
Vista de la manifestación con motivo del Día de la Mujer convocada por el Movimiento Feminista de Madrid. EFE
Control, menosprecios, ataques y sexualización: así es la violencia machista 'online', un fenómeno "en expansión"
El 72,2% ha recibido mensajes de contenido sexual no deseado y el 58,8% ataques o insultos, según un estudio del Instituto de las Mujeres.
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Históricamente, se han concebido las calles y los espacios públicos —sobre todo durante el horario nocturno— como lugares no seguros para las mujeres. Pero… ¿qué me diría si le dijera que internet tampoco lo es? ¿Que existe un universo paralelo en el mundo digital donde las chicas tampoco se encuentran protegidas?
Pues así lo demuestra el último estudio del Instituto de las Mujeres, Autopercepción de la imagen de las mujeres en los nuevos entornos digitales, que aborda la problemática de la violencia machista online. Según dicho informe, el 72,2% de las mujeres ha recibido comentarios sobre su físico o mensajes de contenido sexual no deseado, y el 58,8% ha sido objeto de menosprecios, ataques o insultos.
Clara Inés Guilló, socióloga e investigadora principal del estudio, explicó en su presentación el pasado mes de febrero que este tipo de violencia se trata de un "fenómeno en auge", y que afecta a las mujeres "en todos los sentidos".
Acosadas
Los piropos callejeros, los comentarios en relación con el físico de las mujeres o las insinuaciones sexuales han dejado de ser cosas que dejabas atrás cuando cruzabas el umbral de la puerta de casa.
Basta con encender la pantalla del ordenador o, simplemente, deslizar en los comentarios o mensajes directos de X e Instagram para darse cuenta de que ahora estas conductas pueden perseguirte mucho más de lo que una se imagina.
Según los datos presentados en el estudio, el 33,9% de las mujeres de 16 años o más ha sufrido alguna manifestación de acoso sexual y acoso reiterado (stalking). De estas, el 15,6% ha recibido bromas sexuales o comentarios ofensivos sobre su físico; el 7,4%, insinuaciones inapropiadas, humillantes, intimidatorias u ofensivas; y el 6,4%, correos electrónicos, mensajes de WhatsApp o mensajes de texto sexualmente explícitos.
Estas cifras tienen, además, recorrido, pues se trata de unos números que sólo van en aumento. El Balance Trimestral de Criminalidad del Ministerio del Interior, relativo al primer trimestre 2024, recoge el incremento continuo de estos delitos: un 13,5% respecto al año 2023.
A diferencia de otros ciberdelitos, se observa que los de índole sexual atentan con mayor frecuencia contra personas jóvenes y menores de edad. El acoso sería el segundo que más les afecta, sólo por detrás de las amenazas y coacciones.
Sexualizadas
La sexualización de la imagen femenina es otro de los ejes del estudio. En el análisis de contenidos digitales se constata que la representación de las mujeres en redes sociales a menudo se centra en estereotipos de belleza y roles tradicionales, lo que contribuye a una percepción reduccionista de su identidad.
El informe revela que el 55% de las encuestadas percibe que la apariencia de las mujeres en redes sociales se ajusta a un ideal de belleza poco realista y sexualizado. Esta cosificación se traduce en una presión constante para cumplir con estándares que, en muchos casos, son inalcanzables o dañinos para la salud física y mental de las jóvenes.
En paralelo, se señala que un alto porcentaje —casi un 60%— de las encuestadas cree que estos estereotipos influyen negativamente en la forma en que se valoran a sí mismas y en las oportunidades que tienen de participar en la vida social y profesional.

El acoso sexual es uno de los ciberdelitos que más afecta a menores de edad. iStock
Además, según Guilló, esto se suma a una serie de "comentarios sobre el cuerpo de las mujeres, ya sea para criticarlas o sexualizarlas, que se han vuelto comunes y provocan un malestar generalizado entre las usuarias".
El estudio también aborda la mercantilización del cuerpo femenino en la publicidad digital. Se constató que las campañas y anuncios en internet a menudo utilizan imágenes de mujeres para vender productos, sin considerar el impacto de esa representación en la percepción de la audiencia.
De acuerdo con la información recopilada, en el 25,3% de las actuaciones realizadas por el Observatorio de la Imagen de las Mujeres se solicitaron cambios o ceses de contenidos publicitarios considerados sexistas o cosificadores.
Un mecanismo de control
El acoso y la sexualización no son fenómenos aislados, sino que forman parte de un entramado de control y menosprecio que se ejerce a través de las plataformas digitales. Según las cifras, el 35% de las mujeres jóvenes ha sido objeto de comentarios machistas o menosprecios en el entorno online.
Estos mensajes, que a menudo contienen insultos o descalificaciones dirigidas a su capacidad, no solo buscan intimidar, sino también controlar la forma en que las mujeres se presentan y se perciben a sí mismas. De hecho, se trata de conductas que, posteriormente, los adolescentes implementan en sus relaciones de pareja.
En este informe del Instituto de las Mujeres, se detalla que las reacciones ante dichos comentarios varían según el nivel educativo y la edad, pero que, en general, se observa una tendencia a internalizar los mensajes negativos.
Ante estos comentarios, las mujeres experimentan sentimientos de frustración y baja autoestima, lo que refuerza la idea de que el control ejercido a través de la red tiene consecuencias profundas y duraderas en la salud emocional de las mujeres.
Asimismo, el estudio destaca que estas prácticas de menosprecio y acoso en redes sociales se entrelazan con un contexto más amplio de violencia digital. Las encuestadas relataron que, además de los comentarios directos, la presencia de discursos de odio y la difusión de bulos en las plataformas contribuyen a un ambiente hostil que refuerza la desigualdad de género.
Estos mecanismos de control digital no solo limitan la libertad de expresión de las mujeres, sino que también condicionan su participación en el espacio público, al crear una atmósfera de miedo y vulnerabilidad.
¿Qué dice Europa?
A este respecto, el pasado miércoles 12 de marzo, el Ministerio de Igualdad organizó en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York, en colaboración con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, la Secretaría General Iberoamericana y la Iniciativa Iberoamericana para Prevenir y Eliminar la Violencia contra las Mujeres, el evento Violencia digital contra las mujeres: Hacia políticas y alianzas transformadoras en el marco de Beijing+30.
En él, la ministra Ana Redondo, destacó que, aunque la Unión Europea "ha avanzado mucho" con distintas directivas para eliminar el anonimato en redes sociales, se trata de una decisión que deben asumir también los distintos Estados. "Es necesario también un compromiso estatal para ofrecer una respuesta contundente a la violencia digital", dijo.
Además, detalló que el Gobierno de España trabaja en tres frentes de actuación para combatir este tipo de ciberdelincuencia contra las mujeres.
Incorporación de medidas en el Pacto de Estado. "Se han incluido medidas específicas contra la violencia digital en la reciente renovación del Pacto de Estado contra la Violencia de Género, reconociendo la urgencia de abordar estas nuevas formas de agresión".
Normativa para evitar el anonimato. "Se está impulsando un anteproyecto de ley, presentado en el Consejo de Ministros, que obligará a etiquetar los contenidos realizados con inteligencia artificial para evitar el anonimato y responsabilizar a sus autores".
Mecanismo de control judicial. La ministra insistió en la "necesidad" de establecer un mecanismo de control judicial que permita evacuar la responsabilidad en el ámbito jurisdiccional, asegurando que "haya rendición de cuentas efectiva".