
Rata gris en una casa durante un control de plagas. Imagen de archivo
Más grandes, más fuertes y más resistentes: así son las plagas de ratas con el cambio climático y ciudades más pobladas
Es casi imposible cuantificar el número de ratas en una ciudad, pero si se ha constatado que la actividad no baja en todo el año.
Más información:Adiós a los pesticidas en el campo: el innovador sistema láser que detecta las plagas y las elimina por sí mismo
Las ratas han estado junto al ser humano desde que se asentó y las ciudades empezaron a crecer. Lo que necesitan —y tienen de sobra— es comida y condiciones climáticas. Según un estudio publicado en la revista Science, se ha detectado un incremento en el número de roedores que está relacionado con el calentamiento global y el crecimiento urbano.
El trabajo analiza 16 ciudades en todo el mundo —en Europa solo menciona Ámsterdam—. De ellas, 11 han tenido un incremento de avistamientos, 2 se han mantenido estables y solo en 3 de ellas se han reducido.
Cruzando datos, los autores afirman que las ciudades que han experimentado un mayor aumento de temperaturas han sido las que han experimentado más roedores. También corroboran, una vez más, que a más densidad de población de una urbe, mayor incremento de ratas, sin importar los esfuerzos de las autoridades.
Es virtualmente imposible conocer el número de roedores que hay en una ciudad, pero sí se registra la actividad que tienen. María José Notario, directora general del Centro de Estudios de Sanidad Ambiental, encargado del control de organismos nocivos, afirma que lo que han podido observar es que hay casi el mismo número de avistamientos durante todo el año.
Eso, deduce la doctora en ciencias biológicas, "obviamente viene derivado de que el entorno donde ellas viven, las ciudades, les es muchísimo más propicio permanentemente". Como en un resort con pulsera de todo incluido: clima adecuado, comida sin fin y cero preocupaciones.
Resistentes al veneno
Hasta ahora se han controlado los focos de población con venenos y anticoagulantes. Sin embargo, como todo organismo al que se le inocula sustancias, están desarrollando resistencia, por lo que las técnicas de control de plagas son cada menos efectivas.
Eso conlleva a que los tratamientos tengan que ser más agresivos, y dependiendo de la localización, eso es más o menos apropiado. No será el mismo veneno o cantidad que se pueda aplicar en un colegio o escuela que en los polígonos. Los especialistas usan esos dos baremos como referencia, números de especímenes y localización.
Jose María Navas, investigador del Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria del CSIC está estudiando cuáles son los mecanismos moleculares y bioquímicos que dan lugar a esa inmunidad. Ese aguante, junto a disfrutar cada vez de entornos más favorables, posiciona a las plagas como riesgo serio a tener en cuenta.

Operario haciendo un control de plagas en el alcantarillado.
Con la visión realista del que trabaja sobre el tema, Navas también pide que se entienda qué es una plaga y dónde se produce. Algo que recuerda el científico es que "hay que asumir que siempre va a haber roedores asociados a las poblaciones humanas. Tener simplemente una población elevada de ratas, no estoy seguro de que podamos hablar de un problema, pero si vemos una explosión de población ahí sí hay que tomar medidas".
Nuevas plagas
A lo que arguye el estudio del aumento de población de roedores, desde CEDESAM añaden que en realidad lo ha habido de todas las plagas: ratas, chiches, cucarachas. Pero además, dice Notario, están habiendo nuevas invasiones como la del mosquito tigre o la avispa asiática.
Estas especies, además de ser invasoras, y desplazar a las autóctonas, también son portadoras de nuevos patógenos y enfermedades. Al llegar encuentran un entorno favorable, con alimento y espacio y se adaptan. Por eso es tan importante el trabajo de los equipos de gestión para mantener los números de las poblaciones en límites aceptables.
Según varias fuentes consultadas para este reportaje, los vectores están bastante controlados y no es habitual que haya ninguna contaminación por contacto directo con las personas, si acaso por "contaminación indirecta de algo que haya sido infectado". Los efectos que tienen las plagas suelen ser económicos, por pérdida de cosechas o reducción de público en los negocios, que de salud.

Los restos de comida son focos de infecciones. istock
Para Notario hay dos aspectos fundamentales que influyen en la población, el cambio climático, al hacer el ambiente más favorable y la globalización. La introducción de nuevas especies invasoras se hace sobre todo a través del comercio internacional. Estos dos factores son difícilmente manejables, por eso solo queda controles más intensos y venenos más potentes.