Un helicóptero de la Guardia Civil realizando las labores de búsqueda para dar con el paradero de Javier

Un helicóptero de la Guardia Civil realizando las labores de búsqueda para dar con el paradero de Javier Fotografía cedida a EL ESPAÑOL de Castilla y León

Valladolid

"Estamos desolados": la angustia del padre de Javier, el guardia civil vallisoletano desaparecido en Cantabria

Hoy se cumple justo una semana desde que Javier Gaizka Redondo desapareciera. El padre está “apenado y triste” y asegura que “deseamos que aparezca para darle sepultura”.

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Era el pasado miércoles, 5 de febrero, cuando se perdía el rastro de Javier Gaizka Redondo, un guardia civil vallisoletano de 42 años, por la zona costera de Isla y Ajo después de que saliera, con sus perros, a pescar.

A las 18.30 horas de ese mismo día las labores de búsqueda arrancaban por la zona. Se hallaban aparejos de pesca y se daba con el paradero de sus dos perros, pero ni rastro de Javier.

“Cuando me dieron la noticia de que había desaparecido mi hijo me llevé un disgusto tremendo. Se me cayó el mundo al suelo. Es un palo muy duro. Estamos desolados. Solo deseamos que aparezca para darle sepultura”, asegura en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León su padre, Javier Redondo.

Javier Gaizka Redondo nació en Valladolid capital. Estudió la carrera de periodismo como apunta su padre y hace seis años y medio que entró en la Guardia Civil. “Primero estuvo seis años destinado en Castellón. Volvió y se marchó a Santoña”, asegura nuestro entrevistado.

Hijo único y sin pareja, vivía con sus dos perros, a los que amaba. Es una persona deportista. Practicaba. Y disfrutaba mucho de la pesca y de su trabajo, como indica su padre apenado.

Yo le definiría como una bellísima persona. La mejor persona del mundo. No porque sea su padre sino porque es lo que decían todos sus compañeros. Para todo el mundo era una persona auténtica y muy querida. Nadie tenía malas palabras hacia él”, asegura Javier Redondo.

Su padre vive en Traspinedo. Hasta allí iba “muchas veces” su hijo para “disfrutar de un buen pincho de lechazo” de la zona. En la localidad vallisoletana, posiblemente, se coman los mejores de la provincia.

“Estoy muy apenado y triste porque es un palo sumamente gordo. Las labores de búsqueda continúan en la zona con los buzos, el helicóptero y el campamento montado, pero no hay novedades hasta el momento”, asegura Javier padre.

El sufrimiento desmedido de una familia por un hijo que sigue sin aparecer pese a la gran labor de todos los profesionales que tratan de dar con el paradero del guardia civil para que esta gran agonía no se prolongue más en el tiempo.

En la mañana de este miércoles, 12 de febrero, como ha confirmado la Guardia Civil de Cantabria, en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León, se han retomado las labores de búsqueda desde las 8.00 horas.