Katharina Wagner. Foto: Enrico Nawrath

Katharina Wagner. Foto: Enrico Nawrath

Ópera

Katharina Wagner estrena 'Lohengrin': "Me haría feliz despertar otra mirada sobre el universo wagneriano"

Este lunes llega a Barcelona, tras dos estrenos truncados, la novedosa versión de la bisnieta del compositor de 'Tristán e Isolda' y directora del Festival de Bayreuth. 

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Anda un poco ansiosa estos días Katharina Wagner (Bayreuth, 1978) por el Liceu de Barcelona. Y no es por falta de tablas precisamente. Lleva ya muchos años poniendo en pie obras de su bisabuelo, el totémico Richard Wagner, desde que debutó en el Festival de Bayreuth con una versión de Los maestros cantores de Núremberg en 2007 que hizo que muchos se rasgaran las vestiduras.

La razón de su inquietud es que la producción de Lohengrin que va a escenificar en la ciudad condal parece gafada. Se quedó a las puertas de estrenarla la primavera de 2020, pero ya recordarán ustedes lo que sobrevino entonces: una especie de fin del mundo llamado coronavirus. Intentó resarcirse en 2022 en la Ópera de Leipzig, que, junto al Liceu y al Festival de Bayreuth, ha impulsado este montaje, pero problemas logísticos impidieron su cristalización.

“Este Lohengrin ha recorrido un largo camino, eso nos ha dado la oportunidad de seguir pensando. Pero ahora ha llegado el momento de mostrar el resultado en este hermoso teatro”, dice a El Cultural tras abrirse un hueco en el trajín de los ensayos. “Tengo tantas ganas de que llegue el estreno…”. Ese momento, Dios mediante, se consumará este lunes, con el patrocinio de la Fundación BBVA. No se atisban amenazas que puedan truncar la esperada premiere, amén de las desavenencias entre Katharina y la diva Iréne Theorin, que, en una decisión sin precedentes, ha decidido apearse del estreno esta noche (sí cantará en las cinco funciones siguientes). Dedos cruzados, pues, para degustar un título que representa un punto de inflexión en la ejecutoria de Wagner.

Con Lohengrin, historia que encontró en un escrito medieval conservado en la Biblioteca de Dresde, donde ejercía como director musical de la corte, Richard Wagner remató su ciclo romántico. “Es un clímax en este registro”, apunta su bisnieta, al frente del Festival de Bayreuth desde 2008, responsabilidad que ostenta en solitario desde 2014, cuando su media hermana, Eva Wagner-Pasquier, se apeó de la dirección.

Wagner tejió una fábula con hilos clásicos, detalle evidente en el perfil de los personajes: una chica en apuros, un príncipe azul y una bruja malvada. El cuento, apto para leer a los niños, está envuelto en un halo de irrealidad. El autor germano lo remató justo en la mitad cronológica de su carrera creativa, enunciando recursos y pretensiones que harían después de Wagner un icono operístico, cuando los llevó a su máxima depuración en obras posteriores, como en su ciclópea tetralogía El anillo del Nibelungo.

Hablamos, por ejemplo, de sus famosos leitmotivs y su melodía infinita, rasgos identificativos de los dramas musicales que alumbraría más adelante. “Ciertamente, Lohengrin, tiene una gran importancia en la superación de una ópera pura a base de números y por sus motivos musicalmente sofisticados, pero, por supuesto, estos son procesos de cambio que se desarrollan a lo largo de fases creativas más extensas”, precisa Katharina, cada vez más enfocada en la faceta creativa, tras haber renovado en 2024 su vínculo con el festival de la Colina Verde en unos términos que alivian su carga gerencial previa.

Exonerarse de esos quehaceres más prosaicos le ha abierto un horizonte más halagüeño para ella, que tuvo que replegarse durante unos meses en 2020 por culpa de una trombosis que no le había sido detectada y que la condujo al “agotamiento y la depresión”.

“El Liceu tiene una rica tradición wagneriana y un público entendido. Me alegra prolongar el eje Bayreuth-Barcelona”

Lohengrin es considerada por muchos, aparte de la ópera más italiana de Wagner, la mejor puerta de entrada a sus dominios, seguramente por esa posición intermedia en su trayectoria, que le otorga un carácter sintético (sincrético). Katharina, al respecto, se limita a decir que su versión busca “despertar una nueva mirada del universo de Wagner, y un interés por otras de sus obras maestras”. “Eso —añade— me haría muy feliz. Difícilmente podríamos lograr más”.

Empecinada en alterar los enfoques tradicionales sobre su bisabuelo, se ha propuesto introducir en este montaje (incluido también en la programación de Barcelona Obertura Ciutat de Clàssica, un festín de música con más de 500 artistas hasta el 11 de abril) algún cambio en los dos planos que vertebran la obra: el espiritual y el político. “Sin entrar en detalles, puedo decir que cuestionamos el primer nivel. El origen del héroe fulgurante deviene así en un problema.

Esto, por supuesto, tiene consecuencias y quizás nuevas perspectivas sobre los otros protagonistas y también afecta los tipos de amor y redención que aparecen, cuya interpretación emerge bajo una luz crítica diversa. Eso sí, el inquebrantable amor fraternal entre Elsa y Gottfried no se ve afectado”.

Katharina, hija de Wolfgang Wagner, artífice del resurgimiento del festival alemán entre 1951 y 2008, se ha rodeado de cantantes de su máxima confianza: Klaus Florian Vogt (Lohengrin es un papel idóneo para sus prestaciones vocales), Elisabeth Teige, Iréne Theorin… “El elenco es fantástico. A su increíble nivel musical e interpretativo , se suma el hecho de que casi todos nos conocemos desde hace mucho tiempo, por lo que existe una confianza que hace el trabajo inmensamente más fácil”. Katharina evita aludir a sus tensiones con Theorin, que han alterado la convivencia en los días previos al estreno. Acreditados conocedores de los intríngulis vocales wagnerianos todo ellos, en cualquier caso, se moverán por unos cubos suspendidos en una atmósfera gélida, casi inerte, que cobra vida con la llegada del salvador Lohengrin.

Todo ellos estarán a su vez a las órdenes de Josep Pons, titular musical del coliseo de las Ramblas, en el que Katharina aprecia una raigambre wagneriana profunda. “No podría imaginar un lugar mejor, más profesional y más bonito. Esta casa tiene una tradición en su música amplia y rica, y un público muy entendido, por lo que las condiciones son óptimas. Estoy contenta de poder continuar el ya histórico eje Barcelona-Bayreuth”. Aunque, cuando le preguntamos por la diferencia cualitativa de escuchar a Wagner en Bayreuth, nos dice: “Bueno, es el único lugar con la acústica del Festspielhaus...”. Ya saben: el teatro construido a la medida de los sueños de Wagner. Katharina barre para casa. Con un irrebatible argumento.