuntamiento, la situación continuará así hasta, al menos, el lunes 3 de junio.