Así se impuso el 'smiley' en el sector de la moda.
Día Internacional de la Felicidad: así se impuso el símbolo del 'smiley' en el mundo de la moda
La carita sonriente más famosa del mundo lleva más de 50 años influenciando el sector. Repasamos los motivos de su éxito.
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Una carita sonriente, compuesta por dos puntos y una raya arqueada, en tono amarillo. Así se podría definir, a grandes rasgos, un símbolo que impactó y sigue impactando como pocos el mundo pop y, por extensión, el de la moda. El smiley, por su sencillez y carácter universal, encontró su camino naturalmente en las pasarelas y el street style con el paso de los años.
Para entender su alcance, cabe remontarse en el tiempo. En 1963, el artista comercial Harvey Bell ideó este símbolo para la campaña publicitaria de una compañía de seguros, la State Mutual Life Assurance of Worcester, sin registrarlo. La empresa lo imprimió en insignias, tarjetas de presentación y carteles que se distribuyeron a los empleados y clientes. Por su creación, recibió tan solo 45 dólares y no obtuvo ganancias cuando el logotipo se usó ampliamente en varios medios.
En 1970, los hermanos Bernard y Murray Spain decidieron modificarlo y añadir la frase Have a Nice Day para ponerlo en botones. Su uso se extendió a otros productos, como tazas, reflejando un cambio global de una sociedad, en pleno periodo de liberación.
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En 1972, el joven periodista francés Franklin Loufrani, un empleado de France-Soir, cansado de la noticias negativas, ideó una cara amarilla sonriente propia, que decidió adjuntar a todas las positivas. Consciente de su impacto, decidió registrar la firma, y en 1997, se unió a él su hijo Nicolas para protegerla y asegurar su legado a través de la creación de The Smiley Company. A finales de la década, su éxito ya estaba asentado.
La carita sonriente, desde entonces, empezó a influenciar a numerosos artistas, entre ellos, al grupo de grunge Nirvana, quien decidió darle un giro, cambiando ligeramente el logo. La banda Talking Heads también colocó un smiley en la portada de su sencillo de 1977 Psycho Killer. El logo, reinventado hasta la saciedad, también conquistó el mundo de las raves, brindándole una nueva dimensión simbólica.
Con el paso del tiempo, fue el de la moda el que decidió apoderarse de su significado más primario, reforzando su visibilidad.
En pasarelas y 'street style'
Esta carita sonriente, símbolo de felicidad y optimismo, se convirtió en una suerte de reivindicación para numerosos diseñadores. La casa DRESSCAMP incluyó masivamente el símbolo en su colección primavera-verano 2014, presentada en Tokio, al igual que Coach, en su línea primavera-verano 2017, o Anya Hindmarch, en su propuesta primavera-verano 2018.
Numerosos diseñadores incluyeron el 'smiley' en sus colecciones. Getty Images
Jean-Charles de Castelbajac también apostó por él para su colección otoño-invierno 2008-2009. "Soy un gran admirador de las creaciones de Jean-Charles de Castelbajac y su enfoque cultural de la moda. Es un verdadero maestro del diseño gráfico y estaba seguro de que encontraría excelentes maneras de reinterpretar a Smiley", confesó entonces Nicolas Loufrani.
Moschino lo convirtió, a su vez, en su emblema, con numerosas incorporaciones en sus propuestas a lo largo de los años. De hecho, a principios de la década de 1990, el fundador de la firma diseñó una serie de camisetas con lemas políticos en conjunción con la cara sonriente. La que lleva el mensaje "¡No al racismo!", rodeado de smileys en llamativos colores negro, rojo, blanco y amarillo, se expone actualmente en el Museo de Victoria y Alberto de Londres. Este dibujo también demostró entonces su alcance social y político.
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En las calles de las capitales de la moda, brilla desde hace años en todo lujo de diseños, desde jerséis a complementos, pasando por bolsos y joyas, reafirmando una positividad universal, sobre todo en tiempos inciertos. Considerado como un 'refugio' estilístico, plasma una visión esperanzadora, también próxima al mundo de la infancia, sin jamás renunciar a las tendencias.
El 'smiley' también se ha impuesto en el 'street style'. Getty Images
"Al reflexionar sobre las impactantes colaboraciones entre Smiley World y marcas de renombre como Karl Lagerfeld, Armani, Defacto y otras, es evidente que nuestro trabajo anterior ha dejado una huella imborrable en el panorama de la moda. Al combinar a la perfección los icónicos emoticonos con los estilos distintivos y la excepcional artesanía de estas reconocidas casas de moda, hemos creado colecciones extraordinarias que siguen cautivando a los más exigentes", declaró la firma.
Colaboraciones exclusivas
Las colaboraciones de moda en torno al smiley se multiplicaron en los últimos años. Etam presentó recientemente una colección homenaje: "Con la misión de difundir buenas energías, Smiley ha logrado, a través de su icónico logo, irradiar felicidad en cada rincón del mundo. Este mensaje resuena a la perfección con los valores de Etam, marca de lencería francesa que siempre ha apostado por el bienestar y la positividad".
Foto de la campaña de ETAM.
A su vez, IKKS presentó una línea infantil, también en consonancia con la filosofía del dibujo: "Los iconos de Smiley World son la emblemática cara amarilla, símbolo universal de felicidad, positividad y convivencia, que fomenta la autoexpresión y la difusión de la alegría". La marca lanzó una cápsula de 11 piezas en algodón de cultivo ecológico. Para la temporada navideña 2022, el estudio de Sandro también reveló una cápsula exclusiva en colaboración con Smiley: tejidos coloridos con detalles sonrientes.
Foto de la campaña de Sandro.
No son los únicos ejemplos. "Nuestra colaboración con H&M, por ejemplo, aportó una positividad lúdica a una audiencia global, infundiendo alegría y optimismo a la moda cotidiana. Zara integró Smiley en sus líneas de moda accesibles y de tendencia, convirtiéndolo en uno de los favoritos entre los consumidores jóvenes y conscientes de su estilo", explicó Ross Wilson, de The Smiley Company, en una entrevista concedida a License Global.
Este símbolo, capaz de llegar a un gran número de consumidores, no solo contribuye a reforzar su imagen positiva, sino también a afianzar los vínculos con su público y defender una visión esperanzadora. El smiley, más de 50 años desde su creación, sigue presentándose como un inagotable remedio ante los cambios.
