De una pasión a un sueño: un mundo en miniatura y sobre ruedas
Jonathan Hernández Blas busca crear una asociación de coches de radiocontrol en Cigales para disfrutar con un hobby que engancha cada vez a más gente
28 marzo, 2023 07:00Noticias relacionadas
El mundo de los coches de radiocontrol es fascinante. En miniatura y viaja sobre ruedas. Cada vez son más los que lo prueban y los que se enganchan. Los que cuidan sus piezas y los que participan en diversas competiciones pero, sobre todo, en quedadas que se organizan a lo largo y ancho de todo el territorio nacional, también en la provincia de Valladolid.
Jonathan Hernández Blas es un vallisoletano que vive en Cigales y que disfruta de su pasión. Lo ha hecho este fin de semana en una de esas quedadas en Olmedo. Desde pequeño le encanta este mundo de los vehículos en miniatura y nos confiesa que busca crear una asociación en la localidad vallisoletana para hacer de su pasión, un sueño.
Un apasionado de los coches de radiocontrol
“Me defino como una persona agradable, trabajadora, sencilla, a la que le gusta mucho el turismo rural y las rutas de montaña. Soy vigilante de seguridad en una conocida empresa de Valladolid pero mi auténtica pasión es el radiocontrol”, asegura Jonathan Hernández Blas, en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León.
Vive en Cigales, un conocido pueblo a escasos kilómetros de la capital vallisoletana. Tiene 39 años y lleva toda la vida disfrutando mientras pilota sus coches de radiocontrol. Siempre ha estado muy presente también en la Navidad, junto al árbol. Alguna nueva pieza o vehículo caía cada año.
Cuenta, en la actualidad con una gran variedad de vehículos: carretillas elevadoras, camiones, autobuses, coches y, una nueva modalidad que conoció hace poco como es el crawler. Los tractores, vaya. Es, también, socio del Club Scalextric y cuenta con un canal de Youtube: Crawtromp con vídeos relacionados con este mundo en miniatura.
“Todo lo que tenga ruedas, ya sea con motor o sin ellas, me fascina. Lo que sea manejar vehículos a motor, con mando o sin él, me apasiona desde hace años. Me adentro en el mundo de los coches de radiocontrol desde pequeño. Jugando en mi infancia con ellos y compartiendo horas con otra gente”, confiesa a este periódico.
En busca de una asociación para Cigales
Nuestro entrevistado nos cuenta que en la localidad vallisoletana en la que reside “estamos en trámites y nos gustaría crear una asociación” de coches de radiocontrol con varias modalidades en las que se incluya rallies, crawler y pista. “En Olmedo ya tienen una y está funcionando muy bien”, nos explica.
“Me cueste lo que me cueste espero que salga adelante para disfrutar con gente que comparte los mismos hobbies que yo. Para hacerlo en compañía. Para crecer con ella, que cada vez haya más gente y que traiga competiciones y eventos al pueblo”, ese es el objetivo que se marca Jonathan y que confiesa a este medio con gran ilusión.
Para ello hace falta gente “con ganas de disfrutar de este hobby” y “alguna ayuda de las administraciones”. Que les cedan terreno para poder crear circuitos para que la gente de la asociación en ciernes y de otros clubs se lo pasen en grande con esta gran pasión.
El cigaleño nos explica que en el mercado hay dos tipos de coches. Unos bajo la denominación “Ready to run”, que ya vienen ensamblados y listos para funcionar, y, por otro lado, los “Kit” que están completamente desarmados y que uno mismo puede montar y hacer los cambios que quiera en carrocerías y demás.
“El futuro del sector del radiocontrol lo veo con optimismo. Al repartirse en varias modalidades y solo con hacer una primera inversión, lo demás es disfrutar. No es un hobby que sea caro como otros. Además, te lo pasas en grande viendo lugares preciosos y rodeado de buena compañía”, explica.
El valor de las quedadas
Este sábado, en el pueblo vallisoletano de Olmedo, que cuenta como hemos citado anteriormente con una asociación, Jonathan ha disfrutado de una de esas quedadas organizadas por Crawler RC Olmedo con todo tipo de coches, decoraciones y dioramas. Todo gracias al gran trabajo de la agrupación que lo organizó todo al dedillo para pasar un gran día.
“Las quedadas, normalmente, duran casi todo el día. Se empieza temprano, a las 9 o 10 de la mañana. Los participantes se registran y después se comienza con las rutas, por diferentes zonas y de distintas dificultades. Vas hablando con otras personas, haciendo amistades… eso es con lo que disfruto”, añade. Finalizada la ruta, de unas entre tres y cinco horas, se para a comer y luego se realizan sorteos y diversas actividades más en un ambiente de fraternidad.
Este amante de los coches de radiocontrol ha participado en varias. La última la del sábado en Olmedo e incluso ha hecho amigos para irse de ruta por toda España visitando clubs y disfrutando de una buena comida.
Ahora quiere que la asociación en Cigales salga adelante para seguir pasándoselo en grande dentro de un mundo fascinante en miniatura y que viaja sobre ruedas.