Imagen de ‘La Promesa’.

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Así fue la muerte de Jana en ‘La Promesa’: “Tú me curaste, me hiciste sentirme querido, capaz de amar”

El personaje interpretado por Ana Garcés ha fallecido en la serie diaria de La 1, a pesar de que por momentos parecía recuperarse.

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Tras el final de Jesús en Sueños de libertad, la muerte ha vuelto a tener un gran protagonismo en las series diarias de la televisión nacional con el doble episodio de La Promesa en la tarde de este miércoles, y al que habrá que sumar un tercero en prime time. Y es que tal como ya se había avanzado una muerte marcaría el porvenir de la ficción de RTVE.

Jana (Ana Garcés) se encontraba entre la vida y la muerte, mientras a su alrededor reina la consternación y avanza la investigación en torno al disparo que ha dejado a la joven malherida. Cruz insiste en su inocencia y confía en que Jana despierte y diga toda la verdad.

Por momentos surge un rayo de esperanza y se prevé que el estado de Jana mejore: hay un pronóstico favorable hacia la joven. Ella incluso ha recuperado brevemente la consciencia, recibiendo el apoyo de su familia. Pero todo se volvió gris de golpe y porrazo por una insuficiencia cardíaca.

El doctor visita a Jana, y admite que no sabe qué es lo que ha podido suceder para ese cambio drástico de su estado. “Ha empeorado muy rápidamente”, advierte. Y señala que los problemas al respirar se deben a una insuficiencia que no llega a determinar qué la provoca. “Su corazón no funciona como debería y eso está afectando a todo, comenzando por su sistema respiratorio”, sentencia. Y añade. “Tanto su estado como el de la criatura que lleva en el vientre son graves”.

Curro se despide de Jana, que ha recibido la extremaunción. “¿Recuerdas cómo nos conocimos? Yo era un engreído. Siempre me estaba quejando por todo, siempre trataba mal a los demás. Y entonces llegaste tú a mi vida”, le dice, sin saber si ella le está escuchando o no.

“Recuerdas nuestras primeras trifulcas. Yo era un perfecto imbécil, pero tú tuviste paciencia conmigo, más de la que nadie había tenido nunca. Y esa paciencia, ese amor tuyo me hicieron cambiar poco a poco. Sí, Jana. Tú me diste el amor que mi madre apenas pudo darme, que el capitán nunca me dio. Y ese amor tuyo fue como una medicina para sanar mi alma”, continúa.

Curro sigue su despedida destacando cómo su alma “estaba enferma de rencor, de odio y de soberbia. Sí, Jana, tú me curaste, me hiciste sentirme querido, capaz de amar. Y ahora yo no sé qué hacer para que tú sanes. No te puedes morir, Jana, no te doy permiso para que te mueras”. Finalmente, Jana termina muriendo, a pesar de que por momentos pareciera que podría ponerse bien.