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Mario Vaquerizo (Madrid; 5 de julio de 1974) podría estar paralítico o incluso muerto. Sin embargo, a su encuentro con EL ESPAÑOL asiste con un bote de laca y una cerveza en la mano. Asegura que el cardado le amortiguó la caída que sufrió al precipitarse de un escenario durante un concierto en Cáceres en octubre del año pasado. Sufrió fracturas en dos vértebras, una pérdida del 95% de visión y estuvo un mes y medio ingresado. Le quedan secuelas irreversibles en la vista, pero ha ganado una nueva forma de ver la vida.

Ahora, dice haberse reencontrado consigo mismo. Observa la vida con más templanza y serenidad. Apaciguados quedan ya los pensamientos oscuros ocultos tras las capas de brilli brilli y el miedo a renunciar a una vida siendo el 'rey del glam'. "Después de la caída pensé que, si me quedaba mal, paralítico, no querría seguir viviendo", revela en la entrevista con este periódico.

Mario Vaquerizo creció en el barrio madrileño de Vicálvaro, en el seno de una familia de clase trabajadora. Su padre, un electricista que escaló hasta convertirse en directivo de Unión Fenosa, y su madre, ama de casa, fueron el pilar de apoyo de "aquel niño raro" que prefería leer la Súper Pop a jugar al fútbol. "Yo no encajaba con el rol habitual, pero sí encajaba en mi familia. Y todavía sigo siendo un marciano para muchos", asegura.

Años más tarde, se matricularía en la Facultad de Periodismo y haría sus primeras incursiones en el mundo laboral en la revista Vanidad, hasta que encontró su gran oportunidad en la discográfica Subterfuge. Fue allí donde su destino se cruzó con Fangoria, el grupo de Alaska y Nacho Canut, marcando el inicio de una relación profesional y personal con Alaska que cambiaría su vida. Relación que se consagraría después de que ella decidiera dejar a su pareja de entonces para decantarse por Mario. "Fue muy divertido ser el amante. Pero a los seis meses le dije que o él o yo", cuenta.

Sin embargo, tras celebrar su boda en Las Vegas y saltar a la fama, Mario ha tenido que desafiar a todos aquellos que cuestionan su virilidad. "Alaska no va a estar con un maricón en casa por el miedo al qué dirán y sin ser complacida en todos los aspectos. Me ofende por ella que piensen eso, no por mí", expresa.

Curtido está en que poco le importen las opiniones ajenas. Siempre ha rehuido lo políticamente correcto y desprecia la cultura de la cancelación. Por ello, no duda en defender con firmeza a amigos suyos como Miguel Bosé cuando se meten en problemas. En este punto, maldice en arameo "contra los que critican a Miguel Bosé por no seguir un discurso oficial”.

Mario afirma no ser de nadie, ni tampoco pertenecer a ninguna ideología, a pesar de haber sido acusado de ser de derechas después de realizar una campaña para la Comunidad de Madrid en el año 2023. "A mí se me condenó por hacer un anuncio sobre mi ciudad. Me da igual que en Madrid gobierne la derecha o la izquierda. Hay cosas de la derecha que me encantan y cosas de la izquierda que también. Lo que estoy en contra es de los extremos", señala.

De su renovada filosofía de vida a golpe de caída ha compuesto 'Reset', el nuevo single de Nancys Rubias, el grupo que hace 20 años formó junto a sus amigos y con el que sólo aspira a celebrar la vida y la amistad incondicional. Eso sí, ahora con la mayor precaución de no despegar demasiado los pies del escenario.

Pregunta: ¿Qué le ha enseñado esta caída?

Respuesta: Veo el mundo de forma diferente a como lo veía antes. La caída podía haber sido mortal, pero el sentido del humor me ha hecho ver las cosas de forma positiva. No me gusta recrearme en el drama. No me he quedado paralítico, ni ciego, ni tampoco me he muerto. Estoy muy agradecido a la vida. Yo me caí por no pensar las cosas. Mi ritmo de vida laboral y personal era muy elevado, y eso conlleva un riesgo. No te paras a pensar en las cosas. No me paré a pensar que donde colocaba el giratutto (una plataforma que da vueltas en el escenario desde la que se precipitó) no era el lugar adecuado. Estos cuatro meses de parón me han servido para reencontrarme conmigo mismo, con mi mujer, con mis amigos. A ver la vida con más templanza y serenidad. Vivo más tranquilo. Así que, bendita caída.

Vaquerizo, posando para este periódico durante la entrevista.

Vaquerizo, posando para este periódico durante la entrevista. Laura Mateo

P.: Y de esta experiencia vital sacas 'Reset', la nueva canción de Nancys Rubias que pone himno a una filosofía que bautizas como ‘reseteísmo’.

R.: Sí, aunque esta canción se puede aplicar a cualquier momento de caída en la vida. No sólo hace falta estar cerca de la muerte para verlo, si no que se puede extrapolar a una ruptura con tu pareja también. Esta canción habla de lo necesario que es parar y resetear.

P.: Imagino que también habrá descubierto que uno no es tan inmortal como piensa.

R.: Totalmente. Yo pasé por momentos muy muy duros. Llegué al hospital con las vértebras fracturadas, con un collarín, ciego... Y ahí descubrí algo que no sabía de mí como que soy un buen paciente. He tenido mucha fortaleza. Pensaba que era un acojonado y no. Ese día me dijeron que no sabían si iba a recuperar la visión, dependía de la evolución, y yo siempre estaba de broma. Me dijeron que mi actitud tuvo mucho que ver en la recuperación. Y recé mucho a mis santos, a mi Virgen de Lourdes, que tenía una capilla de ella en el hospital, y lo primero que hice cuando me dieron el alta fue coger la 'nancyfurgo' e irme al santuario de la Virgen de Umbe a darle las gracias. Creo que la positividad y la fe te salvan la vida.

P.: ¿Temiste más a la muerte o a las posibles secuelas?

R.: Pues fíjate, yo siempre había pensado que si algún día me pasaba algo, asumiría las consecuencias. Pensaba que si me quedaba paralítico, aprendería a vivir con ello. Sin embargo, si te soy sincero, después de la caída pensé que si me quedaba mal, con secuelas, no querría seguir viviendo. Con esto no quiero decir que no merece la pena la vida de las personas con discapacidad, lo que digo es que mi vida de una forma limitada no tendría mucho sentido.

Mari Vaquerizo, respondiendo a las preguntas de la entrevista.

Mari Vaquerizo, respondiendo a las preguntas de la entrevista. Laura Mateo

P.: Quienes le vieron caer hablan de que fue un milagro que haya salido bien de ahí.

R.: Mis compañeros del grupo pensaron que me había muerto. Ellos lo pasaron muy mal... (se emociona). Yo no fui consciente en ese momento, perdí el conocimiento. Y casi que no hablamos de ese instante, fue con el tiempo cuando ellos me han ido contando lo que fueron viviendo. Somos amigos antes que nada.

P.: Nancys Rubias es un grupo de amigos que disfrutan de la música sin grandes pretensiones. ¿Nunca le ha preocupado ser número uno en las listas de éxitos ni sonar en las radios?

R.: No, porque este grupo es la historia de cuatro grandes amigos que un día decidieron pasárselo bien haciendo música. Sin pretender nada. Nosotros, al principio, pagábamos por actuar, y ahora nos pagan. Eso es un éxito. Pero no voy a pasar por el aro de la industria. Nosotras queremos decir lo que nos sale del coño, y eso es ser libre. Los cantantes que piensan que si no venden no sé cuántos discos se retiran creo que no les gusta mucho la música. Y cada uno de nosotros hemos seguido ejerciendo nuestras profesiones. Yo trabajo como periodista y contertulio, Juan Pedro sigue con su taller de costura, mi hermana sigue con su joyería y Miguel haciendo producción en Movistar. Y los findes, de excursión con la banda, y encima nos pagan.Y si no nos pagaran, seguiríamos igual. Y me hace mucha ilusión que canciones nuestras suenen en programas de máxima audiencia como El Hormiguero. Eso es un triunfo y una ilusión.

P.: Es maravilloso ver cómo ni la edad ni una caída mortal le hacen perder la ilusión sobre las cosas.

R.: Para nada. Yo sigo siendo un adolescente. Tengo 50 años y parezco una niñata. Y eso es lo mejor, porque se combinan la madurez propia de la edad y luego ese punto de gamberra que es muy divertido y necesario.

Los roles

P.: De adolecente, su abuela ya le compraba la Súper Pop, aunque su padre hubiera preferido que jugara al fútbol como todos los niños. ¿Se sentía desplazado por no encajar perfectamente con el rol masculino hegemónico?

R: Sí, pero no lo viví como un drama. Yo no encajaba con el rol habitual, pero sí encajaba en mi familia. Si mi familia no me hubiese aceptado, es cuando hubiera sufrido y me hubiese encontrado solo. Y claro que a mi padre le hubiese gustado que jugara al fútbol, pero no fue así, y lo aceptó.

P.: ¿Y siente que aún sigue sin encajar fuera de su círculo?

R.: Por supuesto. Yo aún sigo siendo un marciano. ¿Te crees que no sé lo que la gente piensa de mí? Que soy un maricón porque me hago un cardado o visto así o asá. Yo he construido mi mundo, pero no porque la sociedad se haya portado mal conmigo ni me haya dado la espalda. Yo lo que hago es mostrarme como soy y ya está, siendo natural desde siempre. Y la adolescencia siempre es dura para todos. Recuerdo un episodio, cuando tenía 14 años, que me tiraron una piedra al grito de maricón. Y para mí, ahora, que me llamen maricón no es un insulto.

Vaquerizo asevera que es consciente de que sigue siendo un marciano.

Vaquerizo asevera que es consciente de que sigue siendo "un marciano". Laura Mateo

P.: ¿Pero no le molesta que la gente siga cuestionando su heterosexualidad?

R.: No me duele, pero pienso que vamos para atrás. Ahora, con todo el aperturismo que existe y todo lo que hemos avanzado, que se me siga cuestionando por el hecho de maquillarme y porque hable en femenino me parece absurdo.

P: Lleva 26 años con su mujer. ¿Le duele también por ella?

R.: Hombre, es que la están infravalorando. Porque si no, mi mujer qué es, ¿una muñeca? ¿Se piensa la gente que mi mujer y yo lo único que hacemos es peinarnos y maquillarnos como amigas? Pues no, aparte de eso hacemos muchas más cosas. No va a estar con un maricón en casa por el miedo al qué dirán y sin ser complacida en todos los aspectos. Me ofende por ella, no por mí. Yo tengo muy claro lo que soy y lo que dejo de ser. Yo soy heterosexual, y no pasaría nada si fuera bisexual, y veo a chicos que me parecen muy guapos pero luego no quiero ni me sale hacer nada con ellos.

P.: No se escondería si lo fuera, ¿no?

R.: No me hace falta esconderme de nada. Y lo que sí te das cuenta, por desgracia, es que mucha gente que te ataca con insultos por vestir diferente o maquillarte o comportarte de una manera determinada son los que más se reprimen. Luego me enteré que el que me tiró la piedra estaba con otro a escondidas. Y no pasa nada, pero no seamos hipócritas.

P.: El otro día dijo que le gustaría ir a 'La isla de las tentaciones' como tentador.

R.: Sí, me encanta ese programa. Yo soy muy tentador y las pijas se me dan muy bien. Pero sabes qué pasa, que las volvería locas, les daría un pico y ya (ríe)... Y este programa está mostrando valores que a lo mejor no son muy allá y no sé cómo no lo han quitado, pero a la gente le entretiene. Y hay que verlo como puro entretenimiento. Y la gente que va ahí va libremente.

P.: Olvido, su mujer, dijo que no le haría mucha gracia que participara.

R.: Bueno, normal, porque no le gustaría ver a su marido acostarse con unas y con otras.

P.: Es usted muy optimista (risas).

R.: Yo es que estaría con las chicas, en su villa, porque siempre he sido más mariquita y me lo pasaría mejor con ellas. Pero luego me las ligaría a todas (ríe). Bueno, quizá no soy el prototipo de chico de ellas, pero yo me lo pasaría en grande, me encanta. Tampoco hace falta ir poniendo los cuernos por ahí en televisión.

P.: ¿Y en la vida privada?, porque tengo entendido, según contó Alaska en su documental, que cuando empezaron a salir ella estaba con otro chico. ¿Cómo fue ser el otro?

R.: Fue muy divertido ser el amante durante seis meses. Yo tenía 25 años. Pero a los seis meses le dije que o él o yo. Yo estuve bien hasta que me cansé, ya no me apetecía. Y también porque vi claro que era ella.

P.: Y se quedó con usted. 26 años ya. Un triunfo, sin duda.

R.: No es un triunfo, es suerte. Yo he tenido la suerte de que mi relación ha sido buena y ha ido todo bien. Pero nunca se sabe.

P.: Es humano pensar que fuera de nuestra pareja nos estamos perdiendo algo.

R.: Sí, igual a ella un día se le cruza un chico por delante y hasta luego. La vida es así, de repente te caes y te cambia la vida. Pero, la verdad, nunca he pensado eso. Lo único que echo de menos de Olvido son los momentos de ocio con amigos. Ahora, a ella no le apetece estar con amigos todo el fin de semana bebiendo. Y hay que respetarlo. A ella ya no le gusta beber. Yo ahora he dejado de fumar, y eso que llevaba fumando desde los 18 años. La hostia me ha quitado hasta el tabaco. Me ha dejado nuevo.

El artista se declara absolutamente contrario a la cultura de la cancelación.

El artista se declara absolutamente contrario a la cultura de la cancelación. Laura Mateo

La cancelación

P.: Le ha dejado nuevo, aunque sigue siendo el de siempre, sin miedo a salirse de la norma establecida.

R.: Es muy triste hacer lo que digan que tienes que hacer. Y también me jode que, ahora, desprotegemos al que está siendo atacado porque hay ciertas barreras que ya no podemos pasar. A ese chaval que me tiró la piedra, mi padre fue a buscarlo y le dijo que, si volvía a hacerlo, la próxima piedra se la tiraría él. Y si ahora mi padre hace eso, lo meten preso. A veces, lo tradicional, bien entendido, hay que mantenerlo. Lo clásico siempre fue moderno.

P.: Y usted es un moderno con los valores tradicionales de su familia vigentes.

R.: Sí, y esos valores han sido un pilar para mí, porque si algo me han enseñado es que lo tradicional no implica que no exista una educación aperturista. Se pueden conjugar las dos cosas.

Vaquerizo sostiene que su pìlar son los valores, y que éstos pueden ser a la vez tradicionales y aperturistas.

Vaquerizo sostiene que su pìlar son los valores, y que éstos pueden ser a la vez tradicionales y aperturistas. Laura Mateo

P.: ¿Cuál es el valor más fundamental que ha adquirido de su familia?

R.: El respeto. Y eso de que los padres y madres son nuestros amigos no creo que sea así. Yo no hablo con mi padre ni con mi madre lo que hablo con mis amigos. Pero tengo mucha confianza con ellos... y esa mezcla de tradición y modernidad es maravillosa. La pluralidad es preciosa. Y lo políticamente correcto no me gusta.

P.: A un amigo suyo, Miguel Bosé, lo cancelaron por no ser políticamente correcto.

R.: Miguel Bosé dice lo que piensa. Y lo que me parece muy injusto es que por estar en contra de las vacunas tengamos que tirar por la borda su trayectoria profesional siendo uno de los más grandes artistas de este país. Y encima es un ejemplo de superación ya que con lo que le ha pasado con la voz está dando conciertos. Ha pasado de ser el 'super superman' a un loco pirulero.

P.: Pero es entendible que levantara polémica con esas declaraciones.

R.: Pero es que yo a los artistas los valoro por su arte, no por lo que piensen. A Warhol no lo admiro por lo que era, me da igual a quién votara o lo que hiciera, sino por su arte y filosofía. Me encanta Phil Spector como músico y asesinó a aquella mujer. Entonces digo que es un asesino hijo de puta pero que me encanta su música. Así de fácil.

P.: ¿Nunca le ha dado miedo opinar por si le cancelan?

R.: Ya me han condenado por hacer un anuncio sobre mi Comunidad Autónoma y hablar sobre mi ciudad, que es Madrid. Y en Madrid gobierna una señora llamada Ayuso y lo único que hago en ese anuncio es reivindicar lo bonita que es mi ciudad. Las ciudades no tienen que tener ninguna connotación política. Me da igual que en Madrid gobierne la derecha o la izquierda.

P.: Le fastidia que le digan que es de derechas.

R.: Pues sí, porque no soy de nadie. Hay cosas de la derecha que me encantan y cosas de la izquierda que también. Estoy en contra de la polarización. En contra de los fanatismos. En contra de los extremos. Los fanatismos acaban con la vida de la sociedad. Y la extrema derecha es igual de mierda que la extrema izquierda. Y quien se quiera ir a los extremos que se vaya, pero que nos dejen a los demás pensar como queramos y ser nosotros mismos en un estado con libertad de expresión. Por eso, me cago en la cultura de la cancelación, ponlo bien grande... Ya has hecho que me altere, con lo 'reset' que yo estaba (bromea).