Adrián Navarro, mejor sumiller de Castilla y León

Adrián Navarro, mejor sumiller de Castilla y León Fotografía cedida a EL ESPAÑOL de Castilla y León

Valladolid

Adrián, el mejor sumiller de Castilla y León, es de Valladolid: "Estoy muy contento y es un orgullo"

El vallisoletano, de 32 años, triunfa y recibe un galardón de quilates por su buen hacer con el vino.

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Castilla y León ya conoce a su mejor sumiller. Se llama Adrián Navarro Herrero, tiene de 32 años y es Valladolid. El pucelano triunfaba este lunes, 17 de marzo, para convertirse en el mejor profesional del sector tras la celebración de la 26ª edición del Concurso de Mejor Sumiller de Castilla y León.

El palentino Justo Barbero y Miguel Antonio Cámara, de Aranda de Duero, se hicieron con el puesto de finalistas. Junto a ellos, los mejores sumilleres de las siete asociaciones de Castilla y León también viajarán al Campeonato de España.

Además, la Asociación de Sumilleres de Castilla y León también nombró a la presidenta de la Diputación de Palencia, Ángeles Armisen, Sumiller de Honor.

Adrián Navarro charla con EL ESPAÑOL de Castilla y León después de recibir el premio. Estudió Enología en la Universidad de Valladolid y Sumillería en la Cámara de Comercio de Valladolid. Tiene 32 años y lleva ocho años en un mundo que, como vemos, le está dando muchas y merecidas satisfacciones.

La idea de ser sumiller

“Soy un chico de ciudad que empezó en el mundo de la enología todavía no sabe ni cómo pero que, una vez entró, el vino se ha convertido en una parte muy importante de mi vida”, asegura en declaraciones a este periódico.

Nacido en Valladolid, este amante de la lectura, del ajedrez, del cine y las series y, como no podía ser de otra manera, del vino, apunta que “tuvo una infancia feliz” con “muchos buenos recuerdos” y con unos padres, hermana y amigos que “siempre” le han apoyado.

“Ni por asomo quería ser de pequeño lo que soy ahora. Mi sueño era ser astrofísico. La idea de ser sumiller surge después de estudiar Enología en la Universidad de Valladolid y de querer enfocarme más en conocer vinos, zonas, productos y catar mucho, algo que me encanta”, añade.

Ahí surge la oportunidad de apuntarse al curso de sumiller que organiza la Cámara de Comercio de la Escuela de Cocina Fernando Pérez. Y de ahí, a triunfar.

Adrián Navarro disfrutando de un buen vino

Adrián Navarro disfrutando de un buen vino Fotografía cedida a EL ESPAÑOL de Castilla y León

Una amplia experiencia pese a su corta edad

“Mis primeros pasos comienzan en las mismas prácticas del propio curso, en un restaurante de Torrecaballeros llamado Casa Felipe y en donde aprendí, no solo el trabajo de un sumiller en un restaurante, si no todos los entresijos que lleva trabajar en hostelería”, argumenta.

Por suerte, argumenta, puede “trabajar de ello” y ejerce de sumiller y jefe de tienda en una vinoteca de Pozuelo llamada ‘En Copa Balón’ y además lleva un blog en redes sociales de vinos rosados que lleva el nombre de Pasión Rosado.

“Me considero una persona experta en vinos y bebidas que se encarga de su servicio. Eso hace un sumiller. En sentido más romántico es una persona a la que un cliente o comensal le encarga que le haga feliz y él le regala felicidad en forma de vino”, explica.

Para él es un “orgullo” formar parte de este mundo y realizar un “trabajo que le llena” ya sea por “sentir la satisfacción de un cliente” o “por la búsqueda incansable de nuevos vinos, zonas y elaboraciones”.

Adrián Navarro

Adrián Navarro Fotografía cedida a EL ESPAÑOL de Castilla y León

El premio, un orgullo

Ayer, 17 de marzo de 2025, Adrián recibía el premio como mejor sumiller de Castilla y León en tierras palentinas después de disputar una semifinal que consistía en una prueba teórica y una prueba de cata e inglés.

En la final, las pruebas eran una de cata, corregir una carta errónea, un menú maridaje y una decantación además de una prueba sorpresa. Gané y estoy muy contento. Es un orgullo”, añade.

Mirando al futuro, nuestro entrevistado sigue estudiando porque, en menos de un mes, buscará triunfar en el Campeonato de España de Sumilleres. A largo plazo, el destino dirá.

“Quiero seguir aprendiendo, enamorarme más aún si cabe de este mundo y que la gente beba más rosados y claretes”, finaliza.