Griezmann conduce el balón ante la presión de Frenkie de Jong en el partido de Copa del Rey. Europa Press
Atleti y Barça, a sentenciar el año en una semana: el capricho del calendario que llega en momentos muy diferentes
El Metropolitano será el escenario de un partido que bien puede definir la pelea por el título de La Liga entre el primer y tercer clasificado.
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La pelea por el título de La Liga ha entrado en su fase decisiva cuando tan solo quedan once partidos para el final de un campeonato trepidante. Los tres clubes involucrados en la lucha han pasado por varias montañas rusas de resultados a lo largo de la temporada, pero ya no hay margen de error. Cada punto es vital y en este tramo de la temporada los partidos se antojan aún más difíciles.
Con todo aún por decidir, Atlético de Madrid y Barça se citan en un partido que tiene el aroma de una final. El domingo el estadio Metropolitano será testigo de un encuentro entre dos equipos que se conocen muy bien y que esta temporada ya se han enfrentado en dos ocasiones: el partido de la primera vuelta en La Liga y la ida de las semifinales de la Copa del Rey.
Decía Paco Jémez que lo importante en los campeonatos ligueros siempre era llegar vivos a los últimos diez partidos. Este es el principal objetivo de rojiblancos y azulgranas, aunque sólo uno puede salir victorioso. Si el Barça gana se pondría a cuatro puntos sobre los de Simeone, pero con un partido menos; mientras que si el Atlético de Madrid es quien se lleva la victoria, entonces incendia por completo la pelea por el título con el Real Madrid por medio.
Todo el trabajo realizado durante los últimos ocho meses se puede echar a perder en 90 minutos. No es nada descabellado pensar que para Atlético de Madrid y Barça el título liguero pasa por el Riyadh Air Metropolitano. Hay mucho en juego y el transcurso del partido dependerá de los planteamientos que efectúen Simeone y Hansi Flick.
El empate sería el resultado menos malo para los dos equipos, aunque con los dos precedentes de esta temporada todo puede pasar: 1-2 en el partido de liga, 4-4 en la ida de las semifinales de la Copa del Rey, ambos encuentros disputados en Montjuïc. Flick no sabe aún lo que es ganar a Simeone y el alemán tiene ahora la oportunidad perfecta para darle al argentino la estocada dado el rendimiento de los rojiblancos en los últimos partidos.
El cambio de dinámicas
La temporada 24-25 de La Liga ha sido lo más parecido a una montaña rusa para los tres clubes involucrados en la pelea por el título: Barça, Real Madrid y Atlético de Madrid. Cada uno ha tenido sus momentos y los tres han llegado a liderar la clasificación durante algunas jornadas, pero de poco o nada sirve ya el pasado. Quedan once finales.
El Barça empezó intratable con siete victorias consecutivas, aunque tras la derrota ante Osasuna en El Sadar, la racha de triunfos continuó cuatro partidos más. A mediados de noviembre los azulgranas atravesaron una crisis de resultados descrita por Flick como "shit november" (noviembre de mierda). Sin embargo, en diciembre sólo ganaron un partido de los cuatro disputados, es decir, 8 puntos de 24 posibles.
A pesar de que el equipo se le cayó a Flick, en Navidad recargaron pilas de lo lindo, ya que en los 16 partidos que ha disputado en estos dos meses y medio no han perdido ninguno. El Barça es el único club de las cinco grandes ligas que no sabe lo que es probar el amargo sabor de la derrota. Todo lo contrario que el Atlético de Madrid.
Los rojiblancos empezaron de manera irregular la temporada. A Simeone le costó encajar las piezas que llegaron en el mercado de verano: Le Normand, Julián Álvarez, Lenglet, Gallagher y Sorloth. Tiempo y paciencia es lo que se necesitaba y tras empezar a encadenar victoria tras victoria en todas las competiciones, la ilusión se desbordó. Además, este Atlético de Madrid sí tenía casta de campeón.
No obstante, otra vez los rojiblancos están atravesando un momento de muchas dudas. Tras la derrota ante el Leganés en Butarque, han sumado 12 puntos de 21 posibles. Ahora el calendario de La Liga cita a dos equipos que disputarán una final en el Metropolitano a escasas once jornadas del final del campeonato, aunque la consecución del título bien puede pasar por lo que ocurra en la capital.
